Cada ser humano es como los demás seres humanos, como algunos otros seres humanos y como ningún ser humano.
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lunes, 25 de febrero de 2019

La interpretación de los sueños

1. El sueño como realización de deseos
Como ocurría en los actos fallidos, también en los sueños encontramos ejemplos cuya interpretación es evidente y otros más difíciles, al estar sus causas más escondidas.
Tenemos, en primer lugar, los sueños de comodidad, que consisten en soñar que estamos haciendo lo que haremos una vez que nos despertemos (por ejemplo, si tienes que ir al instituto sueñas que ya estás en clase). Se llaman "de comodidad" porque el soñador se tranquiliza evitando el desagradable pensamiento de tener que levantarse. Otras veces, el sueño incorpora el estímulo que podría provocar el despertar (un timbre, una conversación, etc.), de forma que, si ese estímulo cesa pronto, el sujeto pueda seguir durmiendo. Tanto en los sueños de comodidad como en los que incorporan un estímulo exterior aparece clara una finalidad: no interrumpir el necesario reposo, permitir que el soñante siga dormido.
Hay otra clase de sueños que no son nada difíciles de interpretar, y son los sueños infantiles. El niño pequeño (hasta cuatro años, más o menos) sueña realiza aquello que le gustaría hacer despierto: si un niño quiere tener un juguete y sus padres no se lo compran, es probable que sueñe que ya lo posee. Por lo tanto, el sueño infantil es la franca y directa realización de un deseo insatisfecho.
Vamos a poner en relación las dos conclusiones obtenidas: si la función del sueño es prolongar el reposo, y si la inquietud generada por los deseos insatisfechos es uno de los mayores obstáculos de dicho reposo, podemos pensar que los sueños cumplen su función por medio de la satisfacción alucinatoria de los deseos reales. Y éste es, según Freud, el primer principio general de interpretación de los sueños.

2. Censura y disfraz
Presentamos otro ejemplo de sueño infantil, pero de un niño algo mayor: ha sido castigado por su padre a irse a la cama sin cenar y esa noche sueña que alguien se come un enorme trozo de carne. Es fácil entender que ese alguien es el propio niño, pero ¿por qué no se reconoce como el protagonista del sueño? En este caso, la respuesta es sencilla: porque el niño sabía que estaba realizando una actividad prohibida, ya que había sido castigado sin cenar. Esta respuesta nos proporciona la segunda clave de la interpretación de los sueños: cuando se trata de deseos que el sujeto (o una parte de él) prefiere no reconocer, la satisfacción de estos deseos aparece en el sueño "disfrazada".

Distinguimos, por tanto, dos niveles en el contenido del sueño: lo que uno recuerda haber soñado (contenido manifiesto) y el verdadero significado que el contenido manifiesto disfraza (contenido latente). En relación con el segundo, Freud afirma que, cuanto más disfrazado aparece, mayor es la presencia en él de contenidos reprimidos de naturaleza sexual, que evitan ser reconocidos por medio de complicados mecanismos de transformación. Entre estos destacamos tres:
  • El desplazamiento, es decir, el cambio de acento por el que los elementos realmente significativos del contenido latente desaparecen o son apenas aludidos mientras que otros elementos más o menos relacionados con los primeros pasan a ocupar una posición central en el contenido manifiesto. Según Freud, "ningún otro proceso contribuye tanto a ocultar el sentido del sueño". Ocurre esto cuando, por ejemplo, una frase pronunciada en un contexto significativo aparece en otro contexto diferente: lo importante es el contexto primitivo, no la frase en sí misma ni el contexto secundario. Freud explicó a una paciente que en la mente consciente "no hay ya" ciertos recuerdos y esa misma paciente soñó que el dependiente de una frutería le decía que "no hay ya" la hortaliza que le había pedido. Era Freud el personaje al que ese dependiente representaba.
  • La condensación, por la cual cada elemento del contenido manifiesto puede significar varios elementos del contenido latente. Por ejemplo, un personaje puede representar a varias personas reales (pues recoge elementos de todas ellas).
  • La simbolización, procedimiento por el que ciertos objetos o actividades son sustituidos por imágenes o símbolos que los sugieren: el nacimiento por el agua, la muerte por un viaje, el padre por el rey o alguien con autoridad, la madre por la casa... También aquí la mayor parte de los símbolos se refieren a órganos o actividades sexuales: el pene es sustituido por objetos alargados o penetrantes, los genitales femeninos por objetos huecos, volar o ascender representa el coito, la masturbación y la castración están representados por la caída de dientes, etc. Freud advierte que la interpretación simbólica carece de reglas aplicables por igual a todos los casos, por lo que siempre debe jugar un papel secundario y subordinado en el análisis. 
   

