sábado, 3 de septiembre de 2011

Arte y genio en Kant

Para los griegos, el estado ideal de creación artística consistía en el "endiosamiento", esto es, en el hecho de que el artista se convertía en un medium (medio) a través del cual la diosa o musa se manifestaba y expresaba. Pues bien, este concepto se transforma en Kant en el concepto de genio.


El entierro del Conde Orgaz, pintado por El Greco, representa un ejemplo perfecto del poder creador del genio.

Junto al gusto, que es la facultad de juzgar lo bello, Kant propone el genio como la facultad de crear o producir objetos bellos. Veamos las dos definiciones, complementarias entre sí, que da Kant de "genio":
  • Genio es el talento (o don natural) que da la regla al arte.
  • Genio es la capacidad espiritual innata mediante la cual la Naturaleza da la regla al arte.
De estas dos afirmaciones, nos interesa extraer las siguientes ideas:
a) El genio es un don, es un regalo que la Naturaleza proporciona a la persona, al artista, para que pueda crear objetos bellos.
b) Ese talento, esa capacidad es absolutamente innata (no producida, sino que nace con la vida) y, mediante ella, el artista se comporta en la creación de objetos bellos como si fuera Naturaleza. El artista es así una Naturaleza creadora. De ahí que Kant señale para el genio las cualidades siguientes:
  1. Originalidad. El genio produce los objetos bellos sin tener en cuenta regla alguna, sino simplemente guiándose por las ideas de su propia imaginación o mente. El genio se opone a lo que Kant llama el espíritu de la imitación, esto es, el genio jamás imita a nadie. Ciertamente, todo proceso de aprendizaje lleva consigo una cierta imitación. Pero lo que hace el genio es, en todo caso, seguir las orientaciones de otros genios; es en este sentido en el que decimos que los productos del genio son modelos y ejemplares para que puedan ayudar a otros genios.
  2. Los productos del genio, las obras de arte realmente geniales, se convierten en modelos, en productos ejemplares que sirven y orientan a otros artistas, entre los que puede aparecer algún nuevo genio. Asimismo, ofrecen criterios fiables que pueden ayudar a distinguir entre una verdadera obra de arte y un producto que, aunque parece obra de arte, es simplemente fruto de la habilidad y de la imitación.
  3. Dado que el genio es Naturaleza y no es ciencia, no puede comunicar a nadie las reglas conforme a las cuales produce su arte. En ello se distingue claramente de la ciencia, cuyos contenidos más difíciles pueden ser aprendidos con esfuerzo y buenos maestros. Puesto que se trata de una capacidad espiritual innata, es imposible aprender o enseñar la genialidad; el artista nace, el científico se hace.

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