domingo, 3 de septiembre de 2017

La situación de la psicología en la actualidad

1. Especialidades
Desde sus inicios, las investigaciones en psicología se han dirigido a una serie de temas (percepción, pensamiento, personalidad...) que han ido dando lugar a unas especialidades. También casi desde sus inicios, los psicólogos han distinguido entre la ciencia como tal y sus aplicaciones prácticas. La especialización en psicología ha existido siempre, pero desde finales del siglo XX no dejan de multiplicarse los nuevos campos de estudio: la Asociación Americana de Psicología (APA) cuenta con 56 divisiones, que en conjunto ofrecen la imagen de un "paraguas" que cubre subdisciplinas temática y metodológicamente muy diferentes entre sí. En principio, podemos clasificar las diferentes ramas de la psicología en dos grandes conjuntos: la psicología teórica (o básica) y la psicología aplicada.

1.1. Psicología teórica
Comprende los diferentes campos de conocimiento que han sido objeto de interés de los psicólogos: psicología general, psicología evolutiva o del desarrollo, psicología del aprendizaje, psicología de la personalidad, psicobiología (hoy más conocida como neurociencia), psicología diferencial, psicología social, psicología de la cultura y el arte, etc.

1.2. Psicología aplicada
Incluye campos (familia, profesión, educación, trastornos mentales, etc.) en los que el trabajo del psicólogo puede resultar útil para el funcionamiento de las instituciones y adaptación de los individuos a sus condiciones de vida y trabajo. Distinguimos de esta forma especialidades como la orientación familiar, educativa y profesional, la psicología clínica, la psicología del trabajo y las organizaciones, y las asesorías psicológicas en diferentes terrenos (policía, justicia, ejército, deporte, etc.).
  • Psicología general: Estudio teórico de los procesos psicológicos básicos (percepción, memoria, pensamiento, emoción, etc.).
  • Psicología evolutiva: Estudio teórico del proceso de desarrollo desde el nacimiento a la vida adulta.
  • Psicobiología: Estudio de las bases biológicas de la conducta y los procesos mentales.
  • Neurociencia: Otra denominación para la psicobiología, que atiende sobre todo al estudio del sistema nervioso.
  • Psicología diferencial: Estudio de las diferencias individuales entre los sujetos, determinadas principalmente por medio de test.
  • Psicología social: Estudio de la influencia de los grupos y situaciones sociales en los procesos mentales y conductuales.
  • Psicología clínica: Estudio y tratamiento de los trastornos mentales.
2. La psicología en el siglo XXI

Durante buena parte del siglo XX, la psicología estuvo dividida en escuelas teóricas en competencia. Cruzar las líneas teóricas se consideraba una herejía intelectual. En la actualidad, los psicólogos son más flexibles al considerar los méritos de los nuevos enfoques, combinar elementos de diferentes perspectivas según lo demanden sus intereses o hallazgos de investigación; además, están surgiendo nuevas teorías e iniciativas.
Charles G. Morris y Albert A. Maisto, Introducción a la psicología 
 
La psicología, desde sus inicios como ciencia a finales del siglo XIX, fue configurándose a lo largo del siglo XX como un cuerpo que integraba múltiples escuelas, métodos y campos de investigación y trabajo. Desde finales del siglo XX las fronteras entre escuelas se han vuelto más permeables. Junto a la variedad de enfoques, las características de la "nueva psicología" son fundamentalmente tres: una mayor especialización, la colaboración con otras ciencias (biología y medicina) y una cierta crisis de identidad, que lleva a la permanente necesidad de redefinirse. La segunda de estas características viene determinada por la auténtica avalancha de descubrimientos en relación con la investigación genética y neurológica: en los últimos años se ha aprendido más acerca del genoma humano, la química de los neurotransmisores y el funcionamiento del cerebro que en todos los siglos anteriores. La psicología del siglo XXI no ha podido permanecer de espaldas a los avances de la neurociencia y otras especialidades, lo que lleva en ocasiones (tercera característica) a cuestionar el valor científico de la psicología frente a las aportaciones de la biología molecular, la bioquímica, la genética, la fisiología y la medicina.
La pregunta que en la actualidad muchos psicólogos no pueden dejar de hacerse se puede formular más o menos así: ¿tiene sentido seguir manteniendo el status de la psicología como ciencia distinta e independiente de la neurología y la psiquiatría, divisiones de la medicina dirigidas a campos similares a los trabajados por los psicólogos?

