1. Percepción subliminal
Se conoce con este nombre a
la percepción (si se le puede llamar así) que se produce por debajo del umbral
de la conciencia. De esa manera, la persona no sabe o no es consciente de que
está recibiendo ciertos estímulos, aunque se supone que los mismos provocan
efectos sobre el cerebro. Lo grave de este tipo de “percepción” es que, al no
ser consciente el sujeto, no puede defenderse de sus efectos. Debido a sus
posibilidades manipuladoras, en muchos países la publicidad subliminal está
prohibida por ley.
En la década de los
cincuenta, en un cine de New Jersey, se llevó a cabo una experiencia sobre
percepción cuyos resultados levantaron una gran polémica científica. Mientras
se exhibía la película Picnic, entre
fotogramas del bello rostro de la actriz Kim Novak se intercalaban mensajes
publicitarios del tipo “Coma palomitas” y “Tome Coca-Cola”. El tiempo de
exposición de las frases era tan corto (1/25 de segundo) que el público
asistente a la proyección no era consciente de recibir dichos mensajes
publicitarios. La experiencia se realizó en el mismo cine durante seis semanas. Al parecer, en ese periodo las ventas de palomitas
subieron un 50% y las de Coca-Cola un 17% (la diferencia entre un producto y
otro se explicó por las bajas temperaturas de esos días, que no favorecían la
venta del refresco). A partir de ese experimento, comenzó a estudiarse la
llamada percepción subliminal.
La preocupación por la
manipulación comercial e ideológica a la que todos podemos estar sometidos sin
enterarnos siquiera es tan grande que las historias sobre percepción
subliminal, reales o inventadas, calan en seguida en la conciencia colectiva.
Los más espectaculares experimentos sobre percepción subliminal, como el
anteriormente mencionado, supuestamente arrojan unos resultados contundentes,
pero se critica la falta de controles científicos.
Ilusión de Ehrenstein |
Quizá el experimento más
fiable sea el realizado por Smith y Erikson en 1955: Basándose en el fenómeno
conocido como “ilusión de Ehrenstein”, en el que un cuadrado sobre el que
aparecen líneas divergentes es percibido como un trapecio, estos psicólogos
proyectaron un cuadrado y, durante breves lapsos de tiempo inferiores al umbral
de la percepción consciente, unas líneas divergentes. Los sujetos creían
percibir trapecios, lo que prueba que las líneas no percibidas conscientemente
influían en la percepción total.
No todos los especialistas
aceptan la realidad de la percepción subliminal, lo que no impide la
utilización de la misma en la propaganda comercial y política. Algunos autores
utilizan el término subcepción en lugar de percepción subliminal: la
diferencia entre ambos términos es que la subcepción se refiere a la percepción
de estímulos próximos al umbral mínimo, pero no por debajo de él (ya que, en
este último caso, la percepción es por definición imposible).
2. 2. La alucinación del miembro fantasma
El miembro fantasma es el
término con el que se conoce al fenómeno por el que la mente continúa
recibiendo las sensaciones correspondientes a un miembro recién amputado. En la
actualidad se piensa que el fenómeno se debe a una cierta inercia en el
funcionamiento de las neuronas implicadas en la recepción de sensaciones del
miembro amputado, que necesitan un tiempo para adaptarse a las nuevas funciones
requeridas por el organismo.
Más allá de las causas y el
tratamiento de esta peculiar alucinación, lo que se pone de manifiesto es la
posibilidad de que la mente tiene que construir una falsa realidad al margen de
los estímulos recibidos por los receptores sensoriales.
3. 3. Percepción por estimulación eléctrica
del cerebro
Desde que Penfield aplicaba
directamente pequeñas descargas eléctricas en ciertas zonas del cerebro para
producir las sensaciones correspondientes, sabemos que la existencia de
estímulos externos no es estrictamente necesaria para que la mente disponga de
sus propias sensaciones y percepciones. Técnicas nuevas como los implantes
cocleares, las prótesis retinianas o el llamado “ojo Dobelle” pretenden
sustituir a los receptores naturales cuando éstos no pueden realizar su
función.
Éstas
y otras técnicas quirúrgicas similares platean la posibilidad de una percepción
artificial donde los objetos percibidos no sólo sean captados con la ayuda de
instrumentos mecánicos o eléctricos, sino literalmente construidos por dichos
instrumentos.
El “ojo Dobelle”, llamado
así por su inventor, William H. Dobelle, es un complicado sistema capaz de
generar sensaciones visuales en ciegos con la retina dañada mediante la
transmisión de señales eléctricas al córtex visual. En síntesis, el “ojo”
consta de un receptor de imágenes similar a una pequeña cámara (en el futuro
podría sustituirse por un chip en la retina), un ordenador que codifica las
señales luminosas y las transforma en impulsos eléctricos y un grupo de
electrodos en el córtex visual que se activan al recibir dichos impulsos.
Aunque el método se ha
aplicado todavía a un pequeño número de personas y éstas no alcanzan una visión
perfectamente nítida, sino sólo una cierta capacidad de reconocer formas y
luces (similar a la visión sin lentes de una persona muy miope), es posible que
en el futuro se alcance la curación completa de la ceguera.
4. 4. Percepción extrasensorial
A falta de comprobación
experimental y consenso científico sobre su realidad, nos limitamos a dejar
constancia de las discusiones y especulaciones en torno a otra supuesta forma
de percepción que, a diferencia de las anteriores, se construiría al margen de
los datos sensoriales, o con datos sensoriales de un tipo muy diferente al de
los que hoy aceptamos como tales. Se considera percepción extrasensorial
fundamentalmente la telepatía (captar el pensamiento de otra persona sin utilizar
medios físicos), y a ésta se añaden otras manifestaciones aún más problemáticas
como la precognición (conocimiento de hechos futuros), la retrocognición
(conocimiento de hechos pasados desconocidos hasta el momento) y la visión a
distancia.
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