jueves, 29 de febrero de 2024

Vivir es un asunto urgente


Autor: Mario Alonso Puig

Nacido en Madrid en 1955, es médico especialista en cirugía general y digestiva. Ha dedicado parte de su vida a la práctica de la cirugía y a investigar cómo aflorar el potencial humano, fundamentalmente en momentos de desafío, incertidumbre y cambio. Colabora en diferentes medios de comunicación y se dedica también al coaching profesional. Ha dado múltiples conferencias en diferentes universidades de todo el mundo y en congresos de educación (le escuché en el Congreso Nacional de Escuelas Católicas de 2013, en Valladolid), sobre temas como el liderazgo, la comunicación, el estrés, la motivación, la creatividad, el espíritu emprendedor y la felicidad.

Edición original: 2008
Editorial Penguin Random House, Barcelona

Ideas seleccionadas:

- Las emociones no son buenas o malas, lo que pueden es tener sentido en un determinado momento o no tenerlo, pueden ser funcionales o ser disfuncionales. Las emociones las clasificamos en positivas, como la alegría o el amor, y en negativas, como puede ser el miedo, la tristeza o la ira. Todas las emociones, hasta las negativas, tienen un sentido. Es adecuado, por ejemplo, que experimentemos momentos de miedo que nos permitan actuar con cautela y no ser unos insensatos. En este caso, aunque la emoción es negativa, es al mismo tiempo funcional. Lo que ya no es adecuado es que vivamos permanentemente amedrentados, ya que en este caso la misma emoción se vuelve disfuncional.

- La humildad no es un virtud glamurosa y, sin embargo, eso no la hace menos necesaria. Humildad viene de humus que es lo que fertiliza la tierra. La humildad simplemente nos dice que solo tenemos acceso a un punto de vista y no a la realidad en su conjunto, y menos a la que contempla otra persona, y que, por tanto, si queremos conectar y comprender, necesitamos preguntar y escuchar. Es de esta manera como podemos recibir nuevas perspectivas, nuevos descubrimientos y sorprendentes aprendizajes.
Por eso veo que es importante no entrar en un patrón de defensa acérrima de nuestra posición, por acertada que nos parezca. Es clave estar abiertos a que se nos presente alguna argumentación que pueda, tal vez, ayudarnos a ver las cosas desde otra perspectiva. Muchas veces lo esencial no es convencer, sino comprender. Cuando uno consigue comprender, es cuando se puede conectar y una vez que se ha producido el encuentro, todo resulta ya posible.

- Nos hemos vuelto unos expertos a la hora de mandar a algunos de nuestros sentimientos como la ira, el miedo, la frustración y la desesperanza al sótano de nuestra casa y hemos pensado que se quedarían allí quietecitos y sin protestar. Como desde el piso de arriba no oímos sus golpes ni sus protestas, no nos damos cuenta de que nuestra casa retumba por doquier. Sin embargo, llega un momento en que esa emocionalidad se escapa del sótano y sale como un torbellino, mientras arrasa y destruye todo lo que encuentra a su paso.

- Es esencial afrontar los retos lo mejor preparado que se pueda y si por una u otra razón se tienen que afrontar con menor preparación, hay que hacerlo con confianza. Cuando seamos conscientes de nuestra capacidad para dar pasos firmes, comprobaremos que muchas de las sensaciones que tenemos de falta de capacidad y que nos llevan a desconfiar y perder la esperanza han sido condicionadas.

- Nosotros tenemos un solo cuerpo y, por tanto, los mensajes que se originan en una parte del cuerpo afectan al resto.

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