jueves, 21 de febrero de 2019

El proyecto Genoma Humano

Se trata de un proyecto de investigación científica consistente en realizar una especie de mapa del genoma o conjunto de genes que están presentes en la especie humana.
La utilidad de tal proyecto consiste en que se obtiene un conocimiento muy valioso de los procesos moleculares que ocurren en las enfermedades hereditarias, principalmente. Este conocimiento hace posible la prevención, el diagnóstico precoz e incluso la curación de muchas enfermedades.
En la actualidad este proyecto se ha culminado en su primera fase: se ha conseguido completar el genoma, es decir, se han identificado todos los genes que se transmiten de una generación a otra. Pero aún queda mucho trabajo por realizar, pues ahora hay que averiguar cuál es la función de cada uno de los genes identificados, así como descubrir la forma de intervenir sobre él para prevenir o curar la enfermedad o la malformación que puede transmitir.


1. Riesgos del proyecto
El conocimiento del genoma de una persona concreta implica conocer datos de su intimidad que podrían conducir a discriminarla en el trabajo, a la hora de suscribir una póliza de seguros, por motivos racistas, etc. Pensemos que se podrá conocer la propensión de una persona a contraer determinadas enfermedades, sus antecedentes étnicos, las cualidades físicas e incluso psíquicas que transmitirá a su descendencia, etc.
Pero además la ingeniería genética hace posible no sólo trabajar con material genético, como en el caso de la inseminación artificial, de la fertilización in vitro, etc., sino también modificar la estructura interna de los genes. De esta manera, los científicos expertos en estas cuestiones dispondrán de un instrumento muy poderoso de cara a la dominación de unos hombres por otros, dado que, previsiblemente, la ingeniería genética podrá efectuar una selección artificial de los seres humanos, alterando no sólo el color de los ojos, de la piel o del pelo, sino también algunas características del sistema nervioso o del sistema endocrino, como, por ejemplo, la resistencia a las tensiones y situaciones de peligro, la capacidad de soportar el calor o el frío intensos, etc.
El debate se está empezando a producir ya acerca de la posibilidad de clonar seres humanos, tal y como se ha conseguido con animales.
Surgen así una serie de preguntas relevantes para la ética: ¿es aceptable moralmente intervenir en caracteres hereditarios como los que se acaban de citar? ¿Quién o quiénes estarían legitimados para decidir cuáles son las variaciones que pueden introducirse en el genoma humano? ¿Es aceptable moralmente la clonación de seres humanos? ¿Acaso no tenemos las personas una dignidad cuya respeto entraría en conflicto con algunas de estas prácticas?

2. Apuntes para una valoración moral
La razón fundamental para la que el proyecto Genoma Humano es aceptable desde un punto de vista ético reside en la enorme contribución que puede aportar a la prevención y curación de enfermedades. Así los seres humanos podrían aumentar su salud, es decir, serían más dueños de su cuerpo y, en esa medida, serían más libres. Por lo tanto, el proyecto Genoma Humano ha de atender a una doble finalidad desde un punto de vista ético:

1.) Ha de respetar la dignidad que posee toda persona.
2.) Ha de promover la libertad de cada ser humano, precisamente en atención a su dignidad.

Por todo esto, parece necesario reconocer a las personas el derecho a la inviolabilidad de su patrimonio genético. Esto significa que todos tenemos derecho a que se mantengan en secreto las características concretas que se puedan averiguar a partir del estudio de nuestro genoma. Ésta es una medida elemental de defensa frente a las discriminaciones que se podrían llevar a cabo si esa información estuviera disponible públicamente.  

