Cada ser humano es como los demás seres humanos, como algunos otros seres humanos y como ningún ser humano.
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viernes, 9 de julio de 2010

Las Ciencias del Espíritu

En el siglo XIX emergieron una serie de ciencias que tenían en común la materia de su reflexión, a saber, el género humano, y más específicamente, las acciones humanas. Éstas se denominan de diversas maneras: Ciencias Culturales, Ciencias Morales, Ciencias del Hombre, Ciencias Humanas, Ciencias del Espíritu, etc., y acogen a los siguientes saberes: Historia, Filosofía, Religión, Sociología, Ciencias Jurídicas, Filosofía del Arte, Literatura, etc. Todas se caracterizan porque el objeto y el método de su investigación son completamente distintos de las otras ciencias ya constituidas, esto es, las Ciencias de la Naturaleza.
El objeto de las Ciencias de la Naturaleza es la naturaleza física, regida por leyes físico-matemáticas. Frente a ellas, el objeto de las Ciencias del Espíritu es la vida, en perpetuo cambio y evolución, regida por leyes singulares, dinámicas y cambiantes en las que prevalece la contingencia y la singularidad.
Dado que los objetos de las Ciencias del Espíritu son las acciones humanas, éstas no pueden ser explicadas siguiendo el esquema de la causalidad lineal, sino que tienen que ser comprendidas como parte de un todo (que es la vida), mediante el modelo de la causalidad recíproca, en la que se da una continua interacción entre el todo y las partes.
En las acciones humanas comprendemos lo individual del acto en su contexto histórico-social determinado. Por tanto, cualquier "explicación" tiene que estar mediatizada por la comprensión  del sentido. Si nosotros intentamos entender un acontecimiento histórico -por ejemplo, el asesinato de César a manos de Bruto y demás senadores romanos- no podemos utilizar una ley general para tal explicación (como sucedería en las Ciencias de la Naturaleza), sino que habrá que echar mano de las condiciones psicológicas, históricas y sociales que condujeron a Bruto y a los senadores romanos a ocasionar la muerte a César.
Wilhelm DILTHEY (1833-1911) propone esta nueva concepción del conocimiento humano: a la razón le faltaba su dimensión histórica. Filósofo alemán, profesor de Historia y Filosofía de la Universidad de Berlín, fue el representante fundamental del historicismo alemán del siglo XIX y comienzos del XX. La importancia de Dilthey radica, principalmente, en la fundamentación epistemológica de las Ciencias del Espíritu a partir de su concepción de la razón como razón histórica.
Entendemos por hermenéutica el arte de interpretar y comprender conjuntos simbólicos (acciones humanas, textos, objetos producidos por sujetos humanos, etc.) hablados o escritos. Éste es el método propio de las Ciencias del Espíritu.