Se llama así al conjunto de cambios corporales observables (sonidos, posturas, gestos, etc.) que acompañan a una emoción determinada. Es la forma en que algo íntimo e inobservable (la propia emoción) sale fuera ("se ex-presa") para que pueda ser conocido por otros. Fundamentalmente se tienen en cuenta tres aspectos:
1 La voz (intensidad, tono y timbre). Existe una amplia evidencia en lo que se refiere a un descenso del tono y disminución de la intensidad en la tristeza y (con menos seguridad) en el asco, mientras que en las otras emociones básicas (miedo, alegría, sorpresa, ira) la voz se hace más aguda e intensa.
2 La postura corporal (hombros caídos o erguidos, manos abiertas o cerradas, posición de las extremidades, etc.) puede indicar también la emoción a la que acompaña.
3 La expresión facial. Es el aspecto más estudiado de la expresión emocional. Ekman ha identificado en detalle la codificación facial de las seis emociones que él considera básicas:
a - Alegría: las comisuras de los labios se retraen y elevan (sonrisa) y las mejillas igualmente se elevan.
b - Ira: aproximación y descenso de las cejas (ceño fruncido), retraimiento del párpado superior y elevación del inferior, estrechamiento de los labios, boca abierta o semiabierta al descender la mandíbula y elevarse el labio superior, dientes apretados, mirada fija.
c - Miedo: aproximación y elevación de las cejas, boca y ojos abiertos, labios tensos.
d - Sorpresa: elevación de las cejas, ojos muy abiertos, elevación de la barbilla, descenso de la comisura de los labios.
e - Tristeza: aproximación y elevación de las cejas, elevación de la barbilla, descenso de la comisura de los labios.
f - Asco: elevación del labio superior, descenso de mandíbula y comisura de los labios, elevación de mejillas, arrugas en frente, nariz y párpados inferiores.
¿Hasta qué punto es posible el control voluntario de la expresión emocional y, por tanto, el ocultamiento o simulación de las propias emociones? La vida en sociedad nos ofrece múltiples ejemplos de este hecho e incluye reglas de manifestación de las emociones que prescriben quién puede expresar qué emoción, ante quién y en qué ocasiones: no se puede (no es culturalmente correcto) expresar alegría en un funeral, ni en general ira en una reunión social; un policía no puede expresar miedo ante un delincuente, etc. Ocultamos las emociones o fingimos sentir lo que sentimos, pero la cuestión es si es posible borrar totalmente cualquier expresión emocional hasta el punto de que la emoción resulte absolutamente indetectable para los demás. El propio Ekman realizó una curiosa experiencia en que, tras proyectar distintas escenas de películas (cómicas, dramáticas o repugnantes) a varios grupos, pidió a todos los sujetos que expresaran alegría: todos ellos dibujaron sonrisas en sus caras; cuando posteriormente se pidió a otros sujetos diferentes que distinguieran cuáles de estas sonrisas eran reales y cuáles fingidas, el porcentaje de aciertos fue sorprendentemente alto. Por tanto, viene a decir este experimento que, aunque nos esforcemos en disimular nuestras auténticas emociones, siempre quedará alguna señal de ellas que personas suficientemente atentas podrán reconocer: no es posible controlar totalmente nuestra expresión emocional.
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