viernes, 2 de abril de 2010

La Lógica

El término "lógica" se utiliza con frecuencia en expresiones de uso común que todas las personas comprenden, unas veces aseguramos que algo es lógico queriendo indicar con ello que se entiende fácilmente o que es evidente; otras, afirmamos que determinada persona actúa con lógica o que tiene un comportamiento lógico y con ello nos referimos a que dicha persona es coherente, es decir, a que no obra a tontas y a locas ni lleva una conducta contradictoria; por último, cuando comentamos que una película o un informe carecen de lógica, aludimos a que sus contenidos no tienen sentido o a que están desprovistos de una estructura o de una relación adecuada entre ellos.
En todos los casos mencionados la palabra "lógico" se refiere a ciertas relaciones, orden, armonía o estructura que descubrimos en los objetos, en las expresiones o en las personas.
El sentido científico de este término no se aleja mucho de los significados señalados, sino que, simplemente, parece exigir una mayor precisión y exactitud; así, podemos describir la Lógica como la ciencia que estudia las leyes y las formas que debe cumplir una argumentación, o lo que es lo mismo, las condiciones formales que debe reunir el razonamiento para que las relaciones en él establecidas sean válidas.


La lógica tradicional, o lógica clásica, fue creada por Aristóteles en el siglo IV a.C. y ampliamente estudiada durante la Edad Media. La estructura sobre la que se construye esta lógica son los silogismos, que consisten en una argumentación formada por tres proposiciones, dos antecedentes llamadas premisas, de las cuales se deriva una tercera, llamada conclusión; por ejemplo:

todos los árboles son vegetales
las encinas son árboles
luego las encinas son vegetales

El silogismo es una enunciación, en la que, una vez sentadas ciertas proposiciones, se concluye necesariamente en otra proposición diferente, sólo por el hecho de haber sido aquéllas sentadas. Cuando digo sólo por el hecho de haber sido sentadas las primeras proposiciones quiero decir que a causa de ellas resulta probada la otra proposición; y entiendo por esta última expresión, que no hay necesidad de un término extraño para obtener la conclusión necesaria. Llamo, por tanto, silogismo completo a aquél en que no hay necesidad de ningún otro dato además de los previamente admitidos, para que la proposición necesariamente aparezca en toda su evidencia.
ARISTÓTELES

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