Cada ser humano es como los demás seres humanos, como algunos otros seres humanos y como ningún ser humano.
@blog_trca

domingo, 4 de septiembre de 2016

La estructura social: interacción de individuo y comunidad

1. Interacción humana y grupos sociales
La estructura social es el resultado de la ordenación de los grupos sociales que se forman como resultado de la permanente interacción humana. La vida humana no se explica sólo como el resultado de la acción individual sino como fruto de la interacción social. Entre los investigadores de las formas de interacción se ha consolidado la distinción que estableció Horton Cooley (1864-1929) entre grupos primarios y grupos secundarios. Para Ferdinand Tönnies (1855-1936) estos grupos reciben el nombre de comunidades y asociaciones. Veamos sus características:


2. Comunidad y asociación, claves de interacción
Ni las asociaciones ni las comunidades son grupos puros. Las comunidades pueden tener elementos propios de la vida asociativa y las asociaciones los pueden tener de la vida comunitaria. Por ejemplo, una comunidad familiar puede tener organizadas las tareas domésticas; a su vez, una empresa puede valorar las relaciones afectivas y emocionales como un factor importante de la organización. Esto significa que la diferencia entre unos grupos y otros no es absoluta, sino que es una cuestión de grado, como si la interacción nos ofreciera un amplio abanico de posibilidades delimitado por estas dos formas organizativas.

3. Organización y formalización
Hay interacciones sociales de muchos tipos, unas con una distribución sencilla de tareas y otras con una distribución compleja. Un colegio es una asociación simple si lo comparamos con una universidad, donde las tareas son mayores en número y complejidad. Para el desempeño adecuado de estas tareas, las asociaciones se estructuran como organización; en ésta se establece un diseño coordinado de las actividades que realiza cada una de las partes con respecto a los objetivos que dan sentido al todo. Una organización está definida por la formalización de sus actividades, lo que significa que su distribución es impersonal y se realiza con criterios racionales.

4. La amistad cívica y el individualismo utilitarista
La amistad ha sido uno de los pilares básicos sobre el que se han edificado las relaciones sociales. En una cultura individualista tendemos a definir la amistad en términos de placer compartido. Nos cuesta trabajo creer que la amistad tenga que ver con la mutua satisfacción de necesidades porque sólo la entendemos como una relación espontánea y no llegamos a comprender que tenga que ver con el bien común de la sociedad. Esta última característica es la que define la amistad cívica: una relación social que está a medio camino entre la condición de simple ciudadano y la condición de simple amigo. Además de la felicidad compartida, o la utilidad, la amistad cívica establece un compromiso moral para conseguir el bien común.

Necesidad de los amigos
La amistad es lo más necesario para la vida. En efecto, sin amigos nadie querría vivir, aunque poseyera todos los demás bienes: hasta en los ricos y en los puestos de altos cargos y en el poder parece hacerse sentir con la fuerza máxima esta necesidad de amigos.
Aristóteles, Ética a Nicómaco
Corazón abierto a los amigos
Si un hombre se encuentra con otro al cual pudiera abrir su pecho con entera confianza y con el que coincida en el modo de juzgar las cosas, entonces le será posible dar al aire los propios pensamientos y dejará de estar enteramente solo con el propio pensar, como dentro de una prisión, y gozará de la libertad que le falta en las grandes reuniones, donde se ve obligado a recluirse en sí mismo.
Kant, citado por Laín Entralgo en Sobre la amistad

Reglas para la conservación de la amistad
1. Regla del respeto. Dejar que el amigo sea lo que él es y quiere ser, ayudándole delicadamente a que sea lo que él debe ser.
2. Regla de la franqueza. Establecer unas relaciones de espontaneidad que no degeneren ni en un tipo de espontaneidad cínica ni en la ausencia de espontaneidad que pervierta la comunicación.
3. Regla de la liberalidad. Conseguir el hábito de dar de sí y ser generoso desde la base y el límite del respeto al otro.
4. Regla del discernimiento afectivo. Discernir y valorar lo que en cada momento es oportuno, importante o decisivo, sabiendo soportar por ello pequeñas decepciones.
5. Regla de la imaginación. Dar un paso más al de la simple convivencia, imaginar con tacto lo que el amigo prefiere y le conviene, tanto en el orden de sus gustos, como en el de su vocación.
6. Regla de la camaradería. Procurar que la amistad se realice en la consecución de bienes comunes compartidos en los que puedan participar otras personas menos próximas.
Kant, citado por Laín Entralgo en Sobre la amistad