sábado, 4 de abril de 2020

¿Qué es la democracia?

El término "democracia" proviede del griego, demokratia, palabra compuesta de demos, que significa pueblo, y kratos, que significa gobierno. Se trata, por tanto, de un sistema política en el que gobierna el pueblo y no un monarca (rey) o un grupo selecto de personas (aristocracia). Esta definición parece muy clara y, sin embargo, no lo es.

1. El "gobierno del pueblo"
Para descubrir las dificultades que encierra esta definición de democracia, vamos a analizar detalladamente la expresión "la democracia es el gobierno del pueblo".
En primer lugar, cuando decimos "el pueblo" deberíamos preguntarnos a continuación "¿quiénes forman el pueblo?". La historia de la democracia muestra numerosos intentos de "excluir" del concepto de pueblo a determinados grupos sociales, desde los esclavos en la Grecia clásica hasta los menores de una determinada edad en la actualidad, pasando por los extranjeros, las mujeres o los negros.
El término que enlaza a los dos conceptos anteriores -"el gobierno del"- tampoco está nada claro, ya que suscita cuestiones como las siguientes:
  • ¿Gobierna el pueblo directamente o lo hace a través de representantes?
  • ¿Qués es un representante, un mero portavoz o alguien que, una vez elegido, se representa a sí mismo?
  • ¿Debe el gobierno del pueblo ser obedecido aunque obre injustamente?
2. La democracia es algo plural
Todos estos interrogantes ponen de manifiesto que no hay una sola manera en entender la democracia o, lo que es lo mismo, que hay distintos modelos de democracia.
Hoy en día todo el mundo dice ser demócrata y, sin embargo, se practica la democracia de modos diferentes e incluso incompatibles entre sí. Aclarar racionalmente los sentidos del término es decisivo porque, en caso contrario, la democracia puede convertirse en un "dogma" y usarse de forma demagógica o manipuladora, como de hecho ocurre en bastantes casos.
Además la democracia no es una forma fija de gobierno. Diferentes organizaciones políticas pueden denominarse "democráticas" con pleno sentido y derecho. Así, por ejemplo, existen sistemas democráticos bipartidistas y también los hay pluripartidistas; existen monarquías cuyo funcionamiento es democrático, pero también hay repúblicas; algunos sistemas democráticos son presidencialistas, mientras otros dan más peso a los partidos políticos.


3. Funcionamiento del sistema democrático
En la actualidad vivimos en sociedades muy complejas y formadas por millones de ciudadanos, lo que hace que la participación política se canalice a través de la representación. Los ciudadanos eligen representantes que elaboran las leyes en el parlamento. 
Por otra parte, la pluralidad de intereses y de voluntades hace que no sea posible, desde un punto de vista práctico, que todos los ciudadanos opinen acerca de todas las cuestiones y problemas que se plantean. De aquí que la regla de la mayoría sea el mecanismo básico de funcionamiento. Una ley es aceptada si encuentra una mayoría de votos, sin que sea siempre necesaria la unanimidad que parece derivarse de la definición de democracia.
No obstante, para que un Estado sea plenamente democrático no necesita someterlo todo a la decisión de la mayoría. Los sistemas democráticos deben tener un conjunto de procedimientos que aseguren el respeto igual de todas las libertades, sean o no mayoritarias. El primero de ellos es la Constitución, verdadero marco general de actuación, donde los legisladores encuentran una orientación para su actividad. No se puede legislar lo que se quiera, por más que se tenga una gran mayoría.
Nuestra Constitución, por ejemplo, recoge en sus primeros artículos una serie de normas que pueden ser denominadas moral legalizada o moral positiva, por cuanto se trata de verdaderos principios recogidos en este marco jurídico. Esto significa que el desarrollo que hagan los legisladores no puede ir en contra de los derechos humanos, tal como han sido reconocidos en la Declaración universal de la ONU de 1948.
Esto supone que, aun entendiendo la necesidad de aplicar la regla de la mayoría, democracia significa también el respeto a la minoría. Es decir, la regla de la mayoría ha de tener un uso limitado, pues en democracia no todo consiste en tener más votos que el adversario político.      

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