Cada ser humano es como los demás seres humanos, como algunos otros seres humanos y como ningún ser humano.
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lunes, 12 de junio de 2017

Mundos posibles: trazando el porvenir

1. Origen y sentidos del término "utopía"
El término "utopía" es un término griego y, sin embargo, desconocido para los griegos. Se trata de un neologismo creado por Tomás Moro para titular su propia obra sobre "la mejor de las Repúblicas". La "utopía" es, en la etimología de Moro, un "no-lugar" (ou-topos); el lugar, por el contrario, de una sociedad armónica y perfecta.
El término "utopía" tiene muchos sentidos, y por eso es muy difícil de definir. Si intentamos abarcar la pluralidad de sentidos que tiene podemos concebir el término "utopía" de tres maneras distintas:
- En primer lugar, puede ser entendido como un género literario. Es una forma literaria que debe su nacimiento moderno a Tomás Moro. La narración utópica, género que ha tenido notable éxito, se encuentra hoy en día potenciada por el género llamado de ciencia ficción, tanto literario como cinematográfico.
- En segundo lugar, es un concepto sociológico y político, pues es una forma de analizar una sociedad, ofrecer una alternativa a la misma, e idear formas diferentes de organización política.
- En tercer lugar, también puede ser entendido como una dimensión del ser humano ("la dimensión utópica"), sinónima de su capacidad de imaginar y proyectar mundos posibles.

2. La historia de la utopía
A lo largo de la historia las utopías han mostrado diferentes características. Este cuadro recoge las más significativas:


3. Imaginar otra sociedad
Muchas y de muy diversos tipos son las utopías que ha habido a lo largo de la historia: unas invitan al optimismo, otras al pesimismo; unas añoran el tiempo pasado, otras miran al futuro; unas se basan en la técnica, otras en la naturaleza. La imaginación humana ha soñado mundos donde la vida fuera diferente: a veces para alertarnos sobre lo que estamos haciendo en nuestra sociedad, y otras para alentarnos en lo que debemos y podemos hacer.

Platón: La República (siglo IV a.C.)
Platón esboza en esta obra lo que sería una "ciudad ideal". En ella debe existir un gobierno justo que haga imposible el que se pueda volver a repetir el caso de Sócrates, una persona buena y justa y, sin embargo, condenada por el Estado. Para construir una sociedad justa es necesario que haya un perfecto equilibrio entre las diferentes clases sociales: los gobernantes-filósofos, los guardianes y los artesanos. Esa sociedad ha de funcionar como un gran organismo en el que cada clase, al igual que cada órgano dentro de un cuerpo, realice su función. De esta utopía destacan tres elementos: igualdad educativa para hombres y mujeres, comunidad de mujeres y niños (con lo que se relativiza la unidad familiar) y, la más importante, el gobierno del más sabio: el filósofo.

T. Moro: Utopía (1516)
Tomás Moro parte en esta obra de una crítica muy dura a la situación real en la que se encuentra Inglaterra, para pasar después a presentar cómo es ese "otro lugar" (la isla de Utopía), donde las cosas son de otra manera. Esta isla se compone de diferentes ciudades, todas con la misma lengua, las mismas instituciones y costumbres. Todos los ciudadanos participan del trabajo, aunque de una forma muy racional, sin llegar nunca a la fatiga. La educación también está organizada de una forma racional, al igual que la sanidad y la comida. Hay comedores para todos. La riqueza está distribuida y no hay carestía de nada. Los "utopianos" odian la guerra y son muy tolerantes.

A. Huxley: Un mundo feliz (1932)
En este libro, uno de los más leídos del siglo XX, Aldous Huxley desarrolla una crítica a la sociedad de su tiempo, que en gran parte es también el nuestro, pues se centra en criticar la confianza ciega en el desarrollo de la tecnología. El libro de Huxley se suele definir como una antiutopía porque nace del rechazo a que la utopía moderna, la del mundo tecnificado, se cumpla. La sociedad descrita en este "mundo" es una sociedad que se procura que sea feliz, pero es una felicidad ingenua, conseguida por medio de la manipulación y de la ignorancia. Lo importante no es tanto hacer que los individuos sean felices cuanto que se sientan felices.

B. F. Skinner: Walden Dos (1948)
Esta obra presenta una de las pocas utopías positivas del siglo XX. En ella Burrhus Frederic Skinner describe una sociedad construida según sus principios de psicología conductista. El individuo está condicionado por los estímulos que le rodean, por tanto lo que ha de hacer el político-científico es controlar la estimulación que recibe el individuo y así moldearlo para que sea feliz. La sociedad dibujada es una sociedad tranquila, sin problemas. Quizá lo más importante de esta "utopía" no es que pueda existir, sino que muchos de los principios que rigen la sociedad pueden ponerse en práctica. Así por ejemplo, gran parte de los principios conductistas que rigen Walden Dos se aplican en muchos sistemas educativos y en muchos procesos sociales.       

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