miércoles, 20 de febrero de 2019

Psicopatología de la vida cotidiana

Los impulsos reprimidos buscan salir en forma de síntomas, pero Freud reparó en que muchos actos de la vida cotidiana de las personas que consideramos "mentalmente sanas" pueden ser también interpretados como síntomas, es decir, señales y a la vez efectos de estados que uno o bien intenta ocultar, o bien ni siquiera sospecha de su existencia. La frontera que separa salud y enfermedad mental se vuelve en Freud mucho más tenue, ya que sólo cambia el grado de los fenómenos que aparecen en uno y otro estado, pero no la esencia de los mismos.
El principal ejemplo de lo anterior lo proporcionan los actos fallidos, equivocaciones involuntarias, la mayoría de las veces sin excesiva trascendencia (por ejemplo, decir una palabra en vez de otra, olvidar o romper algún objeto, coger un autobús en vez de otro o bajarse en una parada equivocada, etc.), que uno generalmente achaca a causas tan socorridas como el despiste, el cansancio, el nerviosismo y otras similares.
Atribuir los actos fallidos a los motivos mencionados sería, según Freud, como si una persona asaltada en una calle oscura y solitaria acusara a la soledad y a la oscuridad como autores del asalto: estamos confudiendo lo que facilita o hace más probable un hecho con la causa de ese hecho. Por supuesto, nos equivocamos más frecuentemente cuando estamos cansados, nerviosos, etc., pero eso no significa que ésas sean las causas de nuestras equivocaciones.
La causa real del error es evidente en algunos ejemplos y podemos suponer que también existe en aquellos en los que no es tan fácil de observar. Todos nosotros tenemos experiencia de que en algunas ocasiones queremos decir una palabra cuando estamos pensando en otra, y entonces o bien decimos la palabra en la que estamos pensando o bien no decimos ni una ni otra, sino una intermedia: dudamos, por ejemplo, entre usar la expresión "sin embargo" o su equivalente "en cambio" y terminamos diciendo "sin en cambio". Se ve, en este caso, que dos pensamientos alternativos se han interferido mutuamente.
En general, se puede decir que la causa de toda equivocación es siempre un conflicto entre dos procesos mentales con finalidades diferentes: a veces (como en el ejemplo anterior) los dos son más o menos conscientes, y entonces es fácil ver la causa del error, pero también puede ocurrir que una de las dos intenciones sea inconsciente, y en ese caso será más difícil de descubrir, pero podemos estar seguros de su existencia.

En los actos fallidos provocados por una intención inconsciente lo que se manifiesta es, como en el síntoma neurótico o histérico, un pensamiento reprimido. Se puede decir que la persona actúa como si estuviera dividida internamente entre una conciencia racional y una mente inconsciente constituida por impulsos asociados a ideas que la conciencia ha reprimido.
De esta forma, la equivocación es intencionada aunque esta intención sea inconsciente.
Veamos algunos ejemplos: una mujer que lleva poco tiempo casada olvida frecuentemente el bolso y otros objetos personales en el lugar de trabajo, antiguo domicilio familiar, etc., lo que le obliga a regresar a estos lugares después de haber estado en ellos y demorar su llegada al hogar conyugal. No es díficil entender el significado de estos olvidos: no es feliz con su marido en su nuevo hogar y procura estar allí el menor tiempo posible. Sin embargo, si se le comunica esta interpretación de su extraña conducta ella protestará enérgicamente; "¡De ninguna manera me equivoco a propósito!", aunque quizá reconozca que su felicidad conyugal no es tanta como desearía.
En ocasiones la intención inconsciente no es práctica, sino meramente expresiva: no se trata tanto de dar un rodeo para conseguir algo que no se quiere plantear francamente como de decir lo que, desde un punto de vista consciente-racional, tal vez preferiríamos mantener oculto. El profesor que dice, al comienzo de la clase, "vamos a terminar esta clase", no consigue con este error que la clase termine antes, pero expresa su deseo oculto de que así sea. De forma similar, el hombre casado que juega con su anillo de compromiso haciendo ademanes de sacárselo tampoco logra liberarse de un matrimonio que siente como una opresión, pero de alguna forma se desahoga, expresando simbólicamente su intención de ponerle fin.
¿Y qué decir del joven que escribe dos cartas, una llena de ternura para su novia y otra para su hermano en la que plantea sus muchas dudas sobre si debe o no contraer matrimonio, e introduce cada carta en el sobre equivocado? De esta forma ha expresado sus verdaderos sentimientos y al mismo tiempo ha logrado algo que no se atrevía a pedir directamente: romper el compromiso. Como en muchos otros casos, aquí el acto fallido cumple dos finalidades: una práctica y otra expresiva.

