Cada ser humano es como los demás seres humanos, como algunos otros seres humanos y como ningún ser humano.
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domingo, 27 de diciembre de 2020

El Proyecto Genoma Humano (PGH)

El nacimiento de la ingeniería genética tuvo una consecuencia directa: la biotecnología moderna, pero no fue la única. Durante la década de 1980 los científicos empezaron a utilizar la tecnología del ADN recombinante para el estudio de genomas completos, así nació la genómica. En un primer momento secuenciaron genomas de virus, de tan solo unos 6.000 nucleótidos, pero el rápido desarrollo de métodos de secuenciación nuevos y automáticos hizo posible considerar la secuenciación de genomas más largos y complejos. A finales de 1980, los científicos decidieron embarcarse en uno de los más formidables proyectos de investigación emprendido por científicos del mundo entero: el Proyecto Genoma Humano (PGH).

1. La historia del PGH

El PGH empezó en 1990 liderado por organismos públicos de Estados Unidos bajo la dirección de James Watson, codescubridor de la estructura de la doble hélice. El PGH contó desde muy pronto con la colaboración de centros de investigación y universidades de todo el mundo, especialmente del Reino Unido, Alemania, Francia y Japón, que lo transformaron en un proyecto internacional. El proyecto se concibió en dos partes:

  • Identificar cuáles son los genes existentes y determinar en qué cromosoma, y en qué lugar de ese cromosoma se localiza cada uno de ellos.
  • Determinar la secuencia exacta de nucleótidos de cada gen con el objetivo de poder conocer la proteína que codifica y sus posibles alteraciones.
Su meta inicial era alcanzar la primera etapa, el "borrador", en el año 2000 y que la secuencia estuviera finalizada en el 2005. El presupuesto del proyecto estimado en el año 1991 fue de 3000 millones de dólares.

Desde el comienzo del PGH estuvo claro que la expansión del conocimiento científico sobre el genoma tendría un profundo impacto en la humanidad y se dedicó aproximadamente un 5% del presupuesto anual para el Programa de Implicaciones Éticas, Legales y Sociales (ELSI son sus siglas en inglés). Por primera vez, una empresa científica dedicaba una parte de su presupuesto a estudiar la forma en que sus descubrimientos pueden afectar a los individuos, a las instituciones y a la sociedad.

Aunque el proyecto nació como consorcio público, en 1996 uno de los fundadores del PGH, Craig Venter, que ya había provocado el cese de Watson por presentar a la Oficina de Patentes la secuencia de un gen, fundó "Celera Genomics". Esta empresa, financiada con fondos privados, inició en 1999 la secuenciación del genoma utilizando una estrategia diferente y potentes ordenadores. Así pudo concluir su "borrador" tan solo un año después, lo que obligó al consorcio público a acelerar sus trabajos.

¿Se pueden patentar los genes?
El Convenio Europeo de Patentes prohíbe patentar genes humanos, incluso cuando se conoce su función. Lo patentable es la invención en sí, es decir, el tratamiento o el fármaco concreto para el que vaya a emplearse ese gen. Ahora bien, ¿con qué grado de exactitud debe precisarse el proceso en que dicho gen va a emplearse?
En Estados Unidos, varias empresas han solicitado patentes para cerca de un millar de genes alegando, de modo vago, que sean útiles en determinados procesos médicos.

2. Finalización del PGH

El 26 de junio de 2000, el entonces presidente de los Estados Unidos Bill Clinton y el primer ministro británico Tony Blair anunciaron públicamente la finalización del borrador del genoma humano. El 15 de febrero de 2001 se hizo una presentación simultánea de los dos borradores, y tanto los científicos del proyecto público (PGH) como las empresas privadas se comprometieron a compartir sus logros con el fin de que esa información pudiera ser útil a toda la comunidad científica internacional.

El 14 de abril de 2003, antes de lo previsto y como regalo del 50º aniversario del descubrimiento de la doble hélice del ADN, el PGH anunció la secuenciación completa del genoma humano. La secuencia terminada incluye el 99% de sus nucleótidos, un avance significativo sobre el "borrador de trabajo" que cubría el 90% de la secuencia.

Aunque no se refleja en el nombre, el PGH también incluyó otros proyectos para secuenciar el genoma de los organismos modelos usados en investigación genética, desde la bacteria Escherichia coli hasta la mosca del vinagre y el ratón.

