Cada ser humano es como los demás seres humanos, como algunos otros seres humanos y como ningún ser humano.
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jueves, 26 de abril de 2012

Qué es el Estado

La mayor parte de los contenidos expresados por la palabra "Estado" (poder, organización, dominio, soberanía, etc.) son muy antiguos. Muchos de estos términos se encuentran ya presentes en los grandes imperios de la Antigüedad, en los imperios de Egipto, Mesopotamia, Persia... y sin duda alguna en la organización griega, la polis, y en el Imperio romano.
N. Maquiavelo (1469-1527)
Sin embargo, el propio término "Estado" es relativamente reciente; surgió a comienzos del siglo XVI y tuvo su origen en el político Maquiavelo, quien, en su obra El príncipe, con esta palabra se refiere a la autoridad o al poder que ejerce un gobernante sobre las personas que habitan en un determinado territorio: "todos los Estados, todas las soberanías, que han tenido y tienen autoridad sobre los hombres fueron y son repúblicas o principados". Posteriormente, el uso de este término se hizo común a partir del siglo XIX.
El Estado supone la existencia de un poder centralizado capaz de obrar de modo coordinado sobre el conjunto de un territorio sometido a su autoridad. Su característica esencial estriba en la soberanía, es decir, en la capacidad de mandar y de prohibir por iniciativa propia y sin ninguna dependencia. En este sentido, podemos definir el Estado como una asociación (una organización jurídica social) establecida por la sociedad y dotada de personalidad jurídica, que en virtud de su autoridad o poder ejerce su soberanía sobre un grupo de seres humanos en los límites de un territorio.
Desde otro punto de vista, el Estado debe encontrarse orientado a regir la vida pública de una sociedad, intentando dirigirla hacia la consecución del bien común.

Los elementos constitutivos del Estado
Resulta fácil observar que el Estado se encuentra presente en numerosas actividades cotidianas de las personas; por ejemplo, el Estado nos proporciona el DNI, recauda impuestos, distribuye becas y subsidios, organiza la enseñanza, vigila las fronteras, garantiza ciertos títulos y diplomas, etc. El Estado, pues, posee multitud de capacidades y realiza diversas actividades de tipo administrativo.

Desembocadura del río Miño, frontera natural entre España y Portugal
(al fondo, Monte de Santa Tecla, en la provincia gallega de
Pontevedra)

  • Territorio: De manera primaria y fundamental, el dominio del estado aparece definido por un territorio delimitado por sus fronteras.Con frecuencia, esta delimitación obedece a diversos hechos históricos más o menos complejos (guerras, transmisiones hereditarias, accidentes geográficos, etc.), pero su conocimiento oficial se establece convencionalmente y de forma solemne por medio de tratados. Además, en la actualidad, se consideran territorios de un Estado el litoral o las zonas de mar próximas a sus costas (200 millas marinas), las islas que en éste se encuentran, las embajadas, las naves o barcos con pabellón de dicho Estado y determinados espacios aéreos.
  • Pueblo: El pueblo se encuentra constituido por las personas y los grupos sociales que  residen en el territorio puesto bajo la jurisdicción del Estado. La relación entre los diversos seres y grupos humanos que forman un Estado suele fundamentarse en una serie de sentimientos comunes difíciles de explicar con precisión, pero que en general, pueden basarse en ciertos rasgos comunes de tipo histórico, lingüístico, cultural, así como raciales, organizativos, etc. Aunque estos rasgos poseen un importante significado respecto al surgimiento de los Estados concretos, todos ellos poseen un valor relativo y, en último término, el fundamento esencial de los Estados ha de venir constituido por la voluntad libre de las personas singulares y concretas; por tanto, es necesario rechazar todo sentimiento nacionalista que intente identificar el Estado con determinada raza, tradición, lengua o cultura. En este sentido, los Estados son cada vez más pluralistas y, por consiguiente, los sentimientos nacionales, aunque justos y legítimos, han de ser cada vez más abiertos y tolerantes.