sábado, 16 de febrero de 2019

La evolución después de Darwin

El padre de la genética, Gregor Mendel (1822-1884), fue contemporáneo de Darwin. Mendel descubrió algunas de las leyes básicas de la herencia. Lamentablemente, sus trabajos tuvieron poca difusión entre los científicos de la época, y tardarían casi medio siglo en ser redescubiertos.
El desconocimiento de la genética fue una de las dificultades con las que se encontró Darwin y le impidió explicar el origen de la variabilidad entre los individuos de una especie, así como el modo en que se transmitían de generación en generación las variaciones ventajosas.

1. Teoría sintética
A mediados del siglo XX, las propuestas de Darwin fueron enriquecidas y actualizadas con los nuevos conocimientos de genética y otras ramas de la ciencia. El resultado fue la teoría sintética de la evolución, cuyas aportaciones más importantes son: 
  • La unidad evolutiva no es el individuo sino la población: Por población se entiende el conjunto de individuos de una especie que viven en la misma área. La selección natural actúa sobre el acervo genético de la población, o conjunto de genes con todas sus variantes que existe en una población.
  • El origen de la variabilidad está en las mutaciones: Se denomina mutación al cambio súbito que se produce en el ADN. Estos cambios hacen que los organismos portadores muestren alguna característica diferente (la variabilidad de Darwin). Al tratarse de cambios en el material genético, las mutaciones son heredables. Las mutaciones se producen al azar y, en consecuencia, resultan generalmente perjudiciales para sus portadores que serán eliminados por la selección natural. No obstante, en cientos casos esas mutaciones proporcionan alguna ventaja y sus portadores tendrán más posibilidades de sobrevivir y transmitirla a la descendencia.
También hay mutaciones neutras, es decir, aquellas que no producen ventajas ni inconvenientes y pueden mantenerse en la población en porcentajes minoritarios. A veces ocurre que un cambio en el medio hace que una mutación neutra proporciones en las nuevas condiciones alguna ventaja.

2. Cómo cambia la información genética
La información que contiene el ADN, como cualquier otro tipo de información, está "escrita" con un código determinado, el código genético. Este libro está escrito con un código que utiliza todas las letras del alfabeto y con ellas construye palabras que forman párrafos.
El código genético sólo usa cuatro "letras" (A, T, G, C) y con ellas construye "palabras" que siempre están constituidas por 3 letras (por ejemplo, A-C-G); se denominan tripletes. Con las palabras construye "párrafos" más o menos largos, son los genes. Una secuencia de "párrafos" encadenados constituye un "capítulo", que sería la molécula de ADN de un cromosoma. Varios capítulos (46, en la especie humana) componen un "libro" que sería el genoma completo de un individuo.


Todas las células de un individuo tienen el mismo genoma, ya que todas se han formado a partir de la célula huevo por divisiones sucesivas. Cuando la célula huevo, o cualquier otra, va a dividirse hace previamente una copia exacta de su genoma; así, las dos células hijas tendrán el mismo genoma.
En ocasiones, el sistema de copiado del genoma comete un error en una "letra", en una "palabra", en una "frase" o, incluso, en todo un "capítulo". Se habrá producido una mutación.

3. La evolución no siempre es gradual
Tanto la teoría de Darwin como la sintética son teorías gradualistas, es decir, sostienen que los cambios evolutivos se producen como consecuencia de la acumulación lenta y progresiva de pequeños cambios.
Para los paleontólogos Stephen Gould y Niels Eldredge los datos que proporciona el registro fósil no encajan con el modelo gradualista. Si la evolución fuese gradual, señalan estos científicos, el registro fósil estaría lleno de especies en permanente cambio y encontraríamos numerosas formas intermedias entre una especie y la que se ha originado a partir de ella. Por el contrario, lo que muestra el registro fósil es que las especies suelen tener largos períodos de estabilidad interrumpidos por períodos cortos en los que ocurren numerosos cambios. Se han encontrado formas intermedias, pero son menos frecuentes de lo que cabría esperar si el proceso evolutivo fuese gradual.
Desde este modelo, la evolución parece seguir un ritmo muy irregular, con fuertes acelerones y caídas bruscas. Es lo que se conoce como teoría de los equilibrios interrumpidos o saltacionismo.