Los objetivos del PGH fueron logrados, incluso superados, en menor tiempo y con menor presupuesto del que se estimó en sus inicios, pero queda mucho trabajo por hacer. Tener secuenciado el genoma humano es como tener todas las páginas del manual que se necesita para hacer el cuerpo humano. Ahora el desafío es determinar la forma de leer el contenido de todas esas páginas para luego entender cómo trabajan todas las partes juntas, y así descubrir las bases genéticas de la salud y la patología de las enfermedades humanas.

3. Características del genoma humano

📀 El genoma humano contiene unos 3.200 millones de pares de bases.

💿 Sólo el 2% del genoma contiene genes, es decir, información para fabricar proteínas.

📀 Un porcentaje muy alto está formado por el denominado "ADN basura", del que no se conoce con exactitud su función.

💿 Es casi el mismo para todas las personas. Sólo el 0'1% nos diferencia a unas personas de otras.

📀 Contiene unos 25.000 genes, un número parecido al que tienen un chimpancé o un ratón, y se desconoce la función de casi la mitad de ellos.

4. La huella genética

Entre los más de 3.000 millones de pares de bases de nuestro ADN existen grupos de unos pocos nucleótidos que se repiten desde 2 a 100 veces, y el número de repeticiones es muy variable entre las personas. Cuando se corta el ADN con enzimas de restricción que reconocen los extremos de alguno de estos grupos de nucleótidos repetidos, la longitud de la secuencia es siempre la misma para la misma persona, pero no es fácil que aparezca el mismo número de repeticiones en personas que no tienen ninguna relación familiar. Si se analizan varias de estas secuencias, la probabilidad de que todas sean idénticas en dos personas, sin ser gemelos idénticos, es inexistente.

Para poder visualizar estos fragmentos hay que separarlos mediante una técnica, denominada electroforesis, que se basa en que la molécula de ADN posee carga negativa y se puede desplazar en un campo eléctrico. Además, si se la fuerza a atravesar un soporte relativamente denso, los fragmentos cortos se desplazan más rápidamente que los largos. Como soporte se utiliza un gel consistente en el que se excavan pocillos donde se coloca la mezcla de ADN. Cuando se establece una corriente eléctrica, los fragmentos se mueven a través del gel y se separan por tamaño. Posteriormente, se utiliza alguna técnica para resaltar el ADN y se obtiene un patrón de bandas característico de cada persona, la huella que nos identifica.

Huella genética

domingo, 20 de diciembre de 2020

El experimento del movimiento aparente de Wertheimer

El estudio experimental inicial de la escuela Gestalt fue la investigación hecha por Wertheimer del "movimiento aparente". Ya que ningún otro experimento de la Gestalt ha sido tan citado en la bibliografía psicológica, es apropiado hacer un breve resumen de esta investigación clásica, aunque el trabajo de Wertheimer ha sido bastante desarrollado y aumentado por otros científicos, alemanes y norteamericanos, en estudios más recientes.

Si se colocan dos luces eléctricas separadas entre sí algunos centímetros en un borde de una mesa, y se coloca una varilla verticalmente sobre el otro borde, entre las luces y una pared cercana, y equidistante de ambas luces, se percibirán dos sombras de la varilla sobre la pared. Ahora bien, si las luces se prenden y se apagan alternadamente, en sucesión rítmica y a una velocidad apropiada, la sombra de la varilla parecerá moverse hacia adelante y hacia atrás entre las dos posiciones. Cuando el tiempo entre las dos exposiciones de luz sea demasiado corto, las sombras aparecerán simultáneamente, cada una en su lugar; cuando el tiempo sea demasiado largo, habrá sólo una sucesión de sombras -primero una y después la otra, en sus respectivos lugares. En ninguno de estos casos extremos aparecerá el movimiento de las sombras, pero pueden observarse varios grados de movimiento aparente hacia atrás y hacia adelante de las sombras, en la medida en que el intervalo de tiempo entre el apagar y el prender las luces sucesivamente llegue a un óptimo, el que, para el experimento de Wertheimer, fue de alrededor de 60 milisegundos.