Carrera de Palio de Siena
  • Soberanía: La característica esencial del Estado es la soberanía, la posesión de un poder soberano, es decir, no sometido a ningún otro poder superior. Desde este punto de vista, el Estado es una organización social que tiene por misión garantizar su propia seguridad y la de las personas, grupos y sociedades que se encuentran bajo su jurisdicción, tanto contra los peligros exteriores como contra los interiores. A este respecto, la soberanía se manifiesta tanto en el plano interno como en el planto exterior:
    • En el plano interno: En este plano, el Estado posee la máxima autoridad y solamente a él le corresponde el arbitraje y la solución de los conflictos entre los diversos individuos y grupos; su autoridad no puede ser sustituida ni moral ni materialmente por ninguna otra fuerza; en este sentido, por una parte, dispone de las capacidades legislativas, judiciales y ejecutivas (Cortes o Parlamento, jueces y gobierno), es decir, el monopolio de la ley y de las fuerzas coactivas, y por otra, todas las entidades particulares, esto es, las comunidades religiosas, las organizaciones sindicales, los grupos profesionales, las formaciones políticas, etc., han de encontrarse siempre dentro de la legalidad establecida por el Estado.
    • En el plano exterior: En cuanto al exterior, la soberanía nacional se caracteriza por su autonomía y por su independencia con respecto a la comunidad internacional, o lo que es lo mismo, a las organizaciones internacionales y a los otros Estados.
El Derecho Internacional

Maurice Duverger, jurista y politólogo
francés, nacido en 1917
El poder político es el que decide en último término, sin estar sometido a ningún otro, es decir, sin estar limitado por un poder superior. La única limitación puede llegar de los acuerdos y compromisos que tengan lugar con los poderes públicos de otros Estados... (Maurice Duverger, Sociología de la política, 1966).

El Derecho Internacional tiene como misión regular las relaciones en que de una u otra manera intervienen dos o más Estados. En este sentido, podemos distinguir entre Derecho internacional privado y Derecho internacional público. El privado tiende a regular las relaciones (los negocios, los acuerdos,etc.) de las personas o de las sociedades pertenecientes a distintos Estados; el público, en cambio, intenta regular las relaciones entre los propios Estados.
En relación con el Derecho Internacional, durante el siglo XX, se crearon distintos tribunales internacionales con el objetivo de solucionar por vías pacíficas los conflictos entre los diversos Estados y evitar, de este modo, el recurso a la fuerza bélica. Así, por ejemplo, tras la Primera Guerra Mundial, la Sociedad de Naciones creó el Tribunal Permanente de Justicia Internacional; y, actualmente, en el seno de la ONU, funciona el Tribunal Internacional de Justicia, con sede en la ciudad holandesa de La Haya.

Sede del Tribunal Intenacional de Justicia de La Haya
En la actualidad, el denominado Derecho Internacional, en cierta manera, tiende a establecer determinados límites al poder de cada Estado. Ahora bien, el propio Derecho Internacional reconoce la soberanía de los distintos Estados, es decir, que sus cláusulas o disposiciones jurídicas específicas comienzan reconociendo el poder soberano e inviolable de todo los Estados.
Por otra parte, el desarrollo de las instituciones democráticas ha contribuido a reforzar la idea de soberanía, ya que éstas han proporcionado al Estado un fundamento humano; la soberanía del  Estado, de esta manera, no es más que la expresión de la voluntad y de los deseos del pueblos (de las personas de una comunidad) de establecer su propia organización y de disponer de su propio destino.

domingo, 22 de abril de 2012

Agentes de cambio social

Los seres humanos constituyen los auténticos motores de las sociedades y de la Historia. En este sentido, en el seno de todas las sociedades encontramos ciertos individuos y grupos que desempeñan un destacado papel tanto en la estabilidad como en los movimientos y cambios sociales, a saber, las élites, los grupos de presión y los partidos políticos.

