En los trastornos genéticos un gen, o un cromosoma normal, sufre cambios, es decir, muta y deja de hacer su función habitual. Si el cambio afecta a todas las células del organismo la enfermedad genética producida es hereditaria. En otros casos, como en el cáncer o en ciertas enfermedades víricas, como el sida, también se producen cambios en el ADN aunque éstos no son hereditarios ya que no afectan a las células reproductoras. Las enfermedades genéticas hereditarias pueden ser:
- Cromosómicas: Son el resultado de problemas que afectan a cromosomas completos, como el síndrome de Down que resulta de tener un cromosoma de más (el 21), o a fragmentos de cromosomas. Algunas anomalías cromosómicas son heredadas mientras que otras son el resultado de problemas en la formación de los gametos que han dado origen a esa persona.
- Monogénicas: Se deben a cambios en un único gen y se heredan como cualquier otro carácter. La fibrosis quística, por ejemplo, es causada por un alelo mutante recesivo que se encuentra en el cromosoma 7, un autosoma. Para tener un hijo enfermo ambos padres deben ser portadores del gen anómalo, aunque ambos estén sanos. Sin embargo, el alelo responsable de la hipercolesterolemia familiar es dominante.
Todas las células humanas llevan 46 cromosomas, excepto las células reproductoras que llevan 23. De esos 46 cromosomas, 23 son de procedencia paterna y los otros 23, de procedencia materna. Así, para cada carácter, las células llevan dos informaciones, dos genes, denominados genes alelos.
Si los dos alelos que lleva una persona son diferentes, el carácter resultante dependerá de la fuerza con que se exprese cada uno de ellos. Con frecuencia, uno, denominado dominante, es el único que se expresa y el otro, denominado recesivo, permanece oculto.
De entre los 23 pares de cromosomas hay un par que determina el sexo; son los cromosomas sexuales: XX en la mujer y XY en el hombre. El resto de cromosomas se denominan autosomas.
3. Diagnóstico prenatal
Para determinadas enfermedades genéticas es posible realizar un diagnóstico precoz dentro del útero. Esta modalidad diagnóstica se denomina diagnóstico prenatal. Las pruebas están recomendadas cuando hay indicios de que pueda existir algún defecto cromosómico o genético detectable. La amniocentesis y el análisis de vellosidades coriónicas son métodos de diagnóstico prenatal que permiten detectar anomalías cromosómicas y de ADN y realizar estudios bioquímicos.
Ambas técnicas presentan el inconveniente de aumentar ligeramente (1%) la tasa de abortos espontáneos. Si se utilizan técnicas de FIV (fertilización in vitro), es posible realizar un diagnóstico del embrión antes de ser implantado, que se conoce como diagnóstico preimplantacional. Las pruebas se hacen a partir de una de las células de la mórula y, mientras tanto, el embrión se mantiene congelado. Si no se detecta ninguna anomalía, el embrión se implanta.
4. Terapia génica
La medicina actual se prepara para un cambio tan revolucionario como lo fue en su día el descubrimiento de los antibióticos o de las vacunas. Se trata de la terapia génica o el empleo de genes en la curación o el alivio de enfermedades tanto heredadas como adquiridas.
Hasta ahora, el tratamiento de las enfermedades genéticas ha consistido en intervenir sobre las consecuencias que se derivan de portar un gen anómalo. Por ejemplo, en el caso de la fibrosis quística se emplean sustancias que fluidifican las secreciones pulmonares e impiden la proliferación de microorganismos que generan infecciones pulmonares. La curación definitiva de una enfermedad genética se logrará si se corrige la causa, es decir, si se sustituye el ADN del gen mutado por ADN normal.
Asimismo, otras enfermedades con un componente genético, como el cáncer, y algunas producidas por virus, en particular el sida, son ejemplos de enfermedades adquiridas en las que la terapia génica podría utilizarse.
5. Dilemas éticos
La utilización de los conocimientos derivados del Proyecto Genoma Humano (PGH) y de algunas tecnologías, como el diagnóstico prenatal y preimplantacional o la terapia génica, plantean dilemas y debates legales, sociales y éticos que no serán fáciles de resolver. En cualquier caso, la utilización de estos conocimientos está asociada a ciertos aspectos que no pueden obviarse, como los siguientes:
- Confidencialidad: El secreto médico es aplicable también a la información generada por un diagnóstico genético. ¿Cómo se puede proteger la información generada por estos análisis? ¿En qué casos se puede considerar que el mantener el secreto puede dañar a terceras personas o a la sociedad?
- Autonomía: La decisión de saber o no saber debe ser libre y voluntaria. Se pueden hacer análisis para muchas enfermedades genéticas para las que no hay tratamientos eficaces que curen o reduzcan sus consecuencias. ¿Se deben hacer análisis para estas enfermedades? ¿Cómo se pueden comunicar de manera eficiente los resultados y los riesgos de un análisis genético a las personas analizadas?
- Información: La autonomía y la información constituyen la base del consentimiento informado, requisito indispensable en la bioética clínica. La información debe ser clara (en un lenguaje que pueda entender un profano en la materia) y completa, teniendo en cuenta, no obstante, la propia psicología de los consultantes. Ante cualquier diagnóstico prenatal o preimplantacional la persona debe conocer que, en casi ningún caso, las anomalías detectadas podrán resolverse. Dada la trascendencia de las decisiones que pueden derivarse de esta información, si una mujer, por ejemplo, no está dispuesta a acogerse a la posibilidad de un aborto terapéutico o a una selección de embriones, ¿qué debería saber antes de someterse a alguna de estas pruebas?
- Justicia: Se refiere a la igualdad de oportunidades sin discriminación alguna de tipo social, económico, racial o religioso. En el futuro se dispondrá de tratamientos eficaces y personalizados que, al menos al principio, serán muy caros. ¿Quién tendrá acceso a estos tratamientos? ¿Quién lo decidirá? Si a la información genética de cada individuo pueden tener acceso "terceras personas" para evitar daños a la sociedad, ¿cómo se puede definir y evitar la discriminación genética?
- Beneficio: Cualquier decisión debe hacerse pensando siempre en el beneficio del propio interesado, evitando en lo posible los errores diagnósticos (falsos negativos o falsos positivos) y no generando falsas expectativas.
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