domingo, 5 de septiembre de 2021

Repercusiones del evolucionismo: la utilidad funcional

La teoría evolucionista es significativa en el estudio de la conducta, tanto por negar toda diferencia cuantitativa entre el hombre y el animal, como por hacer hincapié en la utilidad funcional de varios procesos conductuales –como el instinto, la inteligencia, el aprendizaje y la motivación– en la adaptación de los organismos al ambiente en interés de la supervivencia. Así, se considera que la conducta sirve a las necesidades del organismo, una concepción funcional que probablemente no tuvo un precedente claro o de mucha influencia en la historia del pensamiento occidental. Aunque el evolucionismo repercutió variadamente al hacer hincapié en los instintos o en la controversia sobre ellos, al acentuar lo intencional y la búsqueda de metas de la conducta y al intentar explicar mecánicamente la conducta, es nuestra impresión que su mayor significación se encuentra en el modelo funcional o utilitario al que dio vida. Ha sido enorme el número de investigadores de la conducta animal que ocasionaron los principios evolucionistas. Una de sus más importantes consecuencias fue la noción de pulsión, un término usado para describir los estados internos, cuya consecuencia es una actividad inquieta que sólo se determinará cuando se acalle el estado interno por medio de una actividad consumatoria o de la muerte. Así, hubo una tendencia a identificar la motivación con dichos estados internos, y las ideas motivacionales fueron dominando cada vez más el pensamiento psicológico de la primera mitad del siglo XX. Posteriormente, desde mediados del XX, empieza a cambiar esta forma de pensamiento, de manera que, como condicionantes de la motivación, se acentúan la activación, la autorrealización, las fuentes externas y otros procesos cognitivos independientes de la motivación.



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