La democracia implica, como condición sine qua non, la existencia de una pluralidad de partidos y, por tanto, un contraste o puesta en cuestión mutua y permanente de los programas y de las actividades del gobierno por los distintos partidos de la oposición (o los de unos partidos por otros).
Este contraste es una conveniencia social y política por las siguientes razones:
a) En toda comunidad existe una pluralidad de opiniones y criterios diferentes sobre la forma de llevar a cabo las tareas de gobierno y, en nombre de la propia dignidad humana, resultaría injusto todo intento de someter y acallar por medios coactivos, unas en beneficio de otras.
b) El único medio de garantizar la libertad de opinión y el derecho de crítica consiste en permitir a las distintas corrientes de opinión la posibilidad de organizarse, de elaborar sus programas y de manifestar sus proyectos.
c) Sólo así se garantiza la alternancia pacífica en el gobierno del Estado de las diversas fuerzas políticas y de las diferentes corrientes de opinión.
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