Cada ser humano es como los demás seres humanos, como algunos otros seres humanos y como ningún ser humano.
@blog_trca

sábado, 2 de noviembre de 2024

Y el cerebro creó al hombre

Autor: ANTONIO DAMASIO
Neurocientífico y profesor de Psicología, Neurociencia y Neurología en la Universidad del Sur de California

Y EL CEREBRO CREÓ AL HOMBRE
¿Cómo puede el cerebro generar emociones, sentimientos, ideas y el yo?

Editorial Destino, Grupo Planeta, Barcelona (2010)

Edición original de 2010
Título original: Self comes to mind
Edición digital para eBook de 2018
Traducción de Ferran Meler Orti

Índice:
Parte I - EMPEZAR DE NUEVO
Capítulo 1 - Despertar
Capítulo 2 - De la regulación de la vida al valor biológico
Parte II - ¿QUÉ HAY EN UN CEREBRO QUE PUEDA SER UNA MENTE?
Capítulo 3 - Crear mapas y elaborar imágenes
Capítulo 4 - El cuerpo en la mente
Capítulo 5 - Emociones y sentimientos
Capítulo 6 - Una arquitectura para la memoria
Parte III - SER CONSCIENTE
Capítulo 7 - La conciencia observada
Capítulo 8 - La construcción de una mente consciente
Capítulo 9 - El sí mismo autobiográfico
Capítulo 10 - Hacia una visión de conjunto
Parte IV - MUCHO TIEMPO DESPUÉS DE LA CONCIENCIA
Capítulo 11 - Vivir con una conciencia
Apéndice

Ideas seleccionadas:

- En cerebros modestos, formados por redes de neuronas configuradas como ganglios, las neuronas ayudan a las demás células del cuerpo y lo hacen a través de la recepción de señales que emiten las células corporales, ya sea fomentando la secreción de moléculas químicas (como sucede en el caso de una hormona que, secretada por una célula endocrina, llega hasta las células del cuerpo y cambia su función), ya sea haciendo posible los movimientos (como cuando las neuronas excitan las fibras musculares y hacen que se contraigan). En los intrincados cerebros de las criaturas complejas, sin embargo, las redes de neuronas llegan a imitar con el tiempo la estructura de partes del cuerpo a las que pertenecen. Terminan representando el estado del cuerpo, elaboran mapas, literalmente, del cuerpo para el que trabajan y se convierten en una suerte de sustituto virtual suyo, un doble neuronal. Y lo que es aún más importante, permanecen conectadas al cuerpo que imitan durante toda la vida.

- El organismo –el cuerpo y su cerebro– interactúa con los objetos, y el cerebro reacciona a la interacción. En lugar de elaborar un registro de la estructura de una entidad, el cerebro en realidad registra las múltiples consecuencias de las interacciones del organismo con la entidad. Lo que memorizamos de nuestro encuentro con un objeto dado no es sólo su estructura visual tal como queda acotada en las imágenes ópticas de la retina. Se precisan otras cosas más, a saber y en primer lugar, los patrones sensomotores relacionados con la visión del objeto (como los movimientos de los ojos y del cuello, o el movimiento del cuerpo en su conjuntos, si es pertinente); en segundo lugar, la pauta sensomotora relacionada con el tacto y la manipulación del objeto (si es pertinente); en tercer lugar, el patrón sensomotor resultante de la evocación de recuerdos previamente adquiridos y pertinentes al objeto; en cuatro lugar, los patrones sensomotores relacionados con el desencadenamiento de las emociones y las sensaciones sentidas relativas al objeto.