3. ¿Es la psicología una ciencia?
Hasta ahora hemos hablado de psicología científica como algo opuesto a la psicología especulativa o filosófica, insistiendo en el empleo por los psicólogos de métodos indiscutiblemente científicos como la observación y la experimentación; sin embargo, tenemos que advertir que esta denominación despierta muchas suspicacias y ha provocado críticas desde distintos sectores intelectuales, incluido el mismo campo de la psicología: en el siglo XX ha sido muy frecuente que psicólogos de cierta corriente acusen a los que pertenecen a otra corriente distinta de no hacer ciencia, sino otra cosa (los conductistas contra todos los demás), o que la ciencia que hacen no es en realidad psicología. En verdad, esta situación se da en muy pocos sectores de la ciencia y es uno de los argumentos recurrentes de los que niegan el carácter científico de la psicología.
Otras acusaciones se refieren a la ausencia de metodología científica o a la variedad de métodos diferentes y hasta contradictorios entre sí: si usa un método científico (entendiendo por tal el que se basa en la observación externa, la experimentación y el establecimiento de correlaciones estadísticas a partir de los datos obtenidos), la psicología no hace otra cosa que apropiarse de los resultados de otras ciencias (biología, neurofisiología, etc.); y si busca un campo propio debe recurrir a métodos no científicos (introspección, hermenéutica, reflexión filosófica...).
Frente a estas críticas, los partidarios de considerar a la psicología como ciencia argumentan de la siguiente manera: es cierto que la psicología no es una ciencia aislada del resto, sino que aprovecha los métodos y resultados de otras ciencias, pero lo hace adoptando una perspectiva propia y distinta. Por ejemplo, al psicólogo le interesan los hallazgos de la neurociencia no en sí mismos, sino en tanto le ayudan a comprender la conducta, las emociones y el pensamiento humanos, que son asuntos específicos de la psicología; lo mismo se puede decir de las investigaciones genéticas, bioquímicas o etológicas, los hallazgos paleontológicos, etc. En conclusión, el carácter interdisciplinar de la psicología no niega, sino que enriquece, su carácter científico: une la explicación propia de las ciencias naturales con la comprensión propia de las ciencias humanas. Y en definitiva, sus resultados son científicos en cuanto que, como los de cualquier otra ciencia, están sometidos a la prueba de la realidad: una teoría psicológica será rechazada siempre que la evidencia empírica la desmienta, exactamente igual que una teoría física, biológica o de cualquier otro campo de la ciencia.

Las terapias de grupo han demostrado su eficacia en numerosas organizaciones de ayuda mutua.
4. Un mal uso de la psicología
La dimensión pragmática de la psicología provoca que se pueda hacer también un mal uso de esta ciencia. En efecto, muchos pensadores han señalado el peligro de que las investigaciones sociales de la psicología sean utilizadas para fines ideológicos o puramente comerciales, en lugar de ir encaminadas hacia la resolución de problemas psicosociales de graves consecuencias. Es frecuente que los grupos de poder político o ideológico utilicen técnicas psicológicas para manipular las conciencias de las masas en su propio interés y beneficio. De igual modo, la publicidad se vale de estudios realizados por los psicólogos sobre la forma de interiorizar los gustos y los deseos colectivos en las conciencias personales, para incrementar su efecto persuasivo utilizando los conocimientos que ha alcanzado la psicología social. De ahí la necesidad moral de respetar un código deontológico en el ejercicio profesional de esta disciplina.

5. ¿Es la psicología una técnica útil?
Otra posible valoración del saber psicológico consiste en dejar de lado su supuesto carácter científico y considerarlo simplemente como un conjunto de técnicas útiles para la vida. En tal caso, no debemos preocuparnos tanto por saber si las teorías psicológicas nos proporcionan un conocimiento verdadero cuanto si sirven para mejorar la vida en diferentes aspectos (ser más felices, curar enfermedades, seleccionar a las personas adecuadas para las distintas tareas, elaborar técnicas educativas o publicitarias más eficaces, etc.).
Por supuesto, las dos concepciones de la psicología (ciencia y técnica útil) no son incompatibles entre sí, pero tampoco van necesariamente unidas. Quizá la respuesta a la pregunta "¿qué es la psicología?" no haya que buscarla en campos como la lógica o la epistemología, sino en la propia psicología y equivale a esta otra. "¿qué es lo que, de verdad, interesa a los que se interesan por la psicología?". 

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