Algunos de los retos actuales de la bioética son los siguientes:
- Los embriones sobrantes: El desarrollo de las técnicas de fecundación in vitro permitió que muchas mujeres pudieran tener hijos gracias a la reproducción asistida. Para realizar una fecundación in vitro se necesita fecundar un cierto número de óvulos, de los que sólo se necesitan algunos. Entonces surgió el problema de los embriones sobrantes. Los investigadores reclaman las células madre embrionarias porque, al estar todavía sin diferenciar, tienen la capacidad de convertirse en cualquier célula del cuerpo humano. Esto podría tener una utilidad extraordinaria en la investigación médica, ya que de ellas pueden generarse tejidos celulares y órganos de cualquier parte del cuerpo. No obstante, se oponen quienes consideran que esta práctica conlleva la destrucción de vidas humanas.
- La clonación: La clonación reproductiva es la creación de una réplica genética exacta de un ser vivo ya existente. La clonación terapéutica consiste en utilizar el material genético del propio individuo para crear una réplica de algún órgano o recomponer tejido defectuoso. La clonación terapéutica podría ser la solución para evitar trasplantes de órganos de unos seres humanos a otros o para curar enfermedades como el Parkinson o el Alzheimer.
Imagen de la oveja Dolly - Clonada en Escocia en 1997, murió muy pronto con numerosos problemas orgánicos |
- La eutanasia: El término eutanasia proviene del griego y significa "una buena muerte", es decir, una muerte digna para aquellos que no desean permanecer vivos a cualquier precio. Todos tenemos derecho a una vida digna, pero ¿qué ocurre cuando algunas personas deben vivir en una situación de sufrimiento consciente? ¿Qué sucede si los cuidados médicos, lejos de aliviar los sufrimientos, los prolongan indefinidamente? Se define como eutanasia activa aquella en la que el paciente necesita ser asistido por otros para morir. Son casos de eutanasia pasiva aquellos en los que el paciente es mantenido artificialmente con vida y bastaría con suspender los tratamientos para que muriera por causas naturales. La eutanasia es un tema muy controvertido, porque se mezclan argumentos racionales diversos, posturas éticas, sentimientos y creencias, etc. Algunos sectores sociales se oponen a ella, mientras que otros sectores opinan que hay que respetar la voluntad del paciente. Pocos países se han decidido a legislar sobre un tema que causa tantas discusiones en la sociedad.
La dignidad de las personas está fuertemente vinculada a su libertad, un derecho fundamental reconocido por todas las democracias liberales y plasmado en nuestra Constitución. Por tanto, es difícil no reconocer el derecho de las personas a disponer de la propia vida, tanto desde un punto de vista de una ética laica como desde el legal. Aquellos que, desde sus creencias religiosas, entienden que la vida es un bien fundamental del que se es usufructuario, pero no dueño, deben ser respetados de manera absoluta. Sin embargo, me resisto a aceptar que estas creencias deban ser impuestas a quienes no las comparten. Pero un paso más es solicitar y conseguir la cooperación de terceras personas para llevar a cabo ese fin, y aquí es donde los defensores de la eutanasia exigen a la medicina su colaboración. Difícilmente se puede cuestionar que causar la muerte de una persona es un acto éticamente reprobable. Pero también es difícil negar que hay situaciones que implican un terrible sufrimiento físico, psíquico y moral que ni siquiera la medicina paliativa soluciona. Hacer oídos sordos a esta realidad tamposo se me antoja como la solución más honesta y ética.
Sebastián Irribarren, El País (19 de octubre de 2006)
- La eugenesia: Es el intento de intervenir en la vida para mejorarla antes del nacimiento. Se distingue entre eugenesia negativa, cuando se quiere evitar la aparición de caracteres negativos, como enfermedades genéticas, y eugenesia positiva, cuando se utiliza la selección genética para lograr unos caracteres determimados elegidos por los padres o por los científicos.
Esta última tiene severos detractores, no solo en lo que se refiere al procedimiento de lograrla, que en estos momentos se reduce de facto a la selección embrionaria y al aborto, sino en su propio sentido.
La legislación española ha aceptado la eugenesia negativa, pero no la positiva, por considerarla extraña a la propia Ley de Reproducción Asistida.
José Miguel Serrano Ruiz-Calderón
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