  • Las élites: En toda sociedad el poder y la dirección de las distintas funciones es ejercida por una minoría. Ésta se encuentra constituida por las élites. De esta manera, podemos entender como élite las personas de mayor prestigio que dirigen los asuntos sociales, políticos, económicos, culturales, etc. Entre las diversas modalidades de élites, podemos distinguir las siguientes: élites tradicionales (monarquías, aristocracias, jefes tradicionales), élites tecnocráticas (ejecutivos, alta dirección de las empresas), élites políticas (líderes de los grandes partidos), élites sindicales, deportivas, artísticas, religiosas, científicas, etc.
  • Los grupos de presión: Los grupos de presión tienen por misión influir con sus actuaciones sobre la voluntad de las personas y de los órganos directivos de la sociedad en un sentido favorable a sus intereses. Se diferencian de los partidos políticos principalmente por sus objetivos, ya que los partidos políticos buscan la conquista del poder, mientras que los grupos de presión se limitan a ejercer su influencia sin pretender la conquista efectiva de dicho poder. No todos los grupos que ejercen determinadas actividades de presión política pueden ser considerados como grupos de presión; por ejemplo, una manifestación, un motín o una huelga de hambre de varias personas pueden ejercer presión sobre los órganos directores del Estado, pero, hablando con propiedad, no constituyen grupos de presión. Para que una pluralidad de personas pueda ser considerada como grupo de presión debe tratarse de una organización estable, con intereses definidos y con una fuerte implantación en las instituciones o en la economía. Entre los distintos grupos de presión podemos distinguir: lobbies, organizaciones o colegios profesionales, sindicatos, grupos de funcionarios, grupos de intereses espirituales, religiosos o morales, organizaciones con intereses políticos (organizaciones pacifistas, clubs políticos), ...
Símbolo de la paz, formado por miembros de una organización pacifista.

  • Los partidos políticos: Los partidos políticos son organizaciones establecidas con miras a conquistar y a controlar el poder del Estado para llevar a cabo un determinado programa organizativo de la sociedad. Desde este punto de vista, desempeñan un importante papel tanto en la estabilidad como en las distintas variaciones sociales; pues, por su propia naturaleza, por una parte, contribuyen en gran medida a la formación de la opinión de los ciudadanos y, por otra, asumen la función de organizar la sociedad, es decir, ellos son los encargados de elaborar los programas económicos, políticos y sociales y, de manera directa o indirecta, controlan una gran cantidad de recursos humanos y materiales.

domingo, 15 de abril de 2012

La escuela que aprende

Escuché a Santos Guerra en abril del año 2000 en unas jornadas sobre evaluación que organizó UGT en Sevilla. Mediante diferentes viñetas y tiras humorísticas, nos hizo reflexionar acerca de las carencias del sistema de evaluación que impera en nuestras escuelas.
Poco ha cambiado este sistema desde entonces. Y es que, como él mismo dice también, el ritmo con que los hallazgos pedagógicos se incorporan a las aulas es llamativamente lento.
Doctor en Ciencias de la Educación y catedrático de Didáctica y Organización Escolar, ha impartido clases en todas las etapas educativas y en la actualidad se dedica básicamente a su tarea docente en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Málaga, a escribir, dar conferencias, acompañar a claustros y, en definitiva, a mejorar la educación en nuestro país.
Ahora que andamos metidos en todo este proceso de innovación educativa, me encuentro con un libro suyo, titulado "La escuela que aprende". En estas últimas semanas he estado leyéndolo con interés, tomando notas... Aparecen muchos temas interesantes, los expone además con valentía, sin posicionarse a favor del profesorado, tampoco en su contra, con un estilo conciliador pero exigente. Y nos plantea las actitudes, los compromisos éticos, con los que debemos enfrentarnos ante la necesidad de la mejora de la educación. Todos, profesores, directivos, legisladores, inspectores, sindicalistas, políticos, padres... ciudadanos. Porque la educación es un tema que debe preocupar a toda la sociedad.
Pero añade que no bastan sólo actitudes, disposiciones voluntariosas y compromisos adquiridos: hacen falta tiempos en las escuelas para la reflexión y para la formación, y una estructura organizativa que regule esos tiempos y programe acciones de cambio, innovación y evaluación.