4. Evo-devo
Entre los miles de genes que forman el genoma de un individuo existen jerarquías. Así, mientras que unos genes regulan pequeños detalles, hay otros que controlan grandes decisiones que afectan a otros muchos genes y determinan el diseño corporal de un individuo. Como cabe suponer, una mutación en un gen de la máxima jerarquía tendrá unos efectos muy importantes.
Estas ideas forman parte de una teoría evolutiva emergente que se conoce como evo-devo (evolution y development, evolución y desarrollo en inglés) que vendría a explicar los grandes saltos evolutivos de los que se habla en la teoría de los equilibrios interrumpidos.
En todo caso, tanto la teoría de los equilibrios interrumpidos como la evo-devo explican la evolución haciendo intervenir la variabilidad entre individuos y la selección natural. Son, por tanto, básicamente darwinistas pero no proponen un modelo gradualista, como Darwin, sino otro que, además de pequeños cambios graduales, puede explicar los grandes saltos evolutivos.

martes, 12 de febrero de 2019

Sigmund Freud

Nació en 1856 en Freiberg (actual República Checa), en el seno de una familia judía. Su padre era mayor que su madre, lo que hace más comprensible un enamoramiento edípico que Freud analizó en sí mismo y luego generalizaría. Posteriormente se trasladaron a Viena, donde estudió Medicina y fue influido por el materialismo biologicista de su maestro Brücke. Solicitó una beca de estudios y fue a Francia para conocer los tratamientos mediante hipnosis que realizaban Charcot y Bernheim. A la vuelta colaboró con Joseph Breuer, con quien publicó en 1895 Estudios sobre la histeria. El año 1900 es la fecha clave para datar el inicio del psicoanálisis, con la publicación de La interpretación de los sueños. En esta obra aparecen los conceptos fundamentales de la nueva teoría (inconsciente, represión, complejo de Edipo...), que a partir de ahora Freud irá reelaborando y aplicando a diferentes campos. En esta tarea, Freud se vio acompañado por un grupo de discípulos cada vez más numeroso, en el que irán apareciendo disensiones (Adler, Jung...); llegó incluso a formarse un comité para vigilar la ortodoxia del psicoanálisis y decidir qué interpretaciones tenían cabida en él y cuáles no. Desde 1923 padeció un cáncer de boca, lo que puede ayudar a entender el tono pesimista de sus últimos escritos. Tras la anexión de Austria por la Alemania nazi en 1938, Freud huyó a Londres, donde moriría un año después.

domingo, 10 de febrero de 2019

La manipulación genética

Suele entenderse por manipulación genética toda alteración artificial y voluntaria de los caracteres hereditarios que se transmitirán a la siguiente generación. Es decir, consiste en alterar los genes, que son los elementos responsables de la transmisión de caracteres de los padres a los hijos, para producir diferentes efectos sobre las generaciones sucesivas.
Esta alteración se ha producido desde muy antiguo, aplicando las técnicas de cruce entre especies o variedades diferentes de seres vivos.
Sin embargo, en la actualidad existen técnicas para alterar directamente determinados caracteres de una especie, tanto vegetal como animal. De este modo se obtienen especies más rentables para los seres humanos: variedades de maíz más resistentes y con mayor número de granos, ovejar que producen más lana y de mayor calidad, etc. Así se producen los llamados alimentos transgénicos.
En principio, estos alimentos son el resultado de una manipulación genética que los hace más fáciles de producir, de conservar y de transportar, por lo que se presentan como un logro científico-técnico de beneficios indudables.
Pero aún quedan interrogantes para lo que no hay una respuesta definitiva: ¿qué consecuencias para la salud humana se pueden derivar del consumo de esos alimentos? ¿Quiénes van a ser los verdaderos beneficiarios de un aumento de la producción mundial de alimentos gracias a la manipulación genética? ¿Pueden alterar el equilibrio ecológico los cultivos transgénicos? En definitiva, ¿se puede admitir cualquier tipo de manipulación genética en los vegetales y animales destinados a la alimentación humana?

