1. Las amenazas para el medio ambiente
Las principales amenazas para la conservación del medio ambiente son:
- La explotación descontrolada de los recursos naturales y sus consecuencias (desertificación, deforestación, pobreza, etc.).
- La destrucción de hábitats imprescindibles para la vida de muchas especies, que provoca una reducción de la biodiversidad.
- La contaminación química e industrial, que ocasiona graves riesgos para la salud de los seres vivos.
- El uso de biotecnologías potencialmente peligrosas en la agricultura.
- Los daños y cambios provocados por fenómenos como la lluvia ácida o el incremento del efecto invernadero.
La Tierra se comporta como el vidrio de un invernadero: permite el paso de la luz solar, pero no deja escapar el calor atrapado cerca de la superficie. Es decir, la radiación reflejada es "atrapada" y "rebotada" de nuevo hacia la Tierra por las moléculas de los gases de efecto invernadero. El aumento de algunos de estos gases en la atmósfera intensifica el efecto y provoca el consiguiente incremento de temperatura.
3. El cambio climático y el problema del agua
El cambio climático es uno de los principales problemas medioambientales. Está ocasionado por el incremento del efecto invernadero, que provoca un aumento progresivo de temperaturas que se conoce como calentamiento global, y amenaza con tener consecuencias devastadoras. No es un fenómeno provocado por los cambios cíclicos que se producen en el planeta de forma natural, sino principalmente por el ser humano, quien con sus actividades genera daños irreparables. Por eso, aunque se puede hablar de "cambio climático", sería más apropiado hablar de una destrucción del medio ambiente por parte de los seres humanos.
Uno de los riesgos del calentamiento global de la atmósfera es la desertificación de amplias zonas del planeta. El agua representa la vida, la cultura, la civilización y es el principal factor de riqueza. Allí donde escasea, la vida se hace difícil y la pobreza aparece con consecuencias terribles.
Otros riesgos son los desastres naturales provocados por el desorden del clima. Así, mientras que muchas áreas se desertificarán, en otras tantas se producirán terribles inundaciones.
4. Los peligros de un mundo sin hielo
Un informe publicado por el Programa de la Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) advierte sobre las amenazas que podrían desestabilizar ecosistemas en todo el planeta. Según el documento, las temperaturas, cada vez más cálidas, ya están derritiendo las capas de hielo de Siberia, lo que lleva a la producción de metano, uno de los gases que contribuyen al calentamiento global.
Los glaciares que se están derritiendo en las montañas de Asia podrían afectar a cerca del 40% de la población mundial, que depende de los deshielos para irrigar cosechas y para obtener agua potable. Si las emisiones de gases continúan al paso que van, las capas de hielo perderán su estabilidad a medida que el planeta se caliente. Y si no se toman medidas para impedir que suba el nivel del mar, unos 145 millones de personas, sobre todo en Asia, podrían verse expuestas al riesgo de inundaciones.
5. La contaminación
La contaminación ambiental consiste en la presencia de sustancias extrañas en el medio ambiente, que ocasionan alteraciones en la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas, la generación y propagación de enfermedades en los seres vivos, la muerte masiva y, en casos extremos, la desaparición de especies animales y vegetales; así como la inhibición de sistemas productivos y, en general, la degradación de la calidad de vida.
Los causantes de la contaminación pueden ser elementos químicos (minerales, detergentes, plásticos, derivados del petróleo, disolventes orgánicos, pesticidas...), físicos (radiactividad, calor, ruidos...) y biológicos (desechos de fábricas de cerveza, de papel, serrín procedente de la industria forestal, desagües...).
En el aire, la contaminación puede ser atmosférica (originada por humos, aerosoles, polvo...) o electromagnética (originada por la emisión de ondas que emiten radares, emisoras de radio o televisión, telefonía o redes eléctricas de alta tensión). En el agua, se produce por el vertido de aguas residuales, de relaves mineros, de petróleo, de abonos, de pesticidas, detergentes y otros. Por último, la contaminación del suelo se debe al uso de pesticidas, abonos sintéticos, petróleo y derivados, basuras, etc.
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