sábado, 22 de octubre de 2016

La sociedad intercultural: teoría y práctica

1. Dinámica cultural y sociedad civil
La sociedad civil está compuesta por un conjunto de asociaciones que tienen sus raíces en proyectos culturales diferentes y plurales. Por esta razón, la sociedad civil no la forman únicamente asociaciones económicas o mercantiles (empresas o bancos), sino asociaciones muy distintas, con personas que se organizan con motivaciones muy diferentes: solidarias, deportivas, culturales, religiosas, recreativas, etc. Utilizaremos el término sociedad civil para designar el entramado asociativo que forman estas organizaciones donde hay una gran pluralidad de motivaciones. La sociedad civil sería una red de redes o, como Michael Walzer la describe, un proyecto de proyectos.

El pulso de la libertad
La noción de sociedad civil comprende multitud de asociaciones libres que existen fuera del patrocinio oficial y que, con frecuencia, están dedicadas a propósitos considerados generalmente no políticos. Ninguna sociedad puede considerarse libre si no permite el funcionamiento de estas asociaciones voluntarias, el pulso de la libertad latirá muy débilmente allí donde estas asociaciones no se formen espontáneamente.
Ch. Taylor, Argumentos filosóficos 

2. Pluralidad cultural y pluralismo político
Esta caracterización de sociedad "civil" y no "política" puede explicarse por la evolución histórica del término. La expresión "sociedad civil", que procede de la latina societas civilis y de la anglosajona civil society, designa desde la Edad Media al conjunto de la sociedad (societas) que va diferenciándose paulatinamente del poder político de los soberanos (dominium). A partir del siglo XVII, designa una libertad de los individuos que han dejado de ser súbditos y aspiran a ser ciudadanos. 
Esta aspiración hará que se use el término en un doble sentido. Por un lado, para diferenciarlo del estado de naturaleza; y, por otro, para designar una independencia de los individuos frente al dominio político o Estado que se manifiesta en la libertad de conciencia, de culto, de expresión, de asociación, de reunión, de desplazamiento y de propiedad. Frente a la coacción que ejerce el Estado, la sociedad civil aparece como un ámbito de espontaneidad cuyo resultado será la aparición del pluralismo. No se trata de una simple aceptación de la pluralidad de intereses, sino de su articulación y ordenación en torno a valores comunes compartidos. 

3. Globalización y sociedad intercultural
Una de las características que mejor definen la situación actual de la cultura es la globalización. Esta globalización puede ser explicada en términos puramente económicos porque los mercados y la economía tienen dimensiones globales. En este caso, cuando se reduce la globalización a su dimensión puramente económica se describe como globalismo, como la nueva ideología del capitalismo transnacional. Sin embargo, la globalización no puede explicarse únicamente desde la economía porque hay factores históricos, culturales, ecológicos y religiosos que también apuntan hacia un nuevo modelo de sociedad internacional. En esta nueva sociedad global la armonización de diferencias culturales será la clave que nos permita explicar la interacción y organización. La sociedad intercultural no es una sociedad donde coexisten diferentes culturas (multiculturalismo), sino una sociedad donde éstas conviven y entrecruzan sus respectivos horizontes (interculturalismo). 

La globalización y el capital social
Las culturas locales están volviendo a despertar en todo el mundo. La globalización está cambiando el paisaje cultural. Los defensores de la globalización a buen seguro alegarán que el comercio libre y abierto y la expansión de las relaciones y actividades comerciales de todo tipo son la clave de un futuro más prometedor para todos. El fallo de esta premisa está en el supuesto equivocado de que el comercio estimula la cultura  cuando suele ser justo lo contrario... El comercio y el gobierno son instituciones secundarias, no primarias. Descienden de la cultura, no son sus progenitores. Los pueblos establecen primero un idioma común, unos códigos de conducta establecidos de común acuerdo y un propósito compartido, a saber, un capital social.
J. Rifkin, Un nuevo actor en la escena global 

4. Desafíos de la sociedad civil
En sus trabajos sobre la sociedad civil, la profesora Adela Cortina indica que la sociedad civil tiene un potencial ético por explotar que no tienen ni el Estado ni el mercado. Las organizaciones voluntarias (familias, amigos, vecinos, iglesias, cooperativas, etc) son

1. Escuela de civilidad. Es en ellas donde las personas aprenden y se entrenan para ser ciudadanos
2. Espacios para la transformación de la economía, porque ponen en cuestión los fines de la economía.
3. Instrumentos para revitalizar la cultura social, porque en ellas se aprenden tradiciones, valores e ideales sociales.
4. Espacio intercultural, porque en ellas aprenden a convivir culturas plurales. Una convivencia que no se consigue con la imposición de las leyes sino con la convicción de las personas.
5. Espacio para la calidad de vida, porque en ellas se valora que lo importante no es la cantidad de vida sino su calidad.
6. El tercer sector, porque es un nuevo sector de actividades sociales que coopera y complementa otros sectores como el de la economía o la política.       
7. La esfera de la opinión pública, porque en ellas se generan las deliberaciones sobre los problemas públicos comunes.
8. Revitalizadoras de la vida cotidiana, porque en ellas las personas encuentran sentido a las actividades cotidianas.
9. Descubren una solidaridad voluntaria, porque en ellas se desarrolla una conciencia ética universal que atiende a los débiles del Tercer y Cuarto Mundo sentando las bases de una sociedad civil cosmopolita.
10. Trabajan por la justicia, porque asumen la tarea de una justicia social que no compete únicamente al Estado sino a la sociedad en su conjunto.  

  

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