jueves, 7 de febrero de 2019

La idea del inconsciente hasta el psicoanálisis de Freud

1. Precursores del psicoanálisis
La idea de una mente inconsciente, aunque usualmente se asocia al nombre de Sigmund Freud, es muy anterior en la historia del pensamiento. Podemos encontrarla en Platón, quien habla de conocimientos adquiridos antes del nacimiento, olvidados posteriormente y recuperables por medio de la reminiscencia: para Platón, y para casi todo el pensamiento antiguo y medieval, la mente consciente es sólo una parte o aspecto de la totalidad del alma.
Sin embargo, en el siglo XVII, Descartes separa tajantemente el mundo material, caracterizado por la ocupación de un espacio y la ausencia de pensamiento, de la mente pensante, cuya esencia es precisamente eso: pensar (es decir, ser consciente). De esta forma, el alma se convierte en una realidad experimentable a la que se empieza a llamar mente o conciencia: lo mental es consciente, lo único que no tiene conciencia es lo material; una mente no consciente es, según esto, una mente no mental: una contradicción en los términos.
La naciente psicología científica, introspeccionista, siguió el camino marcado por Descartes, pero desde otros campos (filosofía, literatura, medicina...) se fue abriendo camino la idea del inconsciente. Un hito importante es la publicación, en 1869, de la obra Filosofía del inconsciente, de Eduard von Hartmann, que recogía ideas de Schopenhauer y que posteriormente influiría en la filosofía de Nietzsche (autor este último en el que el propio Freud encontraría sorprendente e inesperadas coincidencias en sus propios puntos de vista).

 Lo irracional: Schopenhauer, Hartmann, Nietzsche   
Una de las raíces de la idea de inconsciente se encuentra en la filosofía irracionalista alemana, nacida como reacción contra el idealismo de Hegel, que afirmaba la equivalencia entre realidad y razón: "Todo lo real es racional; todo lo racional es real". Arthur Schopenhauer (1788-1860) descubre un fondo irracional de la realidad, impulso ciego sin finalidad clara, que se manifiesta en el hombre como deseo siempre insatisfecho (voluntad de vivir). Siguiendo esta vía, Eduard von Hartmann (1843-1906) llama inconsciente a ese mismo fondo irracional y titula su obra más conocida Filosofía del inconsciente. El deseo insatisfecho toma en Nietzsche (1844-1900) la forma de voluntad de poder, impulso que es la esencia de la vida y cuya represión por parte de la razón (lo apolíneo que aplasta lo dionisíaco) es la raíz de la enfermedad moral, la decadencia.

A finales del siglo XIX, cuando Freud inicia su actividad profesional como médico, varios científicos trabajan en el estudio de fenómenos mentales cuya única explicación plausible es la admisión de un psiquismo inconsciente: se trata, sobre todo, de la hipnosis (durante el trance, el sujeto hipnotizado recibe sugerencias que luego no recuerda, pero que determinan su conducta) y la enfermedad que en ese momento se conoce como histeria (del griego hístera, útero, ya que alguna vez se pensó que se trataba de una enfermedad radicada en dicho órgano y que afectaba exclusivamente a mujeres), y que podemos describir como una disfunción corporal cuya causa es mental, pero desconocida para el sujeto.
Los precursores de Freud en la investigación del inconsciente, que influyeron directamente sobre él, son básicamente tres:
  • El francés Charcot trataba mediante hipnosis a enfermos de histeria, que obedecían sus instrucciones de recuperar la capacidad física perdida (por ejemplo, el ciego veía o el paralítico volvía a mover las piernas); de esta forma quedaba demostrado el origen mental de estas enfermedades, cuyos síntomas eran removibles por medio de la hipnosis.
  • Bernheim, a cuyas clases también asistió Freud, investigó profundamente el fenómeno hipnótico como resultado de la sugestión verbal. Experimentó con sujetos a los que estando hipnotizados daba órdenes que después, ya despiertos, obedecían al pie de la letra; asimismo, les ordenaba olvidar algún hecho o pensamiento para después indicarles que, tan pronto como hiciera un gesto cualquiera (por ejemplo, tocarles con un dedo en la frente), recordaran lo olvidado: de esta forma demostraba que tanto el olvido como el recuerdo pueden ser provocados por mecanismos mentales inconscientes.
  • Fue, finalmente, el vienés Josef Breuer quien, además de apoyar moral, intelectual y materialmente a Freud en los inicios de su carrera profesional, aportó un método de tratamiento de la histeria que después, apenas modificado salvo por el hecho de excluir la hipnosis y sustituirla por la asociación libre, daría lugar al psicoanálisis.
2. Hacia el concepto de represión: el caso de Anna O
El propio Freud atribuye a Breuer el descubrimiento de lo esencial del método psicoanalítico en su método catártico-hipnótico, que aplicó en el tratamiento de una enferma de histeria que aparece mencionada en la literatura psicoanalítica con el falso nombre de Anna O. 

