miércoles, 6 de mayo de 2020

¿Qué problemas presentan los trasplantes?

Trasplantar es sustituir un órgano enfermo y que pone en peligro la vida de una persona por otro que funcione adecuadamente. No siempre es necesario sustituir el órgano completo, a veces es suficiente con trasplantar parte del órgano, algún tejido o simplemente células.
El transplante de órganos y tejidos como método terapéutico presenta tres graves problemas: el rechazo inmunológico, la escasez de órganos disponibles y la imposibilidad técnica de obtener determinados órganos y tejidos.

1. ¿Cuántos tipos de transplante hay?
  • Autotrasplante o autoinjerto: Donador y receptor son el mismo individuo. Se utiliza en el caso de tejidos o porciones de órganos como piel, hueso, vasos sanguíneos o médula ósea. No hay rechazo.
  • Isotrasplante: Donador y receptor son gemelos idénticos. Son genéticamente idénticos y, como en el caso del autotrasplante, no se produce rechazo.
  • Xenotrasplante: Donador y receptor son de especies distintas. Ejemplo de esto es la utilización de válvulas cardíacas de cerdo en humanos. Existe riesgo de rechazo.
  • Alotrasplante: Donador y receptor son individuos de la misma especie pero no son genéticamente idénticos. Este es el tipo de trasplante más común. Existe riesgo de rechazo.
2. El rechazo inmunológico
Nuestro sistema inmunitario tiene la capacidad de distinguir lo propio de lo extraño; si los glóbulos blancos detectan algo extraño inmediatamente intentan destruirlo. Esta capacidad es de enorme importancia cuando lo extraño son bacterias, virus... que pueden hacernos daño, pues así es posible superar muchas enfermedades. El problema es que estas defensas también funcionan cuando un órgano, un tejido o unas células procedentes de un donante se introducen en el cuerpo de un receptor.
 
Por eso es imprescindible que donante y receptor sean lo más parecidos posible, que sean compatibles; en caso contrario se produce el rechazo. El receptor intenta defenderse del cuerpo extraño y lo destruye, lo rechaza, y eso puede ocasionar su muerte. La única manera de evitar el rechazo es que donante y receptor sean "idénticos", pero eso casi nunca es posible.
Para evitar o minimizar el rechazo se utilizan potentes fármacos denominados inmunosupresores que reducen de manera drástica la capacidad de respuesta del sistema inmunitario. Sin embargo, los inmunosupresores también presentan un problema y es que, a la vez que reducen la posibilidad de que se produzca el rechazo del trasplante, dejan expuesto al organismo a las más diversas infecciones. Estos fármacos, que a medio y largo plazo son tóxicos para la persona que los toma, se han de suministrar durante toda la vida del paciente.
 
3. La imposibilidad técnica de obtener determinados órganos y tejidos
Algunos órganos, como el cerebro, y en general el tejido nervioso, es imposible obtenerlos y trasplantarlos. Hoy por hoy, no es posible disponer de las células nerviosas que podrían curar, por ejemplo, lesiones de la médula espinal, la mayoría como consecuencia de accidentes y que comportan la pérdida de movilidad en las personas afectadas. Otras enfermedades neurodegenerativas, como el párkinson y el alzhéimer, que van menguando las facultades mentales de las personas afectadas, podrían también beneficiarse de la disponibilidad de estas células.
 
4. Médula ósea y médula espinal
La médula ósea es una sustancia parecida a la sangre que se encuentra en el interior de los huesos, sobre todo en la cabeza de los huesos largos y en la cadera. Produce todo tipo de células sanguíneas: glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Su trasplante permite curar graves enfermedades como la leucemia, o cáncer de la sangre. La médula espinal está constituida por tejido nervioso y recorre la columna vertebral. Suele lesionarse como consecuencia de un accidente y en la actualidad no es posible sustituir el tejido dañado.
 
5. Medicina regenerativa
A pesar del indudable éxito de los trasplantes, los problemas que plantean son difíciles de resolver. Los medicamentos inmunosupresores tienen importantes consecuencias adversas, el número de donaciones aumenta pero sin llegar a cubrir las necesidades mínimas y no parece sencillo poder trasplantar tejido nervioso. Por eso los científicos tienen puesto su empeño en el desarrollo de nuevas terapias que eliminen el problema de la escasez de órganos y tejidos para trasplantes y que eviten el temido rechazo.
Muy probablemente estas nuevas terapias pasarán en un futuro próximo por la medicina regenerativa, que se basa en la utilización de las células madre y cuyo objetivo es regenerar cualquiera de los tejidos o los órganos que no funcionan sin provocar daños en el enfermo.      

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