- En un momento determinado, un subconjunto de estas señales, una vez ensambladas y modificadas en ciertos núcleos superiores del tronco encefálico, generan sentimientos primordiales. El tronco encefálico no es un mero lugar de tránsito para las señales corporales que se dirigen hacia la corteza cerebral, sino una estación decisoria, esto es, capaz de sentir los cambios y responder en formas predeterminadas, aunque moduladas, en ese mismo nivel. El funcionamiento de esta maquinaria decisoria interviene en la construcción de sentimientos primordiales, de manera que esos sentimientos son más que simples "representaciones" del cuerpo, son más elaborados que los simples mapas. Los sentimientos primordiales son un subproducto de las circunstancias particulares en que se organizaron los núcleos del tronco encefálico, y de su inquebrantable bucle con el cuerpo. Y puede que a ello contribuyan también las características funcionales de las neuronas particulares que intervienen en el funcionamiento.

- [...] pese a la expansión funcional y anatómica de la corteza cerebral, las funciones del tronco encefálico no se duplicaron en las estructuras corticales. La consecuencia de esta división económica de papeles es una interdependencia completa y fatídica del tronco encefálico y de la corteza cerebral, que se hallan obligados a cooperar entre sí.
A la evolución del cerebro se le planteó un importante punto crítico anatómico y funcional, que la selección natural, como era de esperar, resolvió. Dado que al tronco encefálico todavía se le pedía que garantizara la plena operatividad de la regulación de la vida y los fundamentos de la conciencia para el conjunto del sistema nervioso, era necesario encontrar una vía que permitiera garantizar que el tronco encefálico influyera en la corteza cerebral y, lo que era igual de importante, que las actividades de la corteza cerebral influyeran en el tronco encefálico, de una manera más crítica, sin duda, cuando se trataba de la construcción del sí mismo central.

domingo, 19 de mayo de 2024

Hábitos atómicos

Autor: James Clear

Nació en 1986, en Ohio (EEUU).

Graduado en la Universidad Denison, una institución privada liberal, con énfasis en estudios universitarios en artes liberales (música, antropología, idiomas, teatro, filosofía) y ciencias generales

Edición original: 2018

Contenidos principales. Índice:

- Principios fundamentales: POR QUÉ LOS PEQUEÑOS CAMBIOS GENERAN UNA GRAN DIFERENCIA
- Primera ley: HACERLO OBVIO
- Segunda ley: HACERLO ATRACTIVO
- Tercera ley: HACERLO SENCILLO
- Cuarta ley: HACERLO SATISFACTORIO

Ideas seleccionadas:

▣ Cuando los científicos analizan a las personas que aparentemente tienen un enorme autocontrol, resulta que esos individuos no son para nada distintos a las personas que tienen que luchar por autocontrolarse. Por el contrario, las personas «disciplinadas» son mejores para estructurar sus vidas de tal forma que no requieren un poder de voluntad y un autocontrol heroicos. En otras palabras, pasan menos tiempo en situaciones que son tentadoras.
Las personas con el mejor autocontrol son las que, por lo regular, menos tienen que usarlo. Es más fácil poner en práctica tu autodominio cuando no tienes que usarlo muy frecuentemente. Así que, efectivamente, la perseverancia, el valor y la fuerza de voluntad son esenciales para el éxito, pero la manera de mejorar estas cualidades no consiste en desear ser una persona más disciplinada, sino en crear un ambiente más disciplinado.
[...]
El autocontrol es una estrategia a corto plazo, no sirve a largo plazo. Puedes controlarte y resistir la tentación una o dos veces, pero es poco probable que siempre puedas dominar tu fuerza de voluntad para dominar tus deseos. En lugar de convocar una nueva dosis de fuerza de voluntad cada vez que quieras hacer lo correcto, lo mejor es usar tu energía en optimizar tu ambiente. Este es el secreto del autocontrol. Convierte las señales de tus buenos hábitos en algo evidente y notorio y vuelve invisibles tus malos hábitos.

