El problema de la conceptualización de la motivación está muy relacionado con otros muchos aspectos del estudio de la conducta propiamente dicha. Veremos a continuación diferentes tópicos que nos llevan a generalidades que inciden en el problema de la motivación:
1. Acentuación en la conducta del proceso innato y del adquirido: Una controversia duradera se refiere al grado en que pueden atribuirse los rasgos de la conducta a las experiencias de un organismo después del nacimiento, o las características presentes en el momento del nacimiento o que, estando presentes en potencia, crezcan en el proceso de maduración o del desarrollo. Este tópico de la naturaleza-crianza surge en el caso de ciertas conductas específicas, como aparearse y en las actividades maternales. También está presente en el juicio general de si es la naturaleza o la crianza el determinante más importante del conjunto de características del animal humano. Las investigaciones han demostrado que el problema naturaleza-crianza es complejo, y que existen intrincadas interrelaciones entre la estimulación ambiental y el desarrollo de las potencialidades conductuales. Estas pruebas se examinarán cuidadosamente, para ver el papel que dichos factores tienen en varias conductas específicas. Sin embargo, creemos que es una empresa estéril intentar estimar las contribuciones relativas que la naturaleza y la crianza aportaron a la suma de características de cualquier animal.
2. Los factores conscientes y los inconscientes en la conducta: Han habido grandes discusiones sobre el lugar que los procesos de que estamos conscientes y de los procesos de que estamos inconscientes ocupan para determinar lo que sentimos, hacemos y pensamos. Parte de esta controversia resulta de haber definido en forma inadecuada términos y de atribuir fácilmente una existencia sustancial a tendencias conscientes e inconscientes. Esto último se ejemplifica con frases como "lo inconsciente" o "lo consciente". Para nosotros es evidente que los procesos conductuales pueden describirse como conscientes o como inconscientes o, con mayor propiedad, según su grado de disponibilidad a la conciencia o al recuerdo consciente; pero que "conciencia" o "lo inconsciente" no son entidades útiles. Más importante es el punto de que gran parte de lo que se quiere decir con la palabra "consciente" lo indica con mayor legitimidad la frase "comunicado verbalmente", y mucho de lo que quiere decirse con la palabra "inconsciente" queda más claro con la frase "no comunicable verbalmente". De hecho, los términos "comunicable" e "incomunicable" reflejan dimensiones de las distinciones anteriores que tienen un significado aún mayor para el problema implicado. En otras palabras, el problema real de la conciencia lo constituye el grado en que el material es comunicable (o las condiciones en que es comunicable), más bien que si se le comunica o no (o cuánto de él se ha comunicado).
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