Sin duda, el lector está familiarizado con este tipo de cuestiones en la vida cotidiana. Enseguida se nos viene a la cabeza el cinematógrafo, inventado por los Hermanos Lumière a partir de sus trabajos realizados entre 1892 y 1895, quienes a su vez se basaron en los trabajos del fisiólogo belga Joseph Plateau (1801-1883). Os dejo a continuación un enlace de un artículo publicado en EL PAIS Digital en 2019, sobre la trayectoria profesional de Plateau:


Por su parte, Wertheimer no estuvo interesado por la invención o mejora de mecanismos e instrumentos para las imágenes en movimiento, sino que estuvo interesado en asuntos científicos más fundamentales: el cómo y el porqué del movimiento aparente.

Después de que Wertheimer reunió sus hechos experimentales, intentó explicarlos. Obviamente, el movimiento que sus sujetos reportaban era "subjetivo", puesto que no había movimiento "real"; el movimiento ocurría en el ambiente conductual, más que en el geográfico; sin embargo, no había explicaciones del fenómeno que parecieran hacer justicia a la experiencia. Wundt había dicho que las sensaciones cinestésicas, producidas por movimientos rápidos de los ojos cuando el sujeto miraba de un estímulo a otro, podía proporcionar los indicios para la percepción del movimiento, del mismo modo que Berkeley decía que otras sensaciones de los globos oculares nos daban nuestro criterio para juzgar la distancia de un objeto hacia nosotros. No obstante, Wertheimer pudo obtener informes claros de movimiento incluso cuando se aplicaban dos pares de estímulos simultáneamente: uno llevando el movimiento en dirección opuesta al otro, y cuando el tiempo tomado para la presentación de ambos pares de estímulos era menor que el tiempo necesario para que los globos oculares reaccionaran a un solo par.

Se encontró que otras explicaciones eran igualmente poco satisfactorias. Wertheimer concluyó que no se podía llegar a una solución del problema en términos de sensaciones simples concebidas como buenas representaciones de simples objetos físicos (estímulos) o de simples procesos neurales unitarios. Incluso, no estaba satisfecho con la idea de llamar ilusión al movimiento y atribuirlo a la influencia de la experiencia pasada o significado. Creía que era una experiencia tan real como cualquier otra y tan merecedora de atención psicológica como cualquiera que fuese una totalidad experimentada, y no podía reducirse a alguna combinación de sensaciones elementales, pegadas con quien sabe qué tipo de "engrudo mental".

Empleando los términos de Koffka, podemos decir que la posición de Wertheimer fue en el sentido de que el ambiente conductual no está relacionado puntualmente con el ambiente psicológico ni con hechos fisiológicos subyacentes. El nombre que le dieron los psicólogos de la Gestalt a aquella teoría que apoya una correspondencia uno a uno entre estímulos específicos y sensaciones específicas fue hipótesis de la constancia.

A fin de poner énfasis en la naturaleza gestáltica única del movimiento observado donde físicamente (geográficamente) no había movimiento, Wertheimer lo llamó fenómeno phi, y decidió investigarlo. La explicación a la cual llegó fue isomorfismo. El movimiento aparente -una totalidad de experiencia dinámica, unificada- se interpretó como debido a una totalidad organizada análogamente en los procesos cerebrales. Se explicaron los fenómenos molares por referencia a hechos fisiológicos molares que tenían una estructura paralela a la estructura mental en sus propiedades. Wertheimer descartó las nociones tradicionales de función neural, con su énfasis en la actividad compuesta de pequeñísimos unidades automáticas, y supuso la existencia de "procesos cruzados" en el cerebro y en su órgano adjunto, el ojo. Sólo de esta manera podía comprender la percepción de movimiento cuando no la había en la situación-estímulo misma. Se consideró que la percepción era el resultado de una organización dinámica dentro del sistema nervioso -una organización que tenía lugar naturalmente bajo las condiciones de estimulación adecuadas-.

miércoles, 9 de diciembre de 2020

La conciencia moral

Con el término ⟪conciencia moral⟫ designamos la capacidad que tienen las personas para conocer y juzgar la bondad o maldad de las acciones, tanto propias como ajenas. La conciencia moral, además, mueve y orienta la conducta en la dirección que la persona considera correcta.

Adela Cortina (et al.), Ética (2003)

1. La voz de la conciencia

Expresiones como "tengo la conciencia tranquila", "me remuerde la conciencia", "allá cada cual con su conciencia" o "he obrado según me dictaba la conciencia" reflejan claramente la importancia moral que concedemos a esta capacidad para orientarnos en nuestra vida cotidiana.