▣ En ocasiones, ponerse en marcha es útil, pero ello nunca va a producir un resultado por sí mismo. No importa cuántas veces vayas a hablar con el entrenador personal, eso no basta para que te pongas en forma. Tienes que entrenar para obtener el resultado que quieres alcanzar.
Si ponerse en marcha no basta para alcanzar resultados, ¿por qué lo hacemos? Algunas veces lo hacemos porque verdaderamente necesitamos un plan o aprender más sobre un tema. Pero con frecuencia, lo hacemos porque al ponernos en marcha sentimos que estamos progresando sin necesidad de correr el riesgo de fracasar. Muchos de nosotros somos expertos en evadir la crítica. No es agradable fallar y ser juzgado públicamente, así que tendemos a evadir situaciones en las que eso puede suceder. Y esa es la mayor razón por la cual nos ponemos en marcha pero no actuamos, porque queremos retardar el fracaso.
[...]
Si quieres dominar un hábito, la clave es empezar con la repetición del mismo, no con la perfección. No tienes que tener contempladas todas las características de tu hábito de antemano. Solo tienes que ponerlo en práctica. Esta es la primera aportación de la Tercera Ley: solamente tienes que ponerte manos a la obra y hacer tus repeticiones.

▣ Es parte de la naturaleza humana seguir la ley del menor esfuerzo, la cual establece que cuando se tiene que decidir entre dos opciones similares, las personas naturalmente tenderán a elegir la opción que requiere la menor cantidad de trabajo.
[...]
Cuanto mayor es el obstáculo ―es decir, cuanto más difícil es el hábito―, mayor es la resistencia que tienes que afrontar para alcanzar el estado que deseas. Este es el motivo por el cual es crucial lograr que tus hábitos sean tan sencillos de realizar que los sigas, aunque no tengas ganas.

▣ En la sociedad moderna muchas de las elecciones que haces no te beneficiarán de manera inmediata. [...] Vives en lo que los científicos llaman un sistema de retorno retardado porque puedes trabajar durante años antes de que tus acciones produzcan el resultado buscado.
El cerebro humano no evolucionó para la vida en un sistema de retorno retardado. Los restos más antiguos del hombre moderno, conocido como Homo sapiens, tienen aproximadamente 200.000 años. Estos fueron los primeros seres humanos que tuvieron un cerebro relativamente similar al nuestro. En particular, el neocórtex la región más desarrollada y nueva de nuestro cerebro, la responsable de las funciones cerebrales más complejas como el lenguaje― era casi del mismo tamaño hace 200.000 años que ahora. Actualmente estamos caminando por ahí con el mismo hardware que nuestros ancestros paleolíticos.
Fue recientemente, durante los últimos quinientos años aproximadamente, que la sociedad cambió y adoptó de manera predominante un sistema de retorno retardado. Comparada con la edad del cerebro, la sociedad moderna es realmente nueva.

▣ Ser curioso es mejor que ser inteligente. Mantenerse motivado y curioso cuenta más que ser inteligente porque lo primero conduce a la acción. Ser inteligente nunca producirá resultados por sí mismo porque no te pone en acción. Es el deseo, no la inteligencia, lo que provoca una conducta.

miércoles, 3 de abril de 2024

El hombre en busca de sentido

Autor: VIKTOR FRANKL (1905-1997) es uno de los referentes más destacados de la psicología del siglo XX. Doctorado en Medicina y Filosofía por la Universidad de Viena, fundó la logoterapia, denominada «tercera escuela vienesa de psicoterapia».
En 1942, en pleno apogeo del régimen nazi, él y su familia fueron hechos prisioneros e internados en campos de concentración. Esta experiencia le llevó a desarrollar su teoría psicológica basada en el existencialismo.
Tras sobrevivir al Holocausto, fue profesor de Neurología y Psiquiatría en la Universidad de Viena. Veintinueve universidades de todo el mundo le otorgaron el título de doctor honoris causa.

Edición original de 1946, con el título Ein Psichologe erlebt das Konzentrationslager (Un psicólogo en un campo de concentración). Posteriormente, en 1961 se preparó en inglés una nueva edición con el título Man's Search for Meaning.