jueves, 12 de abril de 2012

Factores del cambio social

Teorías monocausales del cambio social
La invasión de los bárbaros alteró la sociedad romana, los ideales ilustrados derribaron la sociedad estamental, la popularización del automóvil ha cambiado las costumbres de nuestra sociedad, etc. Una simple mirada a la Historia pone en evidencia que las sociedades humanas se encuentran sometidas a continuo cambio y movilidad.
Pero, ¿por qué se producen los cambios? ¿Qué causas intervienen en ellos? ¿Existen uno o varios factores del cambio social? Algunos sociólogos defienden la existencia de un factor único o de un factor fundamental del que dependen todos los cambios sociales. En este sentido, las principales teorías monocausales son las siguientes:

Karl Marx (1818-1883)
A) El determinismo económico: Esta teoría es defendida por Marx, Engels y, en general por todos los seguidores del movimiento marxista.
Según estos pensadores, la economía (las fuerzas productivas) es el motor de los cambios históricos. La economía en todas las sociedades divide a los seres humanos en dos clases antagónicas, a saber, los dueños de los medios de producción (los ricos) y los que carecen de bienes, los trabajadores (los pobres).
En esta situación, unos y otros poseen intereses contrapuestos y, en consecuencia, desarrollan conductas contrarias: los dueños de los medios de producción intentan controlar la sociedad y evitar todo cambio; los trabajadores luchan por salir de su pobreza y liberarse de la explotación a que se encuentran sometidos.
De este modo, según Marx, a lo largo de la Historia, en todas las sociedades, ha tenido lugar la lucha de clases, en la que la clase explotada se ha sublevado contra la explotación ejercida por la clase dominante. Pues bien, esta lucha constituye el motor de los cambios sociales, así, a lo largo de la Historia, podemos ver que la sociedad esclavista fue sustituida por la sociedad feudal, ésta por la capitalista y la capitalista, a su vez, lo será por la sociedad comunista.

B) La escuela geográfica: Según esta escuela, los elementos geográficos constituyen los factores fundamentales de la evolución social: la vida y las costumbres de las sociedades humanas vienen en gran parte determinadas por las condiciones naturales de su hábitat.

C) Interpretación belicista: Esta interpretación defiende que las acciones bélicas constituyen el motor de los cambios sociales; así, tenemos, por una parte, que en todas las guerras los vencedores suelen imponer determinados valores y normas a los vencidos (tal fue, por ejemplo, lo que hicieron los españoles con los pueblos americanos); por otra, el esfuerzo bélico, con frecuencia, modifica la estratificación social de las naciones (por ejemplo, ante la invasión de un numeroso ejército medo, la nobleza ateniense, impotentes por sí solos para soportar el ataque, llamaron en su auxilio al pueblo -al demos-, pero una vez rechazada la invasión, el pueblo exigió a la nobleza su participación en la actividad política, estableciéndose de este modo la democracia).

D) Interpretación tecnológica: El estado o nivel de la técnica impone a las personas determinadas maneras de comportarse y ciertos hábitos, y de éstos depende su mentalidad social, o expresado de otra manera, la personalidad del ser humano depende de los medios técnicos con que cuenta. Por ejemplo, el amplio desarrollo alcanzado con los medios técnicos (automóvil, teléfono, ordenadores...) ha cambiado nuestra manera de vivir.


