Un proyecto ético es el proyecto personal que cada individuo se plantea en el marco de un espacio ético.
El espacio ético es el espacio de convivencia y posibilidades en el que cada persona puede desarrollar su proyecto personal de vida, regulado por los valores cívicos, que son las exigencias morales mínimas que todos debemos cumplir.
El espacio ético se ensancha en la medida que se cumplen sus exigencias e impiden que se rebasen, pues al hacerlo nos situamos fuera del mismo. Por ejemplo, podemos conseguir cotas más elevadas de libertad para los individuos, pero nunca a costa de incumplir los derechos humanos, ser injustos, recurrir al engaño o a la negación de los derechos de igualdad y libertad para los demás.
En un mundo global, este espacio se constituye como multicultural y multiétnico, en el que las diferencias deben ser respetadas, pero, a su vez, no pueden ser una excusa para rebasar los límites del espacio ético, que son:
- La dignidad del ser humano: el respeto a los derechos humanos y sociales.
- La igualdad.
- La justicia.
- La libertad.
Nunca habrá un mundo tan bien organizado que ya no necesitemos ser morales, que podamos vivir automáticamente dentre de él. La ética es un proyecto infinito, porque es el proyecto de la construcción de nuestra propia humanidad y del apoyo a la humanidad de otros; y por lo tanto no tiene límites, ni fin, ni es estrictamente político tampoco. Es verdad que de ese proyecto ético hay una especie de contagio; que llega hasta el conjunto de la democracia, la cual posee un fondo de respeto a la persona y a la dignidad de los derechos como una mezcla, un lugar donde se mezcla lo estrictamente moral con lo político y lo jurídico.
Fernando Savater, Ética y ciudadanía
2. ¿Utopía o ilusión?
En un proyecto ético el fin no justifica los medios. Así, las metas que los hombres y las sociedades se impongan a lo largo de su vida y la historia deberán tener en cuenta la responsabilidad moral que supone aceptar vivir en un espacio común. Un espacio cuyos límites físicos son el planeta Tierra y está formado por la humanidad entera. Por tanto, la ética no tiene sólo una dimensión individual, sino que también contempla una dimensión colectiva y utópica.
La sociedad ética es aquella sociedad que se desarrolla en un espacio ético. Es aquella en la que los hombres pueden plantearse y cumplir cuantos proyectos deseen.
Pero ¿es posible una sociedad ética, un lugar donde se cumplan todos los sueños de felicidad y justicia? Podría ser una utopía o un proyecto en camino de realizarse. De nosotros depende que llegue a convertirse en realidad algún día.
Ernst Bloch
Filósofo alemán, 1885-1977
La sociedad tiene que ser de tal forma que todos puedan caminar erguidos, incluso los miserables y los ofendidos, los desposeídos y los humillados. En este contexto, el empleo utópico de una imagen sirve para introducir un concepto preciso, el de la dignidad humana.
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