Editorial Herder, edición de 2022

Ideas seleccionadas:

Del prefacio de JOSÉ BENIGNO FREIRE

- Resulta obvio que, en aquel «laboratorio de seres humanos que era el campo» (Jean Samuel), Frankl pudo experimentar situaciones impensadas e insospechadas para ahondar en el conocimiento del hombre. Él alude especialmente al sufrimiento, presente en el Lager en todas sus modalidades e intensidades. Estudió con detalle sus efectos en el psiquismo y observó cómo algunos reclusos se abatían o degradaban ante el sufrimiento, mientras otros parecían madurar interiormente. De esta observación dedujo que no es el sufrimiento en sí mismo el que madura o enturbia al hombre, es el hombre el que da sentido al sufrimiento. Hasta tal punto resulta esencial la postura del hombre que Frankl le arrancó al Lager una gran lección existencial: «El sufrimiento, en cierto modo, deja de ser sufrimiento cuando encuentra un sentido...».

Primera parte - Un psicólogo en un campo de concentración

- Pese a la bajeza física y mental imperantes en el campo de concentración, podía cultivarse una profunda vida espiritual. Las personas de mayor sensibilidad, acostumbradas a una activa vida intelectual, posiblemente sufrieran muchísimo (a menudo su constitución era frágil); sin embargo, el daño infligido a su ser íntimo fue menor, pues eran capaces de abstraerse del terrible entorno y adentrarse, a través de su espíritu, en un mundo interior más rico y dotado de paz espiritual. Sólo así se explica la aparente paradoja de que los menos fornidos soportaran mejor la vida del campo que los de constitución más robusta.

- Nunca se podrá responder a la pregunta sobre el sentido de la vida con afirmaciones absolutas. «Vida» no significa algo vago, sino real y concreto, del mismo modo que las tareas que nos impone son muy reales y concretas. Ellas conforman el destino de cada hombre, que es distinto y único para cada cual. Un hombre no puede compararse con otro hombre, ni un destino con otro destino. Ninguna situación se repite, cada situación reclama una respuesta diferente.

- ¿Qué es, en realidad, el hombre? Es el ser que siempre decide lo que es. Es quien ha inventado las cámaras de gas, pero también el que ha entrado en ellas con paso firme, musitando una oración.

Segunda parte - Conceptos básicos de logoterapia

- La logoterapia se dirige al futuro, es decir, a los valores y el sentido que el paciente quiere proyectar en el futuro. La logoterapia, ciertamente, es una psicoterapia centrada en el sentido.

- La logoterapia, también denominada «Tercera Escuela de Viena de Psicoterapia», se centra en el sentido de la existencia humana y en la búsqueda de ese sentido por parte del hombre. De acuerdo con la logoterapia, la primera fuerza motivadora del hombre es la lucha por encontrar sentido a su vida.

- La salud psíquica necesita cierto grado de tensión interior, la tensión existente entre lo que se ha logrado y lo que hay que conseguir, o la distancia entre lo que uno es y lo que debería llegar a ser. Esta tensión es inherente al ser humano y, por tanto, indispensable para el bienestar psíquico.

- La logoterapia considera que la esencia de la existencia consiste en la capacidad del ser humano para responder responsablemente a las demandas que la vida le plantea en cada situación particular.

- Uno de los postulados de la logoterapia mantiene que la preocupación primordial del hombre no es gozar del placer, o evitar el dolor, sino encontrar un sentido a la vida. Y en esas condiciones el hombre está dispuesto a aceptar el sufrimiento, si el sufrimiento tiene sentido. Pero quisiera dejar bien claro que el sufrimiento no es necesario para otorgar sentido a la vida. El sentido es posible sin sufrimiento.