Factores del cambio social
Aunque algunas teorías sociológicas atribuyen el cambio social a un solo factor, la mayor parte de los sociólogos defienden bien la existencia de varios factores actuando simultáneamente, o bien la existencia de diversos tipos de cambios debidos cada uno a un factor distinto. Entre los factores de cambio social podemos señalar los siguientes:


A) Factor demográfico: Cuando se introduce una variación significativa en el volumen o en la composición de una población, dicha modificación repercute en la estructura social, originando diversos cambios. Por ejemplo:
  • La prolongación de la duración de la vida de los ciudadanos europeos y el descenso del índice de natalidad originan numerosas modificaciones en la pirámide de población, que por una parte plantea numerosos problemas sociales (gastos en pensiones, modificaciones en la edad de jubilación...) y, por otra, repercute en los valores vigentes (los jóvenes tienden a la innovación, los ancianos a la conservación).
  • El descubrimiento y la conquista de América modificó los valores y el ritmo de vida de los indígenas y de numerosos sectores de la población española, que sintieron abrirse ante sí nuevas probabilidades y expectativas económicas y sociales.
  • Durante la Primera y Segunda Guerras Mundiales, debido a las exigencias de los combates, numerosos hombres fueron retirados de las fábricas y talleres, siendo sustituidos por mujeres, y como consecuencia de esta situación, se incrementaron las reivindicaciones feministas y las consiguientes transformaciones sociales.
  • El aumento de la población mundial plantea notables problemas relacionados con la alimentación y el desarrollo de los países pobres, de tal manera que diversos sociólogos y expertos ponen de relieve que el crecimiento de la población es el problema central de la humanidad.
B) Factores culturales: La función principal de la cultura consiste en proporcionar una serie de contenidos que faciliten la comprensión del mundo y de los seres humanos y, al mismo tiempo, sirvan para solucionar los problemas que tiene planteados el grupo social.
Pero ninguna cultura logra satisfacer plenamente estos objetivos y en el seno de todas ellas existen individuos y grupos humanos insatisfechos. Cuanto más amplios sean estos grupos, mayor probabilidad habrá de que se produzcan cambios culturales. Pero, por otra parte, la propia dinámica de los seres humanos somete a la cultura a un proceso incesante de variación que repercute en todas las actividades e instituciones de la sociedad.

C) Factores tecnológicos: La serie de transformaciones tecnológicas experimentadas desde la Primera Revolución Industrial hasta nuestros días ha alterado reiteradamente el sistema social existente: desaparecieron los antiguos gremios y surgieron los sindicatos y las organizaciones empresariales; los status y los roles femeninos han cambiado por completo, el tiempo dedicado a las tareas laborales ha disminuido paulatinamente, creciendo, por tanto, el tiempo de ocio y, con él, las preocupaciones por las actividades culturales, recreativas y deportivas; el avión ha reducido las distancias existentes entre cualquier lugar del mundo, la televisión y la radio contribuyeron poderosamente a nuestra formación, etc.

D) La ideología: La ideología, o el sistema social de ideas y creencias, es un fenómeno muy complejo que puede revestir una pluralidad de formas distintas y contrapuestas. En este sentido, las ideologías resultan inseparables de la acción política y pueden constituir, a la vez, poderosos factores de estabilidad y de dinamismo social. Por lo que se refiere a la estabilidad, la ideología puede ser el medio a través del cual se intenta justificar el orden social y la legitimación del poder vigente. En cuanto al dinamismo, la ideología puede proponer a los individuos una serie de fines o metas destinados a cambiar la realidad (la igualdad social, una mejor distribución de las riquezas, respeto de las libertades...). De acuerdo con estos aspectos, podemos distinguir diversas clases de ideologías, a saber:
  1. En relación con sus pretensiones o los fines que se propone: ideología conservadora, ideología reformista e ideología revolucionaria.
  2. En relación con su contenido: ideología reaccionaria, liberal, socialista (socialdemócrata) y comunista.

