El desarrollo de las neurociencias ha dado lugar a un mayor conocimiento del funcionamiento del cerebro y de los procesos mentales. Con ello, el debate sobre el problema mente-cerebro ha cambiado, centrándose en un aspecto concreto: la explicación de la conciencia. Por eso, las posiciones actuales del debate responden, en su mayoría, a esta cuestión. Tanto las posiciones de los autores más clásicos como las de los actuales pueden agruparse en tres grandes bloques: dualismos, monismos y emergentismos.
1. Respuestas dualistas
Según la postura dualista, la mente y el cerebro son dos entidades diferentes que pueden interactuar mutuamente o no, pero que no comparten características comunes. El cerebro es la parte "material", es espacial, puede conocerse por medio de la percepción externa, es observable, no es intencional ni tiene conciencia. La mente, por su parte, es "inmaterial", no ocupa espacio, sólo puede captarse por percepción interna, privada y subjetiva, es intencional y es donde radica la conciencia. En este grupo estarían Platón y Descartes.
Ha habido intentos de explicación dualistas que han negado la relación entre mente y cerebro, como es el caso de la tesis independentista o autonomismo; sin embargo, actualmente la mayoría de los autores reconocen que el cerebro es el órgano central y que los fenómenos psíquicos tienen relación -de uno u otro modo- con su funcionamiento. Por eso las teorías interaccionistas son las que han cobrado más relevancia. Afirman que lo mental y lo corporal interactúan, pero consideran que la conciencia no es reducible ni identificable con los procesos cerebrales.
2. Respuestas monistas
El monismo considera que los procesos mentales son propiedades o resultados del funcionamiento del cerebro. No se trata de dos entidades diferentes, sino de una sola -la material, física- que produce un tipo de fenómenos especiales, explicables por medio de sus estructuras y conexiones. Algunos autores, como Spinoza, han defendido que la actividad consciente y la cerebral son dos aspectos de la misma realidad; otros, como es el caso de Aristóteles, que se trata de dos realidades tan cohesionadas que una no puede ser entendida sin la otra, ni considerada independientemente de ella. Actualmente, la mayoría de los autores defienden un monismo materialista, es decir, una reducción de la mente a los procesos cerebrales materiales.
3. Respuestas emergentistas
Hay un grupo de respuestas que niegan tanto el dualismo como el monismo, aunque en algunos casos se sitúan en posiciones cercanas a uno u otro grupo: no están de acuerdo con que haya dos principios irreductibles, como sostienen los dualistas, y tampoco están de acuerdo con el reduccionismo monista. El emergentismo afirma que existen niveles de realidad con propiedades diferentes: lo mental surge, emerge y depende de los procesos físico-biológicos, pero sus propiedades son cualitativamente diferentes.
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