Todos los seres humanos, por el hecho de serlo, compartimos un conjunto de características que nos definen como grupo y nos diferencian de otras especies animales. Además, todos los sere humanos llevamos implícita la condición de ser persona. Luego, a lo largo de la vida, desarrollamos esta condición, lo que supone un incremento de la capacidad de orientar la propia vida y de ejercer la capacidad de elegir.
El ser humano es un ser social que necesita de la relación con otras personas para desarrollarse. Por tanto, todo desarrollo personal exige la existencia de un espacio compartido en el que el ser humano se relacione con otros humanos e intercambie cosas, pero también ideas, pensamientos, sentimientos, estados de ánimo, etc.
2. La identidad personal
Todos somos iguales en tanto que pertenecemos a la especie humana. Sin embargo, cada persona es diferente y única y posee su identidad personal.
La identidad personal es la conciencia de uno mismo como entidad separada del mundo exterior. Ésta se construye a lo largo del tiempo acompañando a nuestro proceso madurativo, aunque es en la adolescencia cuando se orientan las bases que se consolidarán en la edad adulta.
En nuestra identidad personal advertimos tres dimensiones:
- La dimensión física se refiere a la altura, el peso, los rasgos faciales, etc., que nos caracterizan. En gran parte depende de nuestra herencia genética.
- La dimensión emotiva o afectiva es la personalidad o el carácter, que determina cómo nos comportamos ante las situaciones y los demás, lo que creemos, pensamos, etc. El carácter depende de nosotros, podemos formarlo y modificarlo.
- La dimensión moral incluye los criterios o valores morales que utilizamos como guía de nuestro comportamiento. Depende de nosotros, la desarrollamos y podemos modificarla.
A lo largo de la vida, las personas construyen su personalidad, forman su manera de ser y adquieren una serie de valores. Ello es posible mediante el desarrollo de sus capacidades físicas, intelectuales y afectivas.
Además, el ser humano está abierto a la trascendencia y se plantea y busca respuesta a numerosos interrogantes en torno a su existencia:
- Interrogantes relativos a la condición humana: son aquellos que intentan dar una respuesta ante los grandes enigmas de la vida, como la naturaleza del hombre, el sentido de la existencia o problemas como el sufrimiento o la muerte.
- Interrogantes morales: son aquellos que intentan responder a preguntas como ¿qué debo hacer?, ¿qué valores deben guiar mi comportamiento y mi relación con los demás?, etc.
- Interrogantes técnicos y culturales: son aquellos que permiten responder a los retos, aspiraciones y dificultades de la vida cotidiana en nuestras sociedades.
¿Quiénes somos? ¿Dónde estamos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Qué debemos hacer? Todas las culturas, en algún momento a lo largo de la historia, se han hecho estas preguntas.
EDGAR MORIN
¿Quién soy yo? A esta pregunta puedo responder con mi nombre, con mi número de carné de identidad, con datos sobre mi nacimiento, idealmente, con mi biografía entera. Más corta y sencilla es la respuesta a otra pregunta: ¿Quién soy yo? Yo soy un ser humano. Pero, ¿qué es un ser humano? Un miembro de la especie Homo sapiens. ¿Qué tienen en común los miembros de la especie Homo sapiens? La naturaleza humana. ¿Y qué es la naturaleza humana?
JESÚS MOSTERIN
Si nos pincháis, ¿no sangramos? Si nos hacéis cosquillas, ¿no nos reímos? Si nos envenenáis, ¿no nos morimos? Y si nos engañáis, ¿no buscamos venganza? Si somos como vosotros en todo lo demás, seremos iguales en eso. Si un judío engaña a un cristiano, ¿en qué consiste su humildad? En venganza. Si un cristiano engaña a un judío, ¿cómo lleva su sufrimiento siguiento el ejemplo cristiano? Pues bien, ¡venganza!
William Shakespeare, El mercader de Venecia
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