sábado, 7 de abril de 2012

Cambio social

Casi todas las sociedades tienden a mantener el orden, pero a pesar de ello el cambio social resulta inevitable: todas las sociedades se encuentran sometidas a un proceso más o menos acelerado de cambio. Pueden ser muy diversos los factores que intervienen en el mencionado cambio social; así, la aparición de grandes riquezas, la modificación del clima o una gran catástrofe pueden producir profundas variaciones sociales en determinados hábitats humanos. Pero los cambios sociales más frecuentes dependen de las condiciones humanas. En este sentido podemos afirmar que las sociedades, debido sobre todo a la actividad de los seres humanos, se encuentran sometidas incesantemente a movilidad y cambio.
No obstante, conviene distinguir entre cambios en la sociedad y cambios de la sociedad. Todos los días nuestra sociedad cambia un poco; sin embargo, su estructura fundamental permanece idéntica: similares valores, costumbres, formas de vestir, etc.; nos encontramos pues ante variaciones que ocurren en la sociedad.
Pero cuando se modifica el conjunto de principios y valores, cuando cambia la estructura de la comunidad, entonces nos hallamos ante un cambio social. De esta manera, podemos distinguir entre movilidad social y cambio social.

  • Movilidad social: Entendemos por movilidad social las variaciones experimentadas en el seno de una comunidad que no atañen, o lo hacen mínimamente, a sus principios y contenidos fundamentales.
  • Cambio social: Denominamos, al contrario, cambio social a las modificaciones globales o transformaciones profundas de la estructura social, que poseen amplias repercusiones en los principales valores culturales, científicos, económicos, etc.
Resulta imposible determinar con precisión la frontera entre movilidad y cambio social, pues toda movilidad, a corto o a largo plazo, da lugar a cambios sociales y, a la inversa, todo cambio social lleva consigo una amplia secuencia de variaciones; pero, en general, como hemos indicado, en el caso de la movilidad, se conserva la organización y las instituciones, mientras que en el cambio social, éstas varían profundamente.

Tipos de cambio social
La aceptación del sistema social vigente nunca tiene lugar plenamente, sino que en cada época encontramos numerosos individuos y grupos que, oponiéndose en mayor o menor grado al orden establecido, contribuyen a su modificación. De esta manera, atendiendo a la amplitud, a la profundidad y a la rapidez del cambio, podemos distinguir entre evolución y revolución.
  • Evolución: La evolución es propia de las sociedades flexibles y abiertas, en las cuales el control social se ejerce atendiendo a los deseos y opiniones de los distintos grupos sociales. En la evolución, las estructuras se adaptan a los nuevos valores, de tal manera que las instituciones, principios y leyes de una época posterior, aparecen al mismo tiempo como una continuidad y una variación de las instituciones, principios y leyes de la época anterior. No hay saltos, sino continuidad.
  • Revolución: La revolución supone la ruptura con las instituciones y organizaciones existentes, que son sustituidas bruscamente por otras distintas. La revolución constituye, pues, una actuación de doble sentido, a saber: destrucción del orden anterior y creación de otro nuevo.
Revolución Francesa, Toma de la Bastilla (1789)
Aunque, en teoría, pueden producirse grandes revoluciones sociales de carácter pacífico y, en este sentido, se habla de la revolución que supuso el descubrimiento de la imprenta, de la revolución industrial del siglo XIX, de la revolución agraria o de la tecnológica, en sentido estricto, éstas, aunque supusieron enormes cambios sociales, fueron, en realidad, evoluciones, pues, el abandono de unas formas y la aceptación de otras se llevó a cabo con continuidad, manteniendo el orden social.
La revolución, como tal, supone una fuerte convulsión 
política, acompañada de acción violenta y con el firme propósito de subvertir el orden social. En este sentido, pueden ser considerados como ejemplo la Revolución Francesa, en la que desapareció la sociedad estamental y un sector del pueblo llano, la burguesía, derribó la monarquía, tomó el poder y estableció la república, modificando casi todas las instituciones anteriores: la forma de gobierno, el sistema de pesas y medidas, el calendario, los cultos religiosos, etc., o la Revolución Rusa de 1917, con todas las reformas radicales que llevó a cabo.

