domingo, 18 de marzo de 2012

El concepto de aculturación

Los agentes de socialización llevan a cabo una función mediante su incidencia o influjo sobre ciertos elementos sociales, a saber, los valores, los usos y costumbres, la ideología, las creencias, etc., o, en síntesis, mediante su incidencia en la cultura. Pues bien, a este proceso de recepción e interiorización de la cultura, es decir, a este proceso de socialización, se le denomina aculturación. Según esto, podemos distinguir entre aculturación intergrupos y aculturación dentro del grupo o enculturación.

Aculturación intergrupos
Cuando dos o más pueblos o civilizaciones entran en contacto se produce un trasvase de contenidos y formas culturales del pueblo más evolucionado al menos evolucionado. La trasmisión de dichas formas, unas veces se lleva a cabo por simple aceptación, pero otras, éstas son impuestas de manera violenta.

Aculturación dentro del grupo
La aculturación dentro del grupo recibe los nombres de enculturación y endoculturación. La cultura no solamente se trasvasa de un grupo a otro, sino que, también, dentro del propio grupo el proceso vital de los individuos constituye un proceso continuo de aculturación, intenso y rápido en las edades infantiles y juveniles y más tenue según el individuo va madurando.
En nuestros días, debido sobre todo al enorme alcance y poder de los mass media, el proceso de aculturación tiene lugar con enorme intensidad en las dos formas señaladas, de tal manera que día a día se van eliminando numerosas particularidades e idiosincrasias y cada vez con mayor celeridad se tiende hacia la uniformidad cultural; en primer lugar, a la uniformidad dentro del propio grupo (se propende a imitar las formas, los hábitos, los comportamientos, etc., de las élites) y, en segundo, a la uniformidad de la civilización mundial (se tiende a imitar los comportamientos habituales de los estados ricos, o los países ricos tienden a imponer, de una u otra forma, sus valores y sus modos de vida a los países pobres).

Aculturación y anomia
Los fenómenos de aculturación, estableciendo diversas formas y pautas de comportamiento, favorecen la conformidad y la cooperación de los individuos. Pero en ninguna sociedad se logra la cooperación y la conformidad de todos sus miembros, sino que, con frecuencia, surgen conductas desviadas y en estos casos se suele hablar de anomia.

La anomia consiste en la conducta desviada respecto a los valores, normas y costumbres vigentes en una sociedad. Ahora bien, dentro de la anomia cabe distinguir entre el conflicto o la desviación social y la desorganización social. El conflicto o la desviación social tiene lugar cuando existen ciertas conductas que en mayor o en menor medida violan las normas y principios vigentes. El concepto de desorganización, en cambio, hace alusión a la ausencia de estructura u organización social o a la falta de vigor de las estructura social para imponerse a los individuos.
Por supuesto, la desviación afecta a la organización social y, cuando es profunda y se encuentra generalizada, puede incluso destruirla; pero desviación y desorganización social, desde el punto de vista sociológico, son dos conceptos completamente distintos; el primero es normal, el segundo, patológico.

La llamada "sociedad" no es nunca lo que este nombre promete. Es siempre, a la vez, disociedad, repulsión entre los individuos. Como por otro lado pretende ser lo contrario, necesitamos abrirnos radicalmente a la convicción de que la sociedad es una realidad constitutivamente enferma, deficiente -en rigor, es, sin cesar, la lucha entre elementos y comportamientos sociales y comportamientos disociadores y antisociales-.
ORTEGA Y GASSET

Causas que favorecen la anomia
La anomia tiende a ser mayor cuanto menor es el grado de integración social. Pero, dado que la integración suele ser menor en las clases económicamente más desfavorecidas, en éstas se darán con mayor frecuencia los fenómenos de anomia. En este sentido, la desviación social puede deberse a numerosos factores, entre los cuales podemos señalar como los más importantes los siguientes:

  • Ciertas predisposiciones hereditarias: Tendencias paranoicas, esquizofrénicas o histéricas.
  • Modelos y prototipos vigentes: El prestigio y el éxito de algunos delincuentes, asesinos o terroristas, los espectáculos crueles o violentos.
  • Contradicciones entre los valores sociales y las posibilidades reales de las personas: Por ejemplo, nuestra sociedad valora en gran medida los éxitos económicos, pero las condiciones reales impiden acceder a ellos a la inmensa mayoría de las personas, por tanto algunas intentan el acceso a los bienes económicos por caminos ilícitos.
  • Existencia de mayor o menor índice de violencia difusa en la sociedad: Situaciones de terrorismo, crímenes y robos, falta de autoridad, partidos políticos corruptos...
  • Cambios sociales bruscos: La industrialización repentina de determinadas comarcas rurales, por ejemplo, puede originar una fuerte inmigración, dando lugar a numerosos fenómenos de anomia (tribus urbanas, pasotismo, drogas, etc.).
  • Situaciones de masificación: Las personas integradas en las masas, con frecuencia, se sienten más propensas a liberar sus impulsos y a adoptar conductas violentas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario