Cada ser humano es como los demás seres humanos, como algunos otros seres humanos y como ningún ser humano.
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domingo, 17 de abril de 2016

Ignacio Ellacuría: "Si quieres el bien, trabaja por la justicia"

El 16 de noviembre de 1989 mataron a Ignacio Ellacuría junto con otros cinco compañeros jesuitas y dos empleadas de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas. Fueron acribillados por promover el diálogo nacional y la justicia. Su labor en El Salvador no consistía en entrenar guerrilleros ni en educar a jóvenes acaudalados, sólo enseñaba filosofía y gestionaba un centro educativo donde se podía hablar con libertad de cómo lograr la reconciliación en un país dividio entre el ejército y la guerrilla, la oligarquía y los campesinos empobrecidos. Una división ante la que un filósofo de la praxis no podía permanecer impasible. Una división que exigía trabajar en cuerpo y alma por el bien común. Para superar esta ruptura y lograr el bien de todos sólo cabía una máxima de acción: "trabajar por la justicia".

Ignacio Ellacuría (Portugalete, 1930 - El Salvador, 1989) no podía consentir la situación de empobrecimiento en la que estaba toda Centroamérica. La lucha por la justicia no era para él un imperativo político o económico, era un imperativo filosófico. Ahora bien, la suya no era una filosofía cualquiera, era una filosofía de la liberación. Pero una filosofía de la liberación no es una filosofía de la revolución, sino una filosofía para la praxis y de la realidad histórica.
Al igual que Marx se había enfrentado a los filósofos idealistas que interpretaban la historia y las acciones humanas regidas por alguna idea especulativa, Ignacio Ellacuría se enfrenta a quienes se olvidan de la realidad cuando hacen filosofía. Una filosofía de la praxis es una filosofía radical que analiza las causas de los problemas, que va a la raíz de los mismos y que mira de frente a la realidad.

1. Tras las huellas de Zubiri
Para mirar de frente a la realidad, Ellacuría sigue las huellas de Xavier Zubiri. De él aprende que no puede haber una verdadera praxis liberadora si no hay una filosofía de la realidad. Después de haber leído a Marx en profundidad y conocer las propuestas del materialismo, Ellacuría descubre en Zubiri una filosofía que responde mejor al dinamismo de la realidad moral. Es un dinamismo donde al ser humano se le presentan diversas opciones; al elegir unas y dejar otras, se apropia de unas posibilidades que le proporcionan personalidad y figura humana.
Este dinamismo se transforma en un proceso de responsabilidad cuando el ser humano no sólo se hace cargo de la realidad, sino que carga con ella y se encarga de ella para que sea como debe ser.

2. Liberación y existencia ética 
Unos años después de su muerte, un discípulo suyo afirmaba de él:

Lo característico de la personalidad de Ellacuría no consiste tanto en haber puesto la liberación histórica de la gran mayoría de la humanidad actual en el centro de sus reflexiones filosóficas y teológicas, sino en haber hecho de la filosofía el principio constitutivo de una existencia entregada a la liberación. Tal vez este estilo de existencia ética, y no su producción teórica o sus posiciones públicas, era lo que más enemistad le granjeaba dentro y fuera de la Iglesia y a ambos lados del océano. Un conocido dirigente de extrema derecha de El Salvador supo traducir con absoluta precisión, refiriéndose a él y a sus compañeros jesuitas, la acusación de los jueces atenienses contra Sócrates: "Envenenan las mentes de la juventud salvadoreña". Fue también la fórmula de su sentencia de muerte.

3. El ser humano como realidad moral
Ignacio Ellacuría, junto con Diego Gracia, fundó el Seminario de Investigación Xavier Zubiri. Allí continuó profundizando en la filosofía de la liberación porque estaba convencido de que la filosofía de Zubiri era una propuesta innovadora y radical. No estudiaba la realidad como si fuese un objeto porque se trataba de una realidad histórica y abierta. En ella la dimensión ética no era una dimensión tangencial o marginal, sino una dimensión estructural. Por eso analizaron la estructura del hombre como realidad moral.

