Una de las cosas más extrañas es que todos los genios militares del mundo hayan hablado de paz. Los conquistadores del pasado, que mataban para imponer la paz -por ejemplo, Alejandro, Julio César, Carlomagno y Napoleón-, coincidían en la búsqueda de un orden universal basado en la paz. Si leéis Mi lucha atentamente, descubriréis que Hitler alega que todas las cosas que hizo en Alemania las hizo en nombre de la paz. Y, en la actualidad, los hombres que gobiernan nuestro mundo se pasan el tiempo hablando de la paz. ¿Dónde reside, pues, el problema?
Estos gobernantes nos hablan de la paz como si se tratase de un objetivo muy lejano, de un fin que estamos buscando. Pero algún día nos daremos cuenta de que la paz no puede ser simplemente un objetivo distante, sino que es el medio con cuya utilización llegaremos a aquel objetivo. Para alcanzar un fin pacífico, debemos emplear medios pacíficos. Y con estas palabras, como análisis final, pretendo decir que el fin y los medios deben estar en estrecha correspondencia, pues el fin ya está contenido en los medios y, finalmente, unos medios destructivos nunca podrán llevarnos hacia un fin constructivo.
Martin Luther King, El clarín de la conciencia
Martin Luther King (1929-1968) |
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