viernes, 5 de enero de 2018

Formas especiales de percepción


     1. Percepción subliminal
Se conoce con este nombre a la percepción (si se le puede llamar así) que se produce por debajo del umbral de la conciencia. De esa manera, la persona no sabe o no es consciente de que está recibiendo ciertos estímulos, aunque se supone que los mismos provocan efectos sobre el cerebro. Lo grave de este tipo de “percepción” es que, al no ser consciente el sujeto, no puede defenderse de sus efectos. Debido a sus posibilidades manipuladoras, en muchos países la publicidad subliminal está prohibida por ley.
En la década de los cincuenta, en un cine de New Jersey, se llevó a cabo una experiencia sobre percepción cuyos resultados levantaron una gran polémica científica. Mientras se exhibía la película Picnic, entre fotogramas del bello rostro de la actriz Kim Novak se intercalaban mensajes publicitarios del tipo “Coma palomitas” y “Tome Coca-Cola”. El tiempo de exposición de las frases era tan corto (1/25 de segundo) que el público asistente a la proyección no era consciente de recibir dichos mensajes publicitarios. La experiencia se realizó en el mismo cine durante seis semanas. Al parecer, en ese periodo las ventas de palomitas subieron un 50% y las de Coca-Cola un 17% (la diferencia entre un producto y otro se explicó por las bajas temperaturas de esos días, que no favorecían la venta del refresco). A partir de ese experimento, comenzó a estudiarse la llamada percepción subliminal.
La preocupación por la manipulación comercial e ideológica a la que todos podemos estar sometidos sin enterarnos siquiera es tan grande que las historias sobre percepción subliminal, reales o inventadas, calan en seguida en la conciencia colectiva. Los más espectaculares experimentos sobre percepción subliminal, como el anteriormente mencionado, supuestamente arrojan unos resultados contundentes, pero se critica la falta de controles científicos.
Ilusión de Ehrenstein
Quizá el experimento más fiable sea el realizado por Smith y Erikson en 1955: Basándose en el fenómeno conocido como “ilusión de Ehrenstein”, en el que un cuadrado sobre el que aparecen líneas divergentes es percibido como un trapecio, estos psicólogos proyectaron un cuadrado y, durante breves lapsos de tiempo inferiores al umbral de la percepción consciente, unas líneas divergentes. Los sujetos creían percibir trapecios, lo que prueba que las líneas no percibidas conscientemente influían en la percepción total.
No todos los especialistas aceptan la realidad de la percepción subliminal, lo que no impide la utilización de la misma en la propaganda comercial y política. Algunos autores utilizan el término subcepción en lugar de percepción subliminal: la diferencia entre ambos términos es que la subcepción se refiere a la percepción de estímulos próximos al umbral mínimo, pero no por debajo de él (ya que, en este último caso, la percepción es por definición imposible).

2.    2. La alucinación del miembro fantasma
El miembro fantasma es el término con el que se conoce al fenómeno por el que la mente continúa recibiendo las sensaciones correspondientes a un miembro recién amputado. En la actualidad se piensa que el fenómeno se debe a una cierta inercia en el funcionamiento de las neuronas implicadas en la recepción de sensaciones del miembro amputado, que necesitan un tiempo para adaptarse a las nuevas funciones requeridas por el organismo.
Más allá de las causas y el tratamiento de esta peculiar alucinación, lo que se pone de manifiesto es la posibilidad de que la mente tiene que construir una falsa realidad al margen de los estímulos recibidos por los receptores sensoriales.

3.    3. Percepción por estimulación eléctrica del cerebro
Desde que Penfield aplicaba directamente pequeñas descargas eléctricas en ciertas zonas del cerebro para producir las sensaciones correspondientes, sabemos que la existencia de estímulos externos no es estrictamente necesaria para que la mente disponga de sus propias sensaciones y percepciones. Técnicas nuevas como los implantes cocleares, las prótesis retinianas o el llamado “ojo Dobelle” pretenden sustituir a los receptores naturales cuando éstos no pueden realizar su función.
Éstas y otras técnicas quirúrgicas similares platean la posibilidad de una percepción artificial donde los objetos percibidos no sólo sean captados con la ayuda de instrumentos mecánicos o eléctricos, sino literalmente construidos por dichos instrumentos.

El “ojo Dobelle”, llamado así por su inventor, William H. Dobelle, es un complicado sistema capaz de generar sensaciones visuales en ciegos con la retina dañada mediante la transmisión de señales eléctricas al córtex visual. En síntesis, el “ojo” consta de un receptor de imágenes similar a una pequeña cámara (en el futuro podría sustituirse por un chip en la retina), un ordenador que codifica las señales luminosas y las transforma en impulsos eléctricos y un grupo de electrodos en el córtex visual que se activan al recibir dichos impulsos.
Aunque el método se ha aplicado todavía a un pequeño número de personas y éstas no alcanzan una visión perfectamente nítida, sino sólo una cierta capacidad de reconocer formas y luces (similar a la visión sin lentes de una persona muy miope), es posible que en el futuro se alcance la curación completa de la ceguera.

4.    4. Percepción extrasensorial
A falta de comprobación experimental y consenso científico sobre su realidad, nos limitamos a dejar constancia de las discusiones y especulaciones en torno a otra supuesta forma de percepción que, a diferencia de las anteriores, se construiría al margen de los datos sensoriales, o con datos sensoriales de un tipo muy diferente al de los que hoy aceptamos como tales. Se considera percepción extrasensorial fundamentalmente la telepatía (captar el pensamiento de otra persona sin utilizar medios físicos), y a ésta se añaden otras manifestaciones aún más problemáticas como la precognición (conocimiento de hechos futuros), la retrocognición (conocimiento de hechos pasados desconocidos hasta el momento) y la visión a distancia.

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