La realidad del hombre solo es realidad realizándose, el ser del hombre sólo es siendo. Mi personalidad, entonces, no es la sucesión de distintas figuras de ser, sino la figura temporal, procesual y concreta de mi ser sustantivo.
Cada instante puede poner en juego la personalidad entera, pues en cada instante puedo definir lo que ahora estoy queriendo ser y la manera de reasumir todo lo que he sido hasta ahora. Vivir es poseerse, autopertenecerse realmente como realidad. La vida como transcurso es mero argumento de la vida, ya que en la vida el hombre se posee a sí mismo. En esta realización dinámica de su vida, el hombre precisa dar un rodeo por la irrealidad para realizarse, y esto lo hace mediante los proyectos de su pensar fantástico. Entre la nula facultad de hacer y sus acciones reales, el hombre interpone un esbozo de un proyecto enmarcado en un sistema de posibilidades, que se realizan no por mera actuación, sino mediante una opción. La opción por la cual la posibilidad se convierte en realidad implica dar poder a una posibilidad entre otras. Esta determinación de lo que quiere ser y de lo que quiere hacer en razón de lo que quiere ser, cualquiera sean los estímulos que acompañen este querer, es la libertad.
En esta autodeterminación, el hombre tiene que apropiarse posibilidades de vida y de realización. En cuanto está inmersa en situaciones de las cuales ha de salir, la realidad humana está "sujeta a" tener que resolver las situaciones por decisión. Por ello el hombre es una realidad moral, porque tiene que hacerse a sí mismo, determinando físicamente lo que va a ser de él por apropiación, esto es, por un hacer propio lo que no le es dado naturalmente. Por ello, el hombre ha de justificar la creación de unas posibilidades y la obturación de otras, ha de justificar la posibilidad preferida y ha de justificar, sobre todo, la actitud general frente a distintos sistemas de posibilidades, en cuanto esa actitud condiciona la decisión moral fundamental de su vida: lo que va a ser de él porque es lo que quiere ser.
Ignacio Ellacuría: Filosofía de la realidad histórica (adaptado)

La filosofía deberá buscar la relación correcta con la praxis como un todo, a la que en parte puede orientar aunque tal vez no dirigir, y de la que, a su vez, recibe dirección y orientación... No basta filosóficamente con buscar la verdad, sino que hay que procurar filosóficamente realizarla para hacer la justicia y construir la libertad.
Ignacio Ellacuría: Función liberadora de la filosofía     

jueves, 14 de abril de 2016

El análisis de dilemas y problemas morales

Uno de los procedimientos más habituales de la filosofía son los dilemas morales. Un dilema es una situación conflictiva donde alguno de los implicados tiene que optar entre dos alternativas que se le presentan. También hay situaciones donde aparece un mayor número de alternativas que pueden ser analizadas como problemas. En cualquiera de los casos, trátese de dilemas o problemas, siempre se plantea la vida como un quehacer ético.

  Procedimiento para analizar dilemas y problemas  

1) Delimitar el conflicto o problema moral que está en juego: Determinar el conflicto es precisar y delimitar el problema que queremos analizar. Esto no es fácil en la vida moral, porque los problemas están trenzados y la identificación de uno se hace siempre junto a otro.
2) Analizar la situación que condiciona la decisión: Las situaciones desempeñan un papel importante en la toma de decisiones y condicionan la acción de los agentes. Conocerlas en profundidad facilita la decisión y el juicio moral.
3) Delimitar la responsabilidad del agente o personaje central: Delimitar la responsabilidad es asignar y distribuir las responsabilidades que competen a cada uno de los agentes que están implicados en una situación.
4) Aplicar una respuesta argumentada: Aplicar una respuesta es proporcionar una interpretación razonada de la solución que se considera más justa, evaluando su conveniencia, corrección y valor moral.

Para comprender de forma más adecuada el procedimiento que aquí se plantea conviene tener en cuenta las etapas del desarrollo moral de Kohlberg.

L. Kohlberg (1927-1987)
 Nivel 1: Pre-convencional  
Se respetan las normas por las consecuencias que pueden derivarse de su incumplimiento.
Estadio 1. Obediencia y castigo: Lo correcto es obedecer para evitar el castigo. El individuo no es capaz de ponerse en el lugar del otro ni reconocer un punto de vista diferente del suyo.
Estadio 2. Pragmatismo: Lo correcto es buscar los propios intereses aceptando que los otros tienen derecho a hacer lo mismo. Moral de intercambio individualista: "tanto me das, tanto te doy".

 Nivel 2: Convencional  
Se respetan las normas porque son las impuestas en el grupo al que se pertenece.
Estadio 3. Concordancia: Lo correcto es ajustarse al modelo que el grupo considera bueno. Lo correcto es actuar según lo que los demás aprueban como bueno. Compórtate con los demás como quieres que se comporten contigo.
Estadio 4. Ley y orden: Lo correcto es ajustarse a las leyes y los órdenes sociales. Una acción es buena si mantiene la legislación establecida y el orden social.

