Ahora bien, no se puede olvidar que efectivamente éstos no son más que aspectos o niveles de progreso, y que por tanto el progreso tendría que medirse en todo caso por el conjunto de todos ellos y nunca identificarlo con un solo aspecto o con algunos. El progreso no es sólo progreso tecnológico o industria. La razón es bien clara: aunque sean diferentes aspectos, el sujeto es la sociedad en conjunto, y por tanto todos ellos están estrechamente vinculados, y su valor depende de la integración en el propio sujeto. Entonces es lógico llamar progreso al resultado de todos los aspectos, si realmente resultan ser, en conjunto, una mejora para el conjunto social, respecto a la situación anterior, es decir, si resulta ser progreso social.
Afirmar que la sociedad es el sujeto de progreso no puede hacernos olvidar que la sociedad no es un abstracto por encima e independientemente de sus miembros: las personas. Entonces el progreso ha de tener una dimensión personal, el progreso social ha de poder ser medible en crecimiento como personas de los ciudadanos y en las condiciones favorables de un tal crecimiento personal. Y es aquí donde tiene sentido hablar de crecimiento o progreso en humanidad, en libertad.
Gabriel Amengual Coll, Modernidad y crisis del sujeto (adaptado)
G. Amengual - Teólogo y Filósofo (n. 1946) |
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