Editorial Destino, Grupo Planeta, Barcelona (2010)
Edición digital para eBook de 2018
Editorial Destino, Grupo Planeta, Barcelona (2010)
Autor: James Clear
Nació en 1986, en Ohio (EEUU).
Graduado en la Universidad Denison, una institución privada liberal, con énfasis en estudios universitarios en artes liberales (música, antropología, idiomas, teatro, filosofía) y ciencias generales
Edición original: 2018
Contenidos principales. Índice:
Edición original de 1946, con el título Ein Psichologe erlebt das Konzentrationslager (Un psicólogo en un campo de concentración). Posteriormente, en 1961 se preparó en inglés una nueva edición con el título Man's Search for Meaning.
Editorial Herder, edición de 2022
Ideas seleccionadas:
Del prefacio de JOSÉ BENIGNO FREIRE
- Resulta obvio que, en aquel «laboratorio de seres humanos que era el campo» (Jean Samuel), Frankl pudo experimentar situaciones impensadas e insospechadas para ahondar en el conocimiento del hombre. Él alude especialmente al sufrimiento, presente en el Lager en todas sus modalidades e intensidades. Estudió con detalle sus efectos en el psiquismo y observó cómo algunos reclusos se abatían o degradaban ante el sufrimiento, mientras otros parecían madurar interiormente. De esta observación dedujo que no es el sufrimiento en sí mismo el que madura o enturbia al hombre, es el hombre el que da sentido al sufrimiento. Hasta tal punto resulta esencial la postura del hombre que Frankl le arrancó al Lager una gran lección existencial: «El sufrimiento, en cierto modo, deja de ser sufrimiento cuando encuentra un sentido...».
Primera parte - Un psicólogo en un campo de concentración
- Pese a la bajeza física y mental imperantes en el campo de concentración, podía cultivarse una profunda vida espiritual. Las personas de mayor sensibilidad, acostumbradas a una activa vida intelectual, posiblemente sufrieran muchísimo (a menudo su constitución era frágil); sin embargo, el daño infligido a su ser íntimo fue menor, pues eran capaces de abstraerse del terrible entorno y adentrarse, a través de su espíritu, en un mundo interior más rico y dotado de paz espiritual. Sólo así se explica la aparente paradoja de que los menos fornidos soportaran mejor la vida del campo que los de constitución más robusta.
- Nunca se podrá responder a la pregunta sobre el sentido de la vida con afirmaciones absolutas. «Vida» no significa algo vago, sino real y concreto, del mismo modo que las tareas que nos impone son muy reales y concretas. Ellas conforman el destino de cada hombre, que es distinto y único para cada cual. Un hombre no puede compararse con otro hombre, ni un destino con otro destino. Ninguna situación se repite, cada situación reclama una respuesta diferente.
- ¿Qué es, en realidad, el hombre? Es el ser que siempre decide lo que es. Es quien ha inventado las cámaras de gas, pero también el que ha entrado en ellas con paso firme, musitando una oración.
Segunda parte - Conceptos básicos de logoterapia
- La logoterapia se dirige al futuro, es decir, a los valores y el sentido que el paciente quiere proyectar en el futuro. La logoterapia, ciertamente, es una psicoterapia centrada en el sentido.
- La logoterapia, también denominada «Tercera Escuela de Viena de Psicoterapia», se centra en el sentido de la existencia humana y en la búsqueda de ese sentido por parte del hombre. De acuerdo con la logoterapia, la primera fuerza motivadora del hombre es la lucha por encontrar sentido a su vida.
- La salud psíquica necesita cierto grado de tensión interior, la tensión existente entre lo que se ha logrado y lo que hay que conseguir, o la distancia entre lo que uno es y lo que debería llegar a ser. Esta tensión es inherente al ser humano y, por tanto, indispensable para el bienestar psíquico.
- La logoterapia considera que la esencia de la existencia consiste en la capacidad del ser humano para responder responsablemente a las demandas que la vida le plantea en cada situación particular.