 Nivel 3: Post-convencional  
Se apela a valores y principios con distancia de los grupos a los que se pertenece.
Estadio 5. Consenso social: Las normas morales son fruto de un consenso, un pacto o un acuerdo similar a un "contrato social". La Declaración Universal de los Derechos Humanos es el resultado de este pacto.
Estadio 6. Principios universales: La acción moral no se basa en normas consensuadas, sino en principios universales que son fruto de una elección personal y un razonamiento autónomo. Aunque se reconozca el valor de los contratos para garantizar los derechos de todos, si fallan las leyes o normas se debe obrar según estos principios de cada uno.

  Aplicación de procedimiento 
Sara es la esposa de Carlos y padece un cáncer que precisa un medicamento muy caro que acaba de llegar a la farmacia, donde el precio se ha quintuplicado por los gastos que necesita para su conservación. Carlos está en paro y ha agotado todas las ayudas de los servicios sociales. Se ha entrevistado con el farmacéutico para pedirle un pago aplazado y no se lo ha concedido. Le ha vuelto a rogar un día y otro que está dispuesto a trabajar para él limpiándole la farmacia el tiempo que haga falta. Tras insistir durante varias semanas y cuando su esposa está a punto de morir, de madrugada asalta la farmacia, roba el medicamento y consigue que su mujer se salve. El farmacéutico lo denuncia por robo. Carlos está en la cárcel a la espera de juicio. ¿Cómo juzgarías la acción de Carlos?

El conflicto se plantea entre el valor de la vida de la esposa y las normas sociales que impiden el acceso al medicamento. Carlos actúa guiándose por principios universales de justicia. Respeta las normas y convenciones sociales y por ello dialoga con el farmacéutico para conseguir el medicamento. Sabe que atenta contra la ley y el orden social, sabe que no respeta la propiedad privada del farmacéutico, pero está dispuesto a asumir sus consecuencias. Entre el valor de la vida de su esposa y la privación de libertad elige lo primero.

domingo, 10 de abril de 2016

El arte de no amargarse la vida

Recientemente tuve una cordial conversación con una familia en el trabajo. Hablábamos del interés por la disciplina de la Psicología y todo lo que puede aportarnos en nuestros quehaceres cotidianos. Así, me aconsejan la lectura de este trabajo de Rafael Santandreu. Más de una vez lo había visto en las librerías y me llamaba la atención. Por eso, me prestaron el libro y hoy lo he terminado.
Como hago siempre, he ido tomando notas de aquellos párrafos que me parecían más clarificadores. Se centra en cómo muchas veces somos nosotros mismos los que generamos en nuestra cabeza muchos problemas, bien porque nos creamos necesidades falsas, o bien porque terribilizamos, exageramos o anticipamos dificultades que vistas desde un plano objetivo o científico, no lo son tanto.
Merece la pena prestarle atención a este ensayo, no sólo como libro de autoayuda, sino también como introducción a la psicología cognitiva.
Os dejo aquí un enlace a mis notas: Notas Santandreu
El libro recoge múltiples casos de pacientes atendidos por Santandreu en su consulta, por tanto estas anotaciones seguramente se verán descontextualizadas. Sólo pueden verse como ideas claves o conclusiones que aparecen en cada uno de los capítulos; es preciso pues leerlo para verdaderamente entender la aplicabilidad de estas ideas a nuestro equilibrio emocional.

sábado, 2 de abril de 2016

El rápido desarrollo de la ética aplicada

La ética aplicada es una de las formas con las que hoy se presenta la ética. Ha sido durante las últimas décadas del siglo XX, a raíz del desarrollo de las tecnologías aplicadas a la vida humana y del nivel ético de una sociedad civil preocupada por la calidad de los servicios, cuando se ha desarrollado. De la ética aplicada hablamos en plural, es decir, remitimos la ética a cada una de las actividades humanas desde la que nace. Así, cuando hablamos de ética aplicada nos referimos a los elementos comunes que comparten las diferentes éticas aplicadas.

