jueves, 4 de abril de 2019

El progreso y sus costes

No hay ninguna duda de que en la "civilización" y en general en toda capacidad humana se da un progreso, un desarrollo que trasciende el progreso de la vida individual (que se transmite, por tanto, de una generación a otra) y que es propiedad de todos: un desarrollo en la ciencia y la técnica, en el orden socioeconómico y político, en la seguridad y el goce de la vida, en la satisfacción de las necesidades, en la variedad de los productos culturales y las formas de disfrute, en el derecho, en el respeto público de la dignidad humana. En todo ello se da un progreso hacia lo mejor, al menos hacia lo más deseado, y también algún que otro retroceso, espantoso en ocasiones. Pero en conjunto puede hablarse hasta ahora de un "ascenso" de la humanidad y también de sus posibilidades de continuarlo en el futuro.
No obstante, como sabe hoy en día todo el mundo, es preciso pagar un precio por ello; con toda ganancia se pierde algo valioso y apenas hace falta decir que los costes humanos y animales de la civilización son altos y que el progreso sólo consigue aumentarlos.
Hans Jonas, El principio de responsabilidad


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