Sabemos casi con seguridad que, al igual que el resto de los grandes primates, los seres humanos surgieron en las zonas tropicales africanas; pero mientras que a aquéllos la Naturaleza les mantiene constreñidos en sus hábitats originarios, la especie humana se ha extendido por las más variadas regiones del globo. ¿A qué se debe este hecho?
Los animales se encuentran ajustados a su medio y en él se mueven con relativa seguridad de acuerdo con las pautas, prácticamente invariables, establecidas por su especie. El ser humano, sin embargo, es un ser esencialmente desajustado, inadaptado, carente casi absolutamente de pautas fijas, y que sólo gracias a su capacidad intelectiva puede desarrollar las técnicas adecuadas para procurar sobreponerse a las dificultades que encuentra en la Naturaleza.
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