Hoy, desde Estocolmo, Vargas Llosa nos ha regalado su discurso de aceptación del Nobel. Lo he escuchado en directo por televisión, y además de emocionarme, me ha llenado de enseñanzas sobre la lectura, la escritura y la literatura:
Seríamos peores de lo que somos sin los buenos libros que leímos, más conformistas, menos inquietos e insumisos y el espíritu crítico, motor del progreso, ni siquiera existiría. Igual que escribir, leer es protestar contra las insuficiencias de la vida. Quien busca en la ficción lo que no tiene, dice, sin necesidad de decirlo, ni siquiera saberlo, que la vida tal como es no nos basta para colmar nuestra sed de absoluto, fundamento de la condición humana, y que debería ser mejor. Inventamos las ficciones para poder vivir de alguna manera las muchas vidas que quisiéramos tener cuando apenas disponemos de una sola.
martes, 7 de diciembre de 2010
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Me gusta la buena literatura, leo bastante...pero no me aplaca la sed de lo Absoluto.
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