En todos estos ejemplo, el lenguaje popular habla de la especie de voz interior que inspira, obliga y juzga la moralidad de nuestras acciones. Sin embargo, esta voz aparece como algo demasiado misterioso. Por eso la ética intenta aclarar qué es y cómo se desarrolla la conciencia en los individuos y en las sociedades.

2. Heteronomía y autonomía

Para juzgar sobre la bondad o maldad de las acciones o de las normas, la conciencia se sirve de principios por los cuales la persona rige su vida. En ocasiones no nos percatamos muy bien de cuáles son nuestros principios, pero lo cierto es que cualquier persona se guía por algunos, se dé cuenta o no de ello.

Estos principios pueden venirle impuestos o dárselos ella a sí misma racional y libremente. En el primer caso hablamos de heteronomía y, en el segundo, de autonomía.

Una conciencia es heterónoma cuando se guía por los dictados del instinto o las apetencias; por la tradición; por la autoridad de otros, sean personas concretas, sea una mayoría. Si la conciencia acepta cualquiera de estos principios sin haber reflexionado sobre ellos y sin haber decidido si su orientación es buena, entonces esa conciencia es heterónoma.

Una conciencia es autónoma, por el contrario, cuando es ella la que propone las normas morales que deben regir su acción, habiendo reflexionado y decidido libremente.

Las personas empezamos por aprender las normas en la sociedad en la que vivimos: en la familia, en la escuela, en el grupo de amigos. Es decir, que al principio nos vienen de "fuera". Pero eso no significa que seamos heterónomos.

Actuamos de forma autónoma si somos nosotros los que decidimos reflexivamente qué normas consideramos buenas y si somos capaces además de crear otras nuevas. Obramos de forma heterónoma, por el contrario, si nos guiamos por las apetencias o por lo que otros nos dictan, sin haber considerado por nuestra parte qué es lo propio de personas verdaderamente humanas.

3. Tomás Moro, ejemplo de fidelidad a la conciencia

Tomás Moro nació en Londres en 1478. Estudió humanidades en Oxford y derecho en Londres.

Su éxito en importantes cargos y su prestigio como jurista le llevan a ser nombrado Lord Canciller de Inglaterra por Enrique VIII. El rey pensaba encontrar en él apoyo para conseguir el divorcio de su esposa Catalina de Aragón y poder casarse con Ana Bolena. Pero Moro se opone a las pretensiones del rey y renuncia a su cargo de canciller alegando motivos de conciencia. Enrique VIII se casa con Ana Bolena y se proclama jefe de la Iglesia de Inglaterra mediante el Acta de Supremacía. Moro no asiste a la boda y se niega a prestar juramento a un acta que suponía la ruptura de la unidad de la Iglesia y la consolidación del poder absoluto del rey. Moro es encarcelado en la Torre de Londres, sentenciado como traidor al rey y decapitado el 6 de junio de 1535.

Tomás Moro ha pasado a la posteridad como ejemplo del hombre que sacrifica su vida para obedecer a la voz de su conciencia. La Iglesia católica lo canonizó en 1935.

4. Autonomía y universalidad

"Autonomía" equivale a "autolegislación", a darse a sí mismo leyes propias. pero, en cuanto hablamos de leyes, estamos indicando que valen para un grupo o universalmente, porque una ley no puede valer para una sola persona. En el caso de la moral, las leyes han de valer universalmente, porque son aquellas que cualquier persona debería cumplir para ser verdaderamente humana y no inhumana.

Por eso, con la expresión autonomía moral nos referimos a la capacidad que tenemos las personas de guiarnos por aquellas leyes que nos daríamos a nosotras mismas porque nos parecen propias de seres humanos. No tiene, pues, nada que ver con "hacer lo que me dé la gana", ni tampoco con la independencia frente a toda norma.

5. El desarrollo de la conciencia

Comportarse de forma autónoma es una posibilidad que cada ser humano puede realizar o no.

Si repasamos la historia, podremos observar que las conductas heterónomas están siempre relacionadas con situaciones de servidumbre en sus distintas formas. En cambio, los seres autónomos se comportan como seres dueños de sus propios actos, porque en definitiva el término "autonomía" es sinónimo de libertad. Es libre quien se da a sí mismo sus propias leyes y las sigue, siempre que entendamos por "sus propias leyes" aquellas que extendería a todos los seres humanos.