Josef Breuer, Anna O y Freud
La enferma presentaba extraños síntomas como la parálisis ocasional de un brazo, la incapacidad de beber o el olvido de su propia lengua materna, síntomas que se habían manifestado en su mayoría en la época en que Anna se ocupó de cuidar a su padre gravemente enfermo.
Breuer utilizó la hipnosis para ayudar a la paciente a recordar los pensamientos y emociones asociados a la primera aparición de esos síntomas. Cuando, estando hipnotizada, le preguntó acerca de la repugnancia a beber, recordó un episodio ocurrido años atrás:

Contó con extremadas muestras de asco que un día había entrado ella en la habitación de su institutriz inglesa, a la que no tenía gran afecto, y había visto que su perrito, un animalucho repugnante, estaba bebiendo agua en un vaso; mas no queriendo que la tacharan de descortés e impertinente no había hecho observación alguna. Después de exteriorizar enérgicamente en este relato aquel enfado, que en el momento en que fue motivado tuvo que reprimir, pidió agua, bebió sin dificultad una gran cantidad y despertó de la hipnosis con el vaso en los labios. Desde ese momento desapareció por completo la perturbación que le impedía beber.

El proceso que había llevado a Anna al desarrollo del síntoma aparecía evidente a los ojos de Breuer: una emoción retenida se había convertido en un impulso reprimido que actuaba desde la mente inconsciente provocando la formación de un síntoma asociado a la emoción originaria. Tan pronto como la emoción se expresa de forma consciente, el rodeo por el cual se vuelve primero inconsciente y después llega a la conciencia en forma de síntoma se vuelve superfluo: el síntoma, pues, desaparece y la paciente queda curada.
En ocasiones, la emoción reprimida es un deseo inconfesable: el propio Freud cuenta el caso de otra paciente, con síntomas similares a los de Anna O, que disfrazaba la atracción sexual hacia el marido de su hermana en forma de cariño fraternal; cuando después su hermana cayó enferma y murió, su primer pensamiento al ver el cadáver fue: "Ahora ya no hay obstáculo para que él se case conmigo". La joven se horrorizó ante la aparición de esta idea y no sólo reprimió ésta, sino que olvidó también las circunstancias en que se manifestó (la muerte de su hermana).
¿Qué es, pues, la represión? Es el mecanismo mediante el cual un contenido mental (pensamiento, deseo, etc.) consciente pero peligroso es convertido en inconsciente: el sujeto lo retira de la conciencia, "se olvida" de él para que no le perturbe; sin embargo, como hemos visto en los ejemplos anteriores, por volverse inconsciente el proceso mental no deja de existir, más bien conserva su fuerza como impulso y busca la forma de llegar de nuevo a la conciencia. Es como si en una clase un alumno molesto fuera expulsado del aula y enviado al pasillo, pero desde allí siguiera golpeando la puerta y haciendo todo tipo de ruidos para interferir en la marcha normal de la clase: en esta comparación, el aula equivale a la vida consciente y el pasillo a la mente inconsciente. 
 

