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sábado, 28 de septiembre de 2019

Estrés laboral y burnout

El estrés laboral es una reacción compleja (con componentes emocionales, cognitivos, conductuales y hasta fisiológicos) a condiciones negativas de trabajo. El elemento central de esta reacción es la ansiedad mezclada con cansancio psíquico: uno se siente agotado y, al mismo tiempo, sufre el temor de enfrentarse cada día a las situaciones generadas por el trabajo.
El estrés laboral puede venir generado por diversas causas (los llamados estresores), que se pueden agrupar en varios conjuntos: un mal ambiente de trabajo (especialmente si existe acoso laboral), sobrecarga de tareas o responsabilidades, inseguridad en el puesto de trabajo, empeoramiento de las condiciones laboral (aumento de jornada, penalización de las ausencias por enfermedad, retraso de la jubilación, congelación o disminución del salario...), problemas de conciliación con la vida familiar, falta de reconocimiento, etc.


El estrés laboral presenta unos síntomas característicos de índole emocional, aunque pueden manifestarse en distintos grados: los ya mencionados temor y ansiedad, sensación de agotamiento, irritabilidad, baja atención, bajo estado de ánimo (que puede llegar a la depresión), insomnio, etc., y que muchas veces van acompañados de síntomas físicos como dolores de cabeza, naúseas, mareos, temblores, taquicardia, problemas digestivos, errupciones en la piel, etc.
Una de las características más llamativas del estrés laboral es lo que se ha llamado con la palabra inglesa burnout y que en español recibe el nombre de síndrome del trabajador quemado. Este síndrome aparece con más frecuencia en trabajadores de servicios públicos como la enseñanza y la sanidad, que generalmente han elegido sus profesiones por una auténtica vocación de trabajar en favor de la sociedad, pero que después se han visto frustrados en sus expectativas al no sentir su dedicación reconocida ni por sus jefes próximos o lejanos, ni por las personas a las que va dirigido su trabajo (alumnos, pacientes...). El burnout se identifica por la aparición de tres síntomas:

Cansancio psíquico: el trabajador se siente al límite de sus fuerzas, emocionalmente agotado e incapaz de esforzarse más en su tarea.
Cinismo: el trabajador sustituye su anterior entusiasmo por una actitud distante o negativa hacia su labor, las personas a las que debe tratar y sus propios compañeros de trabajo, como una forma de autoprotegerse de las consecuencias de la acumulación de frustraciones.
Falta de realización personal: el trabajador se percibe como incompetente e ineficaz en las tareas que realiza, radicalmente equivocado en la opción vocacional que una vez tomó enteramente convencido.

Estas tres dimensiones se toman como referencias básicas para detectar el grado de burnout que padece un trabajador en el cuestionario MBI (Maslach Burnout Inventory), diseñado por la doctora Christina Maslach y utilizado en los distintos estudios que se han realizado sobre este fenómeno.

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