miércoles, 9 de mayo de 2018

La globalización y sus problemas

Metropolis, de George Grosz
Vivimos en un mundo global. La imagen arquetípica de ese mundo es la metrópolis, la ciudad desordenada en la que las vidas se entrecruzan, en la que los destinos de los hombres se deciden en un entorno rodeado de máquinas. Pero en la ciudad moderna emerge el cuarto mundo, el de los desarraigados, el de los excluidos y, más allá de la ciudad, están los territorios del hambre y de la guerra, olvidados por el mito del progreso.

1. ¿Qué es la globalización?
Llamamos globalización a una serie de cambios que hacen que las distintas sociedades del planeta se incorporen a un proceso de continuas relaciones recíprocas y que se produzca una mayor interdependencia entre países.
Vivimos en la sociedad de la información y de las redes telemáticas (sistemas de transferencia de información entre distintos ordenadores). Los conocimientos científicos y tecnológicos, las imágenes, los valores bursátiles, así como las noticias viajan en tiempo real por todo el planeta. Nosotros mismos podemos dar la vuelta al mundo en cuestión de horas. Esto altera nuestra percepción del espacio y del tiempo.
La globalización tiene una triple dimensión económica, política y cultural:
  • La globalización económica: Es motor del actual proceso de globalización. Consiste en una mayor relación entre las economías de los distintos países debida al incremento del comercio y de las inversiones internacionales.
  • La globalización política o geopolítica: La política clásica fue diseñada desde la idea de unos estados soberanos, que controlaban sus fronteras y se protegían de las influencias exteriores. Hoy, también, la política tiene un sentido global, que supera las fronteras de cada país.
  • La globalización cultural: De forma natural e inevitable se ha producido un proceso de intercambio entre culturas. Este intercambio enriquece nuestro mundo, lo hace más plural y diverso, pero posee el peligro de reducir la diversidad cultural, pues se tiende hacia una única cultura planetaria, que toma como modelo valores occidentales que se transmiten a través de la publicidad, el cine o la televisión.
Así, surgen inmediatamente dos grandes grupos de opinión: los que ven en la globalización un camino seguro hacia el progreso y los que nos advierten de la perpetuación de antiguas injusticias y la creación de nuevas desigualdades y formas de violencia.

2. Los organismos de la globalización
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) otorgan créditos a los estados del tercer mundo bajo la condición que éstos apliquen una política económica de inspiración liberal.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) fija las reglas del comercio mundial, reduciendo considerablemente el margen de decisión de los estados en el área de la economía o del medio ambiente.

3. El movimiento antiglobalización
El Movimiento de Resistencia Global (MRG) o antiglobalización es un fenómeno internacional que aglutina a multitud de grupos, asociaciones, sindicatos y partidos políticos de todo el mundo. Todos estos colectivos se caracterizan por su diversidad (estudiantes, anarquistas, homosexuales, hackers, ecologistas, neohippies...), pero tienen en común su rechazo al capitalismo y al modelo socioeconómico impuesto por el neoliberalismo.
El MRG surge como respuesta a la mundialización impuesta por los grandes organismos financieros y políticos y las multinacionales que ejercen el control sobre las instituciones y sobre la sociedad. Se resisten a aceptar la actual situación y luchan para evitar que los países ricos sean cada vez más ricos y los pobres más pobres.

Los problemas de la globalización
He escrito repetidamente sobre los problemas de las globalización: un régimen de comercio global injusto que impide el desarrollo, un sistema económico global inestable que provoca crisis recurrentes en los que los países pobres se ven lastrados una y otra vez por una deuda insostenible, y un régimen global de la propiedad intelectual que niega el acceso a medicamentos asequibles que salvan vidas, incluso cuando el sida hace estragos en el mundo en desarrollo.
También he escrito sobre las anomalías de la globalización: el dinero debería fluir de los países ricos a los pobres, en los últimos años ha ido en el sentido contrario. De hecho, he protestado tan fuerte y ruidosamente por los problemas de la globalización que muchos han llegado a la conclusión errónea de que pertenezco al movimiento antiglobalización. Creo que la globalización tiene un potencial enorme, siempre que se gestione adecuadamente.
Joseph E. Stiglitz, Premio Nobel de Economía
 

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