- Todo ser humano posee la libertad de cambiar en cada instante. Podemos predecir el futuro de un hombre en el marco de un estudio estadístico, pero su personalidad es impredecible. La base de cualquier predicción viene conjugada por las condiciones biológicas, psicológicas o sociológicas. Sin embargo, uno de los rasgos principales de la existencia humana es, precisamente, la capacidad para elevarse por encima de esas condiciones y trascenderlas.

- En los campos de concentración, en aquel laboratorio vivo, en aquel banco de pruebas, observamos y fuimos testigos de la actitud de nuestros compañeros: mientras unos se comportaron como cerdos, otros lo hicieron como santos. El hombre goza de ambas potencialidades. De sus decisiones, y no tanto de las condiciones, depende cuál de las dos sale a la luz.

jueves, 29 de febrero de 2024

Vivir es un asunto urgente


Autor: Mario Alonso Puig

Nacido en Madrid en 1955, es médico especialista en cirugía general y digestiva. Ha dedicado parte de su vida a la práctica de la cirugía y a investigar cómo aflorar el potencial humano, fundamentalmente en momentos de desafío, incertidumbre y cambio. Colabora en diferentes medios de comunicación y se dedica también al coaching profesional. Ha dado múltiples conferencias en diferentes universidades de todo el mundo y en congresos de educación (le escuché en el Congreso Nacional de Escuelas Católicas de 2013, en Valladolid), sobre temas como el liderazgo, la comunicación, el estrés, la motivación, la creatividad, el espíritu emprendedor y la felicidad.

Edición original: 2008
Editorial Penguin Random House, Barcelona

Ideas seleccionadas:

- Las emociones no son buenas o malas, lo que pueden es tener sentido en un determinado momento o no tenerlo, pueden ser funcionales o ser disfuncionales. Las emociones las clasificamos en positivas, como la alegría o el amor, y en negativas, como puede ser el miedo, la tristeza o la ira. Todas las emociones, hasta las negativas, tienen un sentido. Es adecuado, por ejemplo, que experimentemos momentos de miedo que nos permitan actuar con cautela y no ser unos insensatos. En este caso, aunque la emoción es negativa, es al mismo tiempo funcional. Lo que ya no es adecuado es que vivamos permanentemente amedrentados, ya que en este caso la misma emoción se vuelve disfuncional.

- La humildad no es un virtud glamurosa y, sin embargo, eso no la hace menos necesaria. Humildad viene de humus que es lo que fertiliza la tierra. La humildad simplemente nos dice que solo tenemos acceso a un punto de vista y no a la realidad en su conjunto, y menos a la que contempla otra persona, y que, por tanto, si queremos conectar y comprender, necesitamos preguntar y escuchar. Es de esta manera como podemos recibir nuevas perspectivas, nuevos descubrimientos y sorprendentes aprendizajes.
Por eso veo que es importante no entrar en un patrón de defensa acérrima de nuestra posición, por acertada que nos parezca. Es clave estar abiertos a que se nos presente alguna argumentación que pueda, tal vez, ayudarnos a ver las cosas desde otra perspectiva. Muchas veces lo esencial no es convencer, sino comprender. Cuando uno consigue comprender, es cuando se puede conectar y una vez que se ha producido el encuentro, todo resulta ya posible.

- Nos hemos vuelto unos expertos a la hora de mandar a algunos de nuestros sentimientos como la ira, el miedo, la frustración y la desesperanza al sótano de nuestra casa y hemos pensado que se quedarían allí quietecitos y sin protestar. Como desde el piso de arriba no oímos sus golpes ni sus protestas, no nos damos cuenta de que nuestra casa retumba por doquier. Sin embargo, llega un momento en que esa emocionalidad se escapa del sótano y sale como un torbellino, mientras arrasa y destruye todo lo que encuentra a su paso.