viernes, 6 de abril de 2012

Orden y control social

Se entiende por orden social el sistema de relaciones mediante el cual los distintos grupos e individuos colaboran a mantener la cohesión, a satisfacer las necesidades y a solucionar los conflictos sociales de acuerdo con determinados cauces y normas sociales. El orden social, pues, se sostiene gracias a la existencia de ciertos roles legalmente establecidos y aceptados, conforme a los cuales cada persona posee una serie de obligaciones y puede exigir determinados derechos. Desde este punto de vista, se denomina control social al proceso mediante el cual se intenta mantener el orden, la cohesión y el cumplimiento de las obligaciones de los individuos y de los grupos sociales.


La costumbre de celebrar en común determinados acontecimientos
sociales y familiares contribuye al mantenimiento de la estabilidad y la
cohesión sociales.
El ser humano es social por naturaleza y, en este sentido, resulta indudable la existencia en él de una serie de predisposiciones afectivas y sentimentales (simpatía, amor, tendencias gregarias...) que tienden a favorecer su integración social; pero además, todas las sociedades propenden a desarrollar formas colectivas mediante la cuales refuerzan el control social. Entre éstas cabe destacar las formas inorgánicas o flexibles, y las formas orgánicas o rígidas.
Entre las primeras, cabe destacar los usos y las costumbres; entre las segundas, las normas jurídicas.


a. Los usos y las costumbres: Se entiende por usos y costumbres determinadas formas de comportamiento o vigencias sociales surgidas de forma espontánea y desconocida que, de alguna manera, poseen fuerza coercitiva en el seno de determinados grupos.
Los usos y costumbres regulan numerosas formas de comportamiento cotidiano; por ejemplo, el saludo (no saludamos de la misma forma a los amigos que al jefe) o la forma de vestirse (no utilizamos el mismo atuendo para ir a la discoteca que para asistir a una boda).
Normalmente, la violación de los usos y costumbres suele llevar implícitamente una sanción de tipo afectivo: crítica, burla, desprecio, que frecuentemente, sobre todo si la costumbre infringida es vivida como importante, puede ser contundente y poseer un efecto profundamente correctivo.
b. Las normas jurídicas: Estas normas suponen la existencia de un Estado con capacidad para llevar a cabo el control social y para establecer un conjunto de sanciones de tipo coercitivo que defiendan el orden social.

domingo, 1 de abril de 2012

Status y rol

Una persona puede ser simultáneamente zapatero, padre de familia y miembro de una cofradía religiosa, y de acuerdo con cada una de estas situaciones, se espera de ella que tenga un determinado comportamiento, ejerciendo sus correspondientes actividades. Pues bien, desde el punto de vista sociológico, cada una de aquellas situaciones se denomina status y cada uno de estos comportamientos rol. De esta manera, se entiende por status la posición que una persona ocupa en la estructura social, y por rol el conjunto de actividades que son propias de cierto status.
Un individuo puede poseer diversos status y, en este sentido, podemos distinguir entre status atribuidos o adscritos y status adquiridos. Status atribuidos son aquellos que se le imponen a una persona con independencia de su voluntad; por ejemplo, nacionalidad, sexo, raza, hijos de determinado padre, etc. Status adquiridos, por el contrario, son aquellos que se han conseguido gracias a los esfuerzos, capacidades o actividades voluntarias: médico, profesor, amigo, borracho, etc.
Cada status implica un rol determinado, es decir, un conjunto de conductas y actividades en concordancia con dicho status; por ejemplo, el status de profesor lleva consigo la obligación de impartir enseñanza, realizar ciertos ejercicios y pruebas, etc.
Pero entre los numerosos status propios de cada persona suele haber uno que es el status principal o dominante, al que más tiempo dedica, y que, por tanto, tiende a dar su último significado a todos los demás y a condicionar fuertemente el conjunto de los roles anejos a los otros status.
En nuestra sociedad, sin duda alguna, para la mayor parte de los seres humanos, el status principal o dominante suele ser el profesional, que normalmente guarda una relación directa con la riqueza económica, con el poder y con el prestigio social, y que condiciona en gran manera la posibilidad y el modo de llevar a cabo el resto de los status en los que se halla inserto. De esta manera, de acuerdo con el status profesional y económico, cada persona tiende a situarse en una determinada clase o estrato social: clase alta, clase media, clase baja.


