Cada ser humano es como los demás seres humanos, como algunos otros seres humanos y como ningún ser humano.
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sábado, 8 de febrero de 2020

Aprendizaje social

1. Socialización, enculturación y transculturación
El proceso de aprendizaje social por medio del cual se logra la interiorización de las normas, valores e ideologías del ambiente humano y se facilita la consecución de una estructura genuinamente biopsicosocial se denomina socialización o aculturación, permitiendo además la adquisición de los patrones diferenciales entre los diversos grupos étnicos y sociales. Además, la socialización influye en cómo entiende y percibe el individuo el universo físico en que se mueve.
La enculturación se refiere al aprendizaje social que acontece exclusivamente en el seno familiar, medio en el que tal aprendizaje social adquiere su máxima potencia e influencia. Si el patrón biológico del niño se hace social, esto se torna especialmente significativo en el grupo familiar, en donde se ponen en marcha muchos parecidos familiares antes atribuidos a la herencia biológica.
Se suele llamar transculturación a las diversas influencias socioculturales que emanan de ciertos trasvases en la ubicación del ser humano, como es el caso de lo que ocurre cuando se emigra de una a otra nación, del ambiente rural al urbano, etc. En ocasiones esto origina trastornos personales y enfrentamientos intergeneracionales.

2. El aprendizaje social
El aprendizaje social comienza desde el momento del nacimiento y finaliza con la muerte. El bebé recibe inicialmente hábitos de comida, sueño, higiene, al igual que ciertos moldes de conducta. La familia, la escuela y el grupo de compañeros y amigos, se convierten en los mayores vehículos de socialización.
La aceptación por parte del individuo de las normas, valores e ideologías del entorno cultural se realiza en parte por un impulso interior y en parte por la presión externa. Es decir, las expectativas sociales son interpretadas en parte como algo necesario o aceptado, y en parte como una coacción. Pero gracias a la encarnación de la cultura en el individuo, se atenúa el esfuerzo de plantearse cómo debe comportarse o qué se espera de él.
La socialización es un proceso continuo y automático, aunque el psicoanálisis subraya la importancia de ciertos episodios conflictivos o momentos críticos en la vida.

El aprendizaje social puede interpretarse según dos principios:

Cada episodio del aprendizaje social no toma su pleno sentido más que cuando está reforzado y confirmado por otras manifestaciones de la cultura.
El sujeto no puede hacer selecciones de las influencias que le llegan, participando en su socialización el conjunto de informaciones, con sus paradojas y contradicciones.
   

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