Autor: James Clear
Nació en 1986, en Ohio (EEUU).
Graduado en la Universidad Denison, una institución privada liberal, con énfasis en estudios universitarios en artes liberales (música, antropología, idiomas, teatro, filosofía) y ciencias generales
Edición original: 2018
Contenidos principales. Índice:
- Principios fundamentales: POR QUÉ LOS PEQUEÑOS CAMBIOS GENERAN UNA GRAN DIFERENCIA
- Primera ley: HACERLO OBVIO
- Segunda ley: HACERLO ATRACTIVO
- Tercera ley: HACERLO SENCILLO
- Cuarta ley: HACERLO SATISFACTORIO
Ideas seleccionadas:
▣ Cuando los científicos analizan a las personas que aparentemente tienen un enorme autocontrol, resulta que esos individuos no son para nada distintos a las personas que tienen que luchar por autocontrolarse. Por el contrario, las personas «disciplinadas» son mejores para estructurar sus vidas de tal forma que no requieren un poder de voluntad y un autocontrol heroicos. En otras palabras, pasan menos tiempo en situaciones que son tentadoras.
Las personas con el mejor autocontrol son las que, por lo regular, menos tienen que usarlo. Es más fácil poner en práctica tu autodominio cuando no tienes que usarlo muy frecuentemente. Así que, efectivamente, la perseverancia, el valor y la fuerza de voluntad son esenciales para el éxito, pero la manera de mejorar estas cualidades no consiste en desear ser una persona más disciplinada, sino en crear un ambiente más disciplinado.
Las personas con el mejor autocontrol son las que, por lo regular, menos tienen que usarlo. Es más fácil poner en práctica tu autodominio cuando no tienes que usarlo muy frecuentemente. Así que, efectivamente, la perseverancia, el valor y la fuerza de voluntad son esenciales para el éxito, pero la manera de mejorar estas cualidades no consiste en desear ser una persona más disciplinada, sino en crear un ambiente más disciplinado.
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El autocontrol es una estrategia a corto plazo, no sirve a largo plazo. Puedes controlarte y resistir la tentación una o dos veces, pero es poco probable que siempre puedas dominar tu fuerza de voluntad para dominar tus deseos. En lugar de convocar una nueva dosis de fuerza de voluntad cada vez que quieras hacer lo correcto, lo mejor es usar tu energía en optimizar tu ambiente. Este es el secreto del autocontrol. Convierte las señales de tus buenos hábitos en algo evidente y notorio y vuelve invisibles tus malos hábitos.
▣ En ocasiones, ponerse en marcha es útil, pero ello nunca va a producir un resultado por sí mismo. No importa cuántas veces vayas a hablar con el entrenador personal, eso no basta para que te pongas en forma. Tienes que entrenar para obtener el resultado que quieres alcanzar.
Si ponerse en marcha no basta para alcanzar resultados, ¿por qué lo hacemos? Algunas veces lo hacemos porque verdaderamente necesitamos un plan o aprender más sobre un tema. Pero con frecuencia, lo hacemos porque al ponernos en marcha sentimos que estamos progresando sin necesidad de correr el riesgo de fracasar. Muchos de nosotros somos expertos en evadir la crítica. No es agradable fallar y ser juzgado públicamente, así que tendemos a evadir situaciones en las que eso puede suceder. Y esa es la mayor razón por la cual nos ponemos en marcha pero no actuamos, porque queremos retardar el fracaso.
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Si quieres dominar un hábito, la clave es empezar con la repetición del mismo, no con la perfección. No tienes que tener contempladas todas las características de tu hábito de antemano. Solo tienes que ponerlo en práctica. Esta es la primera aportación de la Tercera Ley: solamente tienes que ponerte manos a la obra y hacer tus repeticiones.
▣ Es parte de la naturaleza humana seguir la ley del menor esfuerzo, la cual establece que cuando se tiene que decidir entre dos opciones similares, las personas naturalmente tenderán a elegir la opción que requiere la menor cantidad de trabajo.
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Cuanto mayor es el obstáculo ―es decir, cuanto más difícil es el hábito―, mayor es la resistencia que tienes que afrontar para alcanzar el estado que deseas. Este es el motivo por el cual es crucial lograr que tus hábitos sean tan sencillos de realizar que los sigas, aunque no tengas ganas.
▣ En la sociedad moderna muchas de las elecciones que haces no te beneficiarán de manera inmediata. [...] Vives en lo que los científicos llaman un sistema de retorno retardado porque puedes trabajar durante años antes de que tus acciones produzcan el resultado buscado.
El cerebro humano no evolucionó para la vida en un sistema de retorno retardado. Los restos más antiguos del hombre moderno, conocido como Homo sapiens, tienen aproximadamente 200.000 años. Estos fueron los primeros seres humanos que tuvieron un cerebro relativamente similar al nuestro. En particular, el neocórtex ―la región más desarrollada y nueva de nuestro cerebro, la responsable de las funciones cerebrales más complejas como el lenguaje― era casi del mismo tamaño hace 200.000 años que ahora. Actualmente estamos caminando por ahí con el mismo hardware que nuestros ancestros paleolíticos.
Fue recientemente, durante los últimos quinientos años aproximadamente, que la sociedad cambió y adoptó de manera predominante un sistema de retorno retardado. Comparada con la edad del cerebro, la sociedad moderna es realmente nueva.
▣ Ser curioso es mejor que ser inteligente. Mantenerse motivado y curioso cuenta más que ser inteligente porque lo primero conduce a la acción. Ser inteligente nunca producirá resultados por sí mismo porque no te pone en acción. Es el deseo, no la inteligencia, lo que provoca una conducta.
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