sábado, 2 de febrero de 2019

La revolución darwiniana

Charles Darwin (1809-1882)
1. Perspectiva evolucionista
El año en que Lamarck publicó su teoría evolutiva nació Charles Darwin (1809-1882). Su abuelo, Erasmus Darwin, era evolucionista y había publicado sus ideas lamarckistas unos años antes que el propio Lamarck.
A los 22 años, Darwin se enroló como naturalista en el Beagle, un barco de la armada británica en el que durante cinco años daría la vuelta al mundo. Las observaciones que hizo, los datos que recogió y las reflexiones que le generaron marcaron el resto de su vida.
Con todo, tardaría varios años en madurar su teoría evolutiva y algunos más en decidirse a publicarla. La recepción de una carta del naturalista americano Alfred Wallace, en la que le comentaba unas ideas evolucionistas similares a las suyas, le hizo en 1859, publicar su obra cumbre, El origen de las especies por selección natural.
En ella exponía su perspectiva evolucionista de la naturaleza, apoyada con observaciones, y proponía el procedimiento por el que ocurría la evolución, la selección natural.
Las ideas básicas de la teoría evolutiva de Darwin son:
  • Nacen más individuos de cualquier especie de los que pueden sobrevivir: Los recursos del medio (alimento, refugio, etc.) son siempre limitados. En consecuencia, no todos sobrevivirán. Así la capacidad reproductiva de los conejos permitiría que invadiesen todas las tierras si dispusieran de alimento ilimitado y careciesen de depredadores.
  • Entre los individuos de cualquier especie existen variaciones o diferencias heredables. Por ejemplo, en una población de conejos unos son más veloces que otros.
  • Se produce una selección natural. Si nacen más individuos de los que pueden sobrevivir y no todos son iguales, sobrevivirán aquellos que sean más aptos, es decir, los que posean alguna variación que les proporcione cierta ventaja con respecto a otros congéneres. Así, los conejos más veloces sobrevivirán al ataque de sus depredadores.
  • La población cambia gradualmente. Los individuos que sobreviven son los que tienen descendencia y a ella le transmitirán la variación ventajosa. De este modo, cada vez habrá más individuos de esta variación ventajosa. Como consecuencia, la población cambiará continua y gradualmente.
Unos años después de El origen de las especies, Darwin dedicaba un libro exclusivamente a la evolución humana, en el que nuestra especie pasaba a tener antepasados comunes con el resto de seres vivos. La revolución darwiniana se había completado.

2. Selección natural y adaptación
Darwin utilizó la expresión "selección natural" para subrayar las analogías y diferencias entre este proceso y la selección artificial realizado por los criadores dedicados a la mejora de animales. Estos criadores eligen para la reproducción los individuos con las características consideradas idóneas (mayor producción de carne, leche, etc.).
Para Darwin, en la naturaleza, hay una selección permanente pero quien la realiza es la propia naturaleza.
Como Lamarck, Darwin había constatado que todos los organismos se encuentran maravillosamente adaptados a su medio (si no lo estuvieran no podrían sobrevivir) pero el procedimiento de adaptación que proponía era radicalmente diferente.
  • Para Lamarck, el medio inducía en los organismos el tipo de cambio más adecuado. La evolución sería finalista o teleológica, es decir, tendría un determinado objetivo, y una vez iniciada podría determinarse el final. Por ejemplo, la adaptación al agua de un mamífero como un antepasado del delfín conduciría necesariamente a la transformación de sus extremidades en aletas similares a las de los peces.
  • Para Darwin, sin embargo, el medio sólo puede "elegir" las opciones más ventajosas entre aquellas que la variabilidad de los individuos le proporciona. La adaptación, por tanto, no sería un acto voluntario del organismo, ni algo inducido por el medio sino seleccionado por el medio. Así, la transformación de las extremidades de los antepasados del delfín en aletas sería resultado de seleccionar aquellos cambios que proporcionaban a sus portadores ventajas natatorias, pero el final nunca está decidido previamente. Por esos las extremidades de otros mamíferos marinos, como las focas, han seguido un proceso diferente a las del delfín.
3. La naturaleza tiene criterios de cambio
El medio ambiente también se modifica. Puede hacerlo como consecuencia de un cambio climático, o por la entrada de algún organismo depredador, parásito o competidor que no existiera antes, o por muchas otras causas. Un cambio de este tipo supone una modificación del criterio de selección natural.
Supongamos, por ejemplo, que un cambio climático está generando un ascenso notable de las temperaturas. La liebre ártica presenta un pelaje blanco durante el invierno, es una adaptación al clima frío. Si la temperatura sube, y el suelo ya no está nevado, el pelaje blanco que le permitía pasar desapercibida ante los depredadores se convierte ahora en una desventaja. Si entre la población de liebres había algunas de pelaje más oscuro tendrán más posibilidades de sobrevivir, pero si ninguna de ellas tiene esa tonalidad puede que la especie se extinga. Muchas extinciones ocurridas a lo largo de la historia se han producido como consecuencia de cambios climáticos.
Una población muy homogénea resulta más vulnerable a los cambios del medio que otra que ofrezca mayor diversidad.