- Uno de los postulados de la logoterapia mantiene que la preocupación primordial del hombre no es gozar del placer, o evitar el dolor, sino encontrar un sentido a la vida. Y en esas condiciones el hombre está dispuesto a aceptar el sufrimiento, si el sufrimiento tiene sentido. Pero quisiera dejar bien claro que el sufrimiento no es necesario para otorgar sentido a la vida. El sentido es posible sin sufrimiento.
- Todo ser humano posee la libertad de cambiar en cada instante. Podemos predecir el futuro de un hombre en el marco de un estudio estadístico, pero su personalidad es impredecible. La base de cualquier predicción viene conjugada por las condiciones biológicas, psicológicas o sociológicas. Sin embargo, uno de los rasgos principales de la existencia humana es, precisamente, la capacidad para elevarse por encima de esas condiciones y trascenderlas.
- En los campos de concentración, en aquel laboratorio vivo, en aquel banco de pruebas, observamos y fuimos testigos de la actitud de nuestros compañeros: mientras unos se comportaron como cerdos, otros lo hicieron como santos. El hombre goza de ambas potencialidades. De sus decisiones, y no tanto de las condiciones, depende cuál de las dos sale a la luz.
Ideas seleccionadas:
- Las emociones no son buenas o malas, lo que pueden es tener sentido en un determinado momento o no tenerlo, pueden ser funcionales o ser disfuncionales. Las emociones las clasificamos en positivas, como la alegría o el amor, y en negativas, como puede ser el miedo, la tristeza o la ira. Todas las emociones, hasta las negativas, tienen un sentido. Es adecuado, por ejemplo, que experimentemos momentos de miedo que nos permitan actuar con cautela y no ser unos insensatos. En este caso, aunque la emoción es negativa, es al mismo tiempo funcional. Lo que ya no es adecuado es que vivamos permanentemente amedrentados, ya que en este caso la misma emoción se vuelve disfuncional.
- Nos hemos vuelto unos expertos a la hora de mandar a algunos de nuestros sentimientos como la ira, el miedo, la frustración y la desesperanza al sótano de nuestra casa y hemos pensado que se quedarían allí quietecitos y sin protestar. Como desde el piso de arriba no oímos sus golpes ni sus protestas, no nos damos cuenta de que nuestra casa retumba por doquier. Sin embargo, llega un momento en que esa emocionalidad se escapa del sótano y sale como un torbellino, mientras arrasa y destruye todo lo que encuentra a su paso.
- Es esencial afrontar los retos lo mejor preparado que se pueda y si por una u otra razón se tienen que afrontar con menor preparación, hay que hacerlo con confianza. Cuando seamos conscientes de nuestra capacidad para dar pasos firmes, comprobaremos que muchas de las sensaciones que tenemos de falta de capacidad y que nos llevan a desconfiar y perder la esperanza han sido condicionadas.
- Nosotros tenemos un solo cuerpo y, por tanto, los mensajes que se originan en una parte del cuerpo afectan al resto.
Ideas seleccionadas:
- Tenemos ochenta y seis mil millones de neuronas en el cerebro, y para que nos quepan todos los circuitos eléctricos que nos son necesarios dentro de la pequeña y dura caja del cráneo, la corteza cerebral se ha ido arrugando y plegando intrincadamente sobre sí misma con el fin de aumentar la superficie. Si te sacaras la corteza cerebral de la cabeza y la plancharas, podría llegar a medir medio metro cuadrado. Ahora imagínate organizar un sistema perfecto de recepción y envío de datos con todo eso. No me extraña que a veces el cableado dé algún problemilla.
- La inmensa mayoría de los suicidas no quieren morir. Pero les sobreviene un torbellino de coincidencias nefastas que cristalizan, me parece, en un apagón. Esto es, les atrapa el ojo del huracán de la tormenta perfecta y no son capaces de sostener su vida. Con que desapareciera uno tan solo de los ingredientes de la maldita tempestad se salvarían. De modo que, si ves llegar un tornada arrasador, respira hondo y aguanta. Espera al menos un día, porque las borrascas siempre terminan por deshacerse.