1. ¿Qué es un infarto?
El corazón humano tiene apenas el tamaño de un puño y, sin embargo, es el músculo más fuerte del cuerpo. Con cada latido, envía sangre cargada de oxígeno y nutrientes a todo el organismo. A su vez, el músculo del corazón, denominado miocardio, obtiene oxígeno y nutrientes a través de la sangre que le llega por las arterias coronarias que se ramifican en multitud de capilares.
El infarto de miocardio pertenece al grupo de las ECV. Cuando se produce un infarto, el flujo de la sangre que circula por algún vaso del corazón se bloquea. La sangre deja de llegar a una zona del músculo cardíaco y cesa el aporte de oxígeno y nutrientes. El resultado es la muerte del tejido muscular y daños permanentes en el corazón.
Si el bloqueo es sólo parcial, y reduce el flujo de sangre a una zona del corazón, se produce un fuerte dolor en el pecho, llamado angina. En este caso, no se suelen producir daños irreversibles en el miocardio, pero es un síntoma de que algo no va bien en el corazón. El infarto de miocardio se denomina también ataque cardíaco.
2. Síntomas de un infarto
Los infartos de miocardio graves empiezan generalmente como un dolor o malestar en el centro del pecho, que dura varios minutos o tiende a repetirse. El dolor o malestar puede irradiar hacia los brazos, el hombro izquierdo, los codos, la mandíbula o la espalda. Además puede haber: dificultad para respirar, náuseas o vómitos, mareos, sudor frío y palidez.
Las ECV son enfermedades graves y la supervivencia depende mucho del tiempo que pasa el enfermo hasta ser atendido por un especialista. Cada segundo cuenta. Por eso, hay que actuar con rapidez y llevar al enfermo a un hospital cercano. Si no hay un hospital cercano, hay que llamar al médico de urgencias.
Los infartos de miocardio se deben, fundamentalmente, a la obstrucción de una de las ramificaciones de la arteria coronaria. La causa más frecuente de la obstrucción es el depósito de lípidos (grasas y colesterol) en la pared interna de las arterias.
Como consecuencia de estas placas de grasa, la luz (diámetro) de la arteria se hace menor y su pared, rugosa y rígida. Al pasar la sangre por la zonas rugosas pueden formarse coágulos o trombos que taponan los vasos. Por eso un infarto se conoce también como una trombosis coronaria.
Este proceso se puede ver facilitado si, por algún motivo, la sangre circula de forma más lenta de lo normal o las paredes de los vasos han perdido su elasticidad.
La formación de trombos puede afectar también a las arterias de otros órganos vitales. En el caso de que suceda, por ejemplo, en una arteria del cerebro se denomina accidente cerebrovascular (ACV).
No hay comentarios:
Publicar un comentario