1. De los antiguos a los modernos
Los diversos conceptos no siempre se han entendido de la misma manera. El concepto de libertad no es una excepción. A grandes rasgos, la libertad ha sido entendida de dos maneras:
- Según los "antiguos", sobre todo griegos y romanos, ser libre significaba tomar parte de las cuestiones de la ciudad, es decir, integrarse en la comunidad, aceptar sus leyes y exigir sus derechos. Ser libre es ser ciudadano y el que no es libre no es ciudadano, sino esclavo.
- Según los "modernos", desde el siglo XVIII en adelante, la libertad no es algo social, al menos en un principio, sino un asunto individual. Éste es el significado que hemos heredado nosotros.
2. "Libertad de" y "libertad para"
Cuando espontáneamente nosotros pensamos en la libertad, asociamos a este concepto la independencia de todo aquello que nos impida hacer lo que queremos; pero, bajo esta noción más común, podemos descubrir otra noción de libertad más aquilatada y precisa: ser uno mismo, ser fiel al propio proyecto de vida. Este segundo concepto de libertad presupone el primero, pero lo desarrolla y de alguna manera lo transforma. La tradición filosófica ha hablado así de:
- "Libertad de": se refiere a la no dependencia y no interferencia de los demás. Se trata de una libertad negativa.
- "Libertad para": alude al compromiso y fidelidad a uno mismo. Se trata de una libertad más interna y positiva.
3. Pluralidad de libertades
La libertad, según el ámbito en que se aplique, tiene diferentes sentidos. La libertad abstracta se realiza en las libertades concretas. Entre otras, podemos destacar las siguientes:
- Libertad física: es la posibilidad de movimiento, lo opuesto a estar encerrado o encarcelado.
- Libertad política: capacidad de ejercer nuestros derechos políticos de participación en la vida de nuestras comunidades políticas (el derecho al voto responde a esta libertad).
- Libertad civil: capacidad de ejercer nuestros derechos civiles, por ejemplo, comprar una casa, derecho a la huelga, etc.
- Libertad de pensamiento: capacidad de pensar lo que queremos y, más concretamente, de poder expresarlo; este tipo de libertad se realiza, por ejemplo, en la libertad de prensa.
- Libertad religiosa: posibilidad de elegir y ejercer las propias creencias sin estar coaccionado por nada o por nadie.
4. Vivir desde uno mismo
El sentido más profundo de la libertad es aquel que la entiende como autodeterminación. Ser libre no es sólo estar "liberado", sino poder hacer algo desde esta libertad. La libertad es por tanto difícil, pues implica riesgo, decisión y capacidad de tomar las riendas de nuestra propia vida.
Hay dos formas principales de entender el término "libertad". "Libertad" significa o bien la facultad de realizar o no ciertas acciones, sin ser impedido por los demás, por la sociedad como un todo orgánico o, más sencillamente, por el poder estatal; o bien el poder de no obedecer otras normas que las que me he impuesto a mí mismo. El primer significado es constante en la teoría liberal clásica, según la cual "ser libre" significa gozar de una esfera de acción, más o menos amplia, no controlada por los órganos de poder estatal; el segundo significado es el que emplea la teoría democrática, para la cual "ser libre" no significa no tener leyes, sino darse leyes a sí mismo. De hecho, llamamos "liberal" a quien persigue el fin de ensanchar cada vez más la esfera de las acciones no impedidas, mientras que llamamos "demócrata" al que tiende a aumentar el número de acciones reguladas mediante procesos de autorregulación. Por consiguiente, "estado liberal" es aquél en el que la injerencia del poder público está restringida al mínimo posible; "estado democrático", aquél en el que más numerosos son los órganos de autogobierno.
N. Bobbio, Estudios de historia de la filosofía (adaptado)