La movilidad social
Se entiende por movilidad social el acto de pasar de un estrato social a otro o, los que es lo mismo, el cambio de situación socio-profesional y de nivel de ingresos económicos.
Pitirim A. Sorokin (1889-1968)
Sociólogo ruso, posteriormente nacionalizado estadounidense,
llevó a cabo una notable actividad política durante la Revolución
Rusa de 1917, y posteriormente se refugió en EEUU e impartió
clases de sociología en la Universidad de Harvard.
En toda sociedad existe una jerarquía estratificada de modos diversos, que proporciona a los individuos y a los grupos humanos distinto nivel de participación en las ventajas y beneficios de la misma. Si en épocas pasadas esta estratificación se llevaba a cabo de manera rígida y de acuerdo con status y roles adscritos, en la actualidad, aunque continúan poseyendo una influencia importante ciertos factores hereditarios (pertenecer a una familia acomodada, obrera o pobre), se tiende a dar preeminencia a los adquiridos, es decir, a los individuales y personales: estudios o nivel de formación, habilidades, capacidades, etc.
Siguiendo al ruso Sorokin, suelen distinguirse tres factores principales de estratificación social, a saber, económicos (ingresos, rentas, bienes...), profesionales (médico, albañil, estudiante...) y culturales. Y en relación con ellos se puede distinguir entre movilidad horizontal y movilidad vertical.

  • Movilidad horizontal: Supone un desplazamiento lateral; consiste en el cambio de un status dentro del mismo nivel: un profesor que es nombrado jefe de estudios, un albañil que deviene encofrador, etc.
  • Movilidad vertical: Supone un cambio de status acompañado de un ascenso o un descenso de nivel social. Esta movilidad puede ser continua (ascenso o descenso dentro de una misma jerarquía profesional, por ejemplo, el botones que asciende a administrativo), discreta (salto de un estado a otro, por ejemplo, el constructor que deviene millonario) o intergeneracional, que es la más importante y la de mayor significado social, y consiste en poner al alcance de casi toda la población de una determinada época los status y los roles que en la época anterior eran privativos de una clase social superior (por ejemplo, la universidad puesta al alcance de las masas obreras).
En este sentido, podemos distinguir entre sociedad abierta y sociedad cerrada. Se entiende por sociedad cerrada aquella que posee una estratificación social rígida e impermeable, de tal manera que en ella la variación de status y de roles resulta difícil o casi imposible: sociedades de casta, sociedad estamental del antiguo régimen... Mientras que se denomina sociedad abierta la que tiene amplia movilidad social, por ejemplo, las sociedades europeas actuales.
A este respecto, la movilidad social y la calidad de vida de una sociedad suelen encontrarse en gran medida condicionadas por el aumento de los status medios y altos con relación a la época anterior, y por la existencia de una auténtica política de igualdad de oportunidades sociales, que, a su vez, suelen guardar una estrecha relación con el incremento tecnológico y con el nivel económico y de democracia; o, expresado de otra forma, en los estados ricos y democráticos existe un índice de movilidad social mayor que en los países en vías de desarrollo.