Hans Jürgen Eysenck (1916-1997) |
H. J. Eysenck, "¿Existe la inteligencia?", en S. Sternberg y D. Detterman, ¿Qué es la inteligencia? (adaptado)
1. Qué es la inteligencia
No es fácil definir la inteligencia. Se trata de una facultad de la mente humana que nos permite conocer; también es una capacidad dinámica y cambiante que nos de la posibilidad de desarrollarnos en el mundo por medio de la integración de experiencias. Algunos autores la definen como una dimensión de la razón que tiene que ver con la posibilidad de sentir y pensar; otros incluso la identifican con el grado de madurez mental de una persona.
En todo caso, es claro que la inteligencia se relaciona con una serie de elementos:
- Aprendizaje: la inteligencia sufre modulaciones y cambios derivados de una serie de entrenamientos y aprendizajes.
- Cultura y socialización: no se entiende de igual modo la inteligencia en los diferentes contextos socioculturales, y tampoco se ejercita del mismo modo, por eso depende de las tradiciones, modelos o lenguajes propios de una cultura.
- Atención y motivación: también es evidente que la atención y el estado de alerta son necesarios para que la inteligencia "se ponga en marcha"; por otra parte, la inteligencia, la motivación y el interés del individuo son fundamentales para su ejercicio. No aprendemos, ni pensamos, ni elaboramos juicios o conceptos si no tenemos interés.
- Relaciones y planificación: la inteligencia es capaz de elaborar juicios y de desarrollar nuevos modos de relacionar lo conocido. Por eso, la inteligencia guarda relación con la posibilidad de establecer interacciones, relaciones, modos de planificar y también nuevas interpretaciones de los datos: es una capacidad de integrar la experiencia previa y producir creativamente una respuesta novedosa.
- Conocimiento: la inteligencia también está relacionada con la adquisición y el procesamiento de datos. No puede decirse que es más inteligente quien más sabe, pero hay una evidente relación entre ambos factores.
- Memoria: igualmente, la inteligencia no es sinónimo de memoria, pero existe una relación entre el recuerdo, el conocimiento y la capacidad intelectual. Si no pudiéramos "almacenar" información, nuestra inteligencia se vería muy mermada, puesto que no aprenderíamos nada.
- Eficiencia y éxito adaptativo: la inteligencia tiene que ver también con la capacidad de responder adecuadamente (eficientemente) al contexto y, consiguientemente, con el éxito en la realización de una vida adaptada al medio. En este sentido, también podríamos hablar de inteligencia animal, no solo humana.
2. ¿Se puede medir la inteligencia?
El intento de cuantificar y medir la inteligencia ha producido una enorme cantidad de tests diferentes. En todos ellos el objetivo es establecer una media estandarizada de rendimiento "normal" de un grupo, conforme a la cual se valora el resultado que obtiene cada individuo concreto. Esto nos permite hablar de "superdotados", que son aquellas personas que superan la media, y de "discapacitados", es decir, aquellos que están por debajo de la media. Este tipo de mediciones ha sido muy criticado por varias razones: (1) establecer una medio no es más que un criterio estadístico que no permite obtener otras conclusiones; (2) ser un superdotado o un discapacitado respecto a dicha media implica un intento de clasificación de las personas con consecuencias nefastas; (3) los tests están condicionados por factores socioculturales no permiten que sus resultados sean extrapolados fuera del grupo; y (4) al no existir una definición única de inteligencia, cada test mide cosas diferentes que no son comparables entre sí.
3. La teoría de las inteligencias múltiples
Uno de los modos de medir la inteligencia, quizá el más famoso, es el "cociente intelectual", que se obtiene dividiendo la edad intelectual por la edad real (cronológica) y multiplicando el resultado por 100. Esa medida ha sido fuertemente criticada por las razones anteriormente mencionadas. Entre esas críticas está la de Howard Gardner, que considera que no existe una inteligencia sino múltiples inteligencias.
El profesor Howard Gardner en Barcelona, conferencia organizada por el Colegio Montserrat, en mayo de 2013. |
Esta teoría propone considerar siete tipos de inteligencia. Así, una persona puede tener un rendimiento muy bajo en una de ellas y muy alto en otra, revelando de esta manera capacidades diversas. Con ello se quiere destacar el aspecto plural de la inteligencia. Gardner propone además que este modelo se utilice y se desarrolle en las escuelas, de modo que cada persona pueda alcanzar los fines adecuados a su conjunto particular de inteligencias.
- Inteligencia lingüística: es la capacidad de manejar el lenguaje, expresarse con él, trabajar con las palabras o con los gestos o signos. Los poetas y escritores suelen desarrollar este tipo de inteligencia.
- Inteligencia lógico-matemática: capacidad lógica y matemática, de observación y deducción. Es la que utilizan los científicos en sus investigaciones.
- Inteligencia espacial: capacidad para formarse un modelo mental de un mundo espacial y para maniobrar y operar usando ese modelo. Es el tipo de inteligencia que desarrollan los marinos, los ingenieros, los cirujanos, los pintores y los escultures.
- Inteligencia musical: capacidad de tocar instrumentos, de percibir melodías, ritmos, sonidos... Los músicos ejercitan mucho esta capacidad.
- Inteligencia corporal y cinética: capacidad para resolver problemas o para elaborar productos empleando el cuerpo o partes del mismo. Es la que ejercitan los bailarines, los atletas o los artesanos.
- Inteligencia interpersonal: capacidad para entender a otras personas, lo que las motiva, cómo trabajar cooperativamente con ellas. Es el tipo de inteligencia más propio de los vendedores, los políticos, los profesores, etc.
- Inteligencia intrapersonal: es también una inteligencia personal pero orientada al interior del individuo. Es la capacidad de formarse un modelo verídico de uno mismo y de ser capaz de utilizarlo para desenvolverse adecuadamente en la vida.
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