- Es esencial afrontar los retos lo mejor preparado que se pueda y si por una u otra razón se tienen que afrontar con menor preparación, hay que hacerlo con confianza. Cuando seamos conscientes de nuestra capacidad para dar pasos firmes, comprobaremos que muchas de las sensaciones que tenemos de falta de capacidad y que nos llevan a desconfiar y perder la esperanza han sido condicionadas.

- Nosotros tenemos un solo cuerpo y, por tanto, los mensajes que se originan en una parte del cuerpo afectan al resto.

miércoles, 10 de enero de 2024

El peligro de estar cuerda

Autora: Rosa Montero

Nacida en Madrid en 1951, estudió Psicología y Periodismo. Titulada por la Escuela Superior de Periodismo de Madrid, comenzó en 1976 a trabajar en El País, donde llegó a ser redactora jefe del suplemento dominical entre 1980 y 1981.
En 1979 publica su primera novela, Crónicas del desamor, y desde entonces se le considera una de las mejores narradoras en castellano. Ha obtenido multitud de premios y reconocimientos, tanto en España como en otros países europeos y sudamericanos. También tiene diferentes distinciones por su labor como periodista y ha presentado múltiples ponencias en diferentes universidades. 

Edición original: 2022
Editorial Seix Barral. Colección Biblioteca Breve

Ideas seleccionadas:

- Tenemos ochenta y seis mil millones de neuronas en el cerebro, y para que nos quepan todos los circuitos eléctricos que nos son necesarios dentro de la pequeña y dura caja del cráneo, la corteza cerebral se ha ido arrugando y plegando intrincadamente sobre sí misma con el fin de aumentar la superficie. Si te sacaras la corteza cerebral de la cabeza y la plancharas, podría llegar a medir medio metro cuadrado. Ahora imagínate organizar un sistema perfecto de recepción y envío de datos con todo eso. No me extraña que a veces el cableado dé algún problemilla.

- "Algunos autores consideran que una propiedad fundamental del cerebro creativo podría ser la desregulación de diferentes neurotransmisores, en especial la dopamina", dice Dierssen. Pues bien, resulta que los neurotransmisores también están alterados en los casos de trastorno mental. Así que quizás la diferencia entre la creatividad y lo que llamamos locura sea tan solo cuantitativa. Por ejemplo: que a las bolsitas químicas del final de los axones apenas les falte un poco de sustancia o que están casi vacías.

- Créeme, los artistas son por lo general unos adictos. Puede que se controlen (yo lo intento), pero el temperamento adictivo está ahí. Los artistas se drogan para mantener el fuego interior, la energía que se devora a sí misma; y para desinhibir aún más esa corteza prefrontal ya de por sí desinhibida, como decía Dierssen. Para facilitar la asociación de ideas; para fomentar las emociones. Para acallar al yo consciente, que es el mayor obstáculo que existe contra la creatividad, un miserable amigo íntimo que te susurra venenosas palabras al oído: no puedes, no sabes, no vales, no lo vas a conseguir, todos los demás son mejores que tú, eres una impostora, vas a hacer el ridículo, ríndete de una vez a la adversidad. Para bailar bien, para hacer bien el amor y para escribir bien hay que anestesiar al yo controlador. Y las drogas ayudan. [...] Sí, ayudan al principio, pero después destruyen y matan. La historia del arte en general y de la literatura en particular está llena de alcohólicos, opiómanos, cocainómanos y yonquis de todo tipo de porquerías. Y el proceso es siempre semejante: la musa química primero acaba con la obra y luego, con el autor.

- La inmensa mayoría de los suicidas no quieren morir. Pero les sobreviene un torbellino de coincidencias nefastas que cristalizan, me parece, en un apagón. Esto es, les atrapa el ojo del huracán de la tormenta perfecta y no son capaces de sostener su vida. Con que desapareciera uno tan solo de los ingredientes de la maldita tempestad se salvarían. De modo que, si ves llegar un tornada arrasador, respira hondo y aguanta. Espera al menos un día, porque las borrascas siempre terminan por deshacerse.