Como el sistema nervioso, aunque de otra manera, el sistema endocrino también influye en las reacciones psicológicas del organismo. Consiste en un conjunto de glándulas, distribuidas por el organismo, que segregan hormonas, es decir, sustancias químicas que se vierten en la sangre para alterar la forma de las respuestas orgánicas. Las hormonas cumplen un papel semejante al de los neurotransmisores, de hecho, algunas sustancias como la epinefrina pueden ser ambas cosas. Se diferencian en la velocidad con que actúan: rápida en el caso de los neurotransmisores y más lenta en el de las hormonas. Generalmente, sistema nervioso y sistema endocrino actúan de forma coordinada para regular las respuestas del organismo. Por ejemplo, ante una situación de emergencia el sistema nervioso autónomo moviliza los recursos corporales: aumenta el ritmo cardiaco y hace más profunda la respiración para aumentar la cantidad de oxígeno, a la vez que ordena a las glándulas suprarrenales la liberación de adrenalina y noradrenalina para prolongar el esfuerzo.
De todas las glándulas (tiroides, paratiroides, páncreas, suprarrenales, gónadas...) que forman el sistema endocrino, sin duda la hipófisis es la que ejerce el papel principal: regula el funcionamiento de las demás glándulas incrementando su secreción cuando no liberan suficiente cantidad de hormonas en la sangre (mecanismo de feedback). Sin embargo, la propia hipófisis depende en su funcionamiento del hipotálamo, lo que pone de relieve la íntima comunicación entre los sistemas nervioso y endocrino.
Las principales glándulas del cuerpo humano son las siguientes:
1. La hipófisis, como ya hemos visto, la glándula maestra del sistema endocrino, a la vez regulada por el hipotálamo.
2. La tiroides, situada en el cuello, segrega tiroxina, que regula el estado general de actividad del organismo (demasiada tiroxina provoca insomnio, agitación, impulsividad...; poca tiroxina genera sueño y cansancio). En la misma glándula tiroides se alojan las paratiroides, cuatro pequeñas glándulas que regulan el metabolismo del calcio e influyen en la excitabilidad de la persona.
3. La glándula pineal o epífisis, en el centro del encéfalo, segrega melatonina, que sirve para regular la actividad del organismo durante los ciclos de sueño y vigilia.
4. El páncreas, junto al estómago, segrega dos hormonas, insulina y glucagón, cuya acción conjunta mantiene un nivel equilibrado de azúcar en la sangre. El exceso de insulina produce hipoglucemia, con síntomas como fatiga crónica y pérdida de conciencia; por el contrario, su producción insuficiente es una de las formas de diabetes.
5. Las gónadas (testículos en el varón y ovarios en la mujer) producen dos tipos de hormonas, los andrógenos (básicamente la testosterona) y los estrógenos. Los andrógenos son producidos en mayor proporción por los testículos, por lo que se consideran hormonas masculinas, mientras que los estrógenos, de igual forma pero a la inversa, se consideran hormonas femeninas. Además de su influencia en el deseo sexual, se ha comprobado el efecto de estas hormonas en la agresividad de los varones y la competitividad en las mujeres.
6. Las glándulas suprarrenales son responsables de la producción de adrenalina y noradrenalina, hormonas que son también neurotransmisores y que activan las funciones corporales relacionadas con las respuestas del organismo a situaciones de estrés, además de producir otras hormonas como la cortisona, reguladora del metabolismo general.
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