1. Siete claves de la ética aplicada
  1. La transformación de la casuística. En la historia de la ética, la aplicación de la filosofía moral a situaciones y casos concretos se realizaba mediante el estudio de "casos". Así pues, o bien se estudiaban los principios morales y luego se aplicaban a los casos (deducción), o bien se estudiaban los casos y desde ellos se accedía al conocimiento de los principios (inducción). A pesar del éxito de este procedimiento, la situación moral actual plantea tal cantidad de problemas nuevos que no están contemplados por los casos que es necesario un método nuevo como el que nos proporciona la hermenéutica filosófica (interpretar).
  2. Fundamentar y aplicar. La ética aplicada no se dedica únicamente a "poner en la práctica" lo que se ha aprendido en "teoría". Teoría y práctica están unidas, sin buenas razones la aplicación es simple ejecución; sin aplicación los valores son únicamente unas referencias intelectuales sin realización histórica.
  3. La palabra de expertos y afectados. Junto al papel de los expertos, la ética aplicada exige la participación de los afectados. Los problemas éticos son responsabilidad de todos y por ello la palabra de los expertos es necesaria, pero insuficiente. Los afectados también son interlocutores con los que hay que contar para resolver problemas comunes.
  4. Marco de referencia y situación. La ética no puede desentenderse de las situaciones, como si fuera el campo de aplicación desde se llevan a la práctica los principios o marco de referencia. El conjunto de principios que actúan de marco emerge de las situaciones y vuelve a ellas. Aplicar no es sólo llevar la ética a la situación, sino descubrir en ella nuevas posibilidades para rehacer, reelaborar y reconstruir el marco de referencia.
  5. El principio de experiencia y el principio de responsabilidad. La ética no se limita a calcular consecuencias y aplicar el principio de responsabilidad, según el cual una acción es responsable cuando se tienen en cuenta las consecuencias. Hay situaciones en las que una acción puede provocar consecuencias no deseadas e imprevistas; entonces necesitamos acudir a un principio de orientación que guíe las prácticas: es el principio de experiencia.
  6. Actividades y prácticas. La ética aplicada no sólo estudia las actividades y el mundo del "hacer" o "dejar de hacer". Estudia el hecho de que el ser humano no sólo hace, sino que se hace a sí mismo cuando hace. Esta relación entre "actuar" y "ser" exige plantear las actividades como prácticas, es decir, como actividades que nos proporcionan una serie de bienes con los que se produce un crecimiento personal en un marco institucional. Estos bienes puede ser externos (dinero, prestigio), pero también internos (autorrealización, desarrollo personal, crecimiento).
  7. Interacción entre valores de la actividad y valores sociales. Las actividades humanas son actividades sociales y por eso la ética aplicada no puede limitarse al estudio de una actividad al margen o separada del conjunto de la sociedad. Las actividades enriquecen la vida social y ésta es la que proporciona reconocimiento a la actividad.
2. Los frutos de la ética aplicada
La ética está dando sus frutos en actividades profesionales relacionadas con la medicina, el medio ambiente, la empresa, la educación, el periodismo, etc. Vamos a detenernos en tres de las éticas aplicadas de mayor actualidad.

  Bioética  
Tiene por finalidad el estudio de los problemas éticos de la vida humana en todas sus dimensiones, no sólo en su dimensión clínica, sino en su dimensión biológica, genética o terapéutica. Su objeto de estudio es la interdependencia existente entre todas las manifestaciones de la vida. Ha sido en el ámbito de la investigación y la práctica sanitaria donde la bioética más se ha desarrollado en las tres últimas décadas del siglo XX.
Los principales problemas objeto de estudio de la bioética hoy son: la reproducción asistida, el acompañamiento a moribundos, la experimentación con seres humanos, el genoma humano, el consentimiento informado, etc.

  Ética ecológica   
Tiene por finalidad el estudio de los problemas éticos del desarrollo y su impacto medioambiental. Las éticas del crecimiento económico han sido sustituidas por éticas del desarrollo donde se evalúa el impacto medioambiental y los factores "cualitativos" del progreso humano. También analiza la relación de la especie humana con el resto de las especies del planeta.
Entre los problemas éticos objeto de estudio se encuentran: el desarrollo sostenible, el impacto medioambiental de productos y actividades humanas, la protección de espacios naturales, la capa de ozono, la experimentación con animales y especies, productos transgénicos, sufrimiento de los animales, etc.

  
  Ética económica y empresarial  
Tiene por finalidad el estudio de las actividades económicas y empresariales. Las empresas son organizaciones humanas y, como tales, son espacios para la cooperación y el conflicto. La ética de la empresa analiza la dimensión ética de estos espacios en su relación con el conjunto de la sociedad. La ética de los negocios analiza las dimensiones éticas de los diferentes negocios que ofrece el mercado. En este sentido, no estudia las empresas o los negocios como actividades independientes de la sociedad, sino como actividades con gran responsabilidad social.
Problemas éticos objeto de estudio: balance social de la empresa, legitimidad del beneficio, ética del liderazgo organizativo, resolución de conflictos, la ética como factor de calidad, intervención de consumidores y afectados, comercio justo, globalización de mercados y personas, justicia de corporaciones, información y confidencialidad.