De ahí que podamos valorar el paso de la heteronomía a la autonomía como un progreso, como un ganar en madurez, que puede lograrse individual y socialmente.

Los individuos tenemos una conciencia capaz de progresar, pero también las sociedades tienen una conciencia que puede ir madurando desde la heteronomía a la autonomía: de regirse por tradiciones, autoridades y costumbres no asumidas reflexivamente pasar a guiarse por principios humanizadores.

jueves, 3 de diciembre de 2020

Métodos y problemas principales de la Psicología de la Gestalt

La Gestalt define la psicología como "el estudio de la conducta en su relación causal con el campo psicofísico". La conducta estudiada será molar (totalidades grandes, organizadas) más que molecular (elementos pequeños, aislados) y esta conducta molar tiene lugar en (es causada por) un ambiente conductual, que es el ambiente geográfico visto por el organismo. Cuando algunas otras experiencias, de naturaleza más subjetiva, se agregan a este ambiente conductual, tenemos el equivalente de la experiencia directa o conciencia; además de la experiencia directa, hay factores "inconscientes" que completan el campo psicofísico. Incluso, parece que, siempre que el conocimiento lo permite, podemos sustituir procesos fisiológicos molares por la experiencia directa del campo psicofísico; y, en cualquier experimento con sujetos humanos o animales, podemos averiguar la naturaleza de estos procesos mediante el lenguaje u otra conducta.

Es tentador reducir todo esto a una fórmula de una frase, insistiendo en la idea de que el ambiente físico (geográfico) causa los hechos molares, dinámicos, en el sistema nervioso, que producen a su vez la conducta molar; sin embargo, esto sería desdeñar la experiencia directa que acompaña a algunos de estos cambios fisiológicos y que era, para la Gestalt, el punto de partida de su ciencia. Incluso, Koffka dice que, aun cuando los miembros de esta escuela esperan que un día podrán hablar en términos fisiológicos más que experienciales, será aún conveniente por un tiempo emplear un lenguaje puramente psicológico.

¿Cuál fue el tema principal y cuáles fueron los métodos y problemas de la psicología de la Gestalt? Si elegimos llamar conducta al tema principal, Koffka dirá que sólo podemos conocer la conducta a través de nuestra experiencia de ella; si elegimos llamarlo experiencia, él puede indicar que la experiencia, al menos la experiencia de otra persona, se conoce sólo a través de la conducta. Si decidimos experiencia y conducta, podría manifestar que estamos ignorando otros hechos importantes. Tal vez sería mejor decir "la conducta determinada por procesos psicofísicos" y esperar, al aproximarnos así a su propia definición, obtener, con lo enunciado, la aprobación de la Gestalt.

El método de la psicología de la Gestalt parece, a veces, ser el de la observación directa y, en ocasiones, el de la introspección; sin embargo, no es el tipo de observación directa que encuentra unidades reflejas, ni el tipo de introspección que descubre elementos mentales.

El problema de la psicología de la Gestalt es determinar la naturaleza intrínseca y la organización del campo psicofísico y estudiar su relación con:

⁜ El ambiente geográfico
⁜ La conducta que resulta de la organización del campo

También pretende explicar la experiencia directa por referencia al campo subyacente, puramente fisiológico.


viernes, 27 de noviembre de 2020

Los alimentos transgénicos

Se denominan alimentos transgénicos, o simplemente "transgénicos", a los alimentos obtenidos a partir de, o con la participación de, organismos modificados genéticamente (OMG). Los alimentos transgénicos que se comercializan proceden fundamentalmente de cultivos vegetales como la soja, el maíz, el algodón o la colza. En España sólo se cultiva maíz Bt para alimentar al ganado.
E. Pedrinaci et al. (2008)

A pesar de que la sola mención de "transgénicos" provoca, cuanto menos, reservas y opiniones controvertidas, el cultivo de OMG no deja de aumentar. En la Unión Europea su cultivo se incrementó en 2007 un 77% respecto al año anterior, mientras que en España creció el 40%, según los datos de EuropaBio (asociación de empresas europeas de biotecnología).

1. ¿Cuál fue el primer transgénico?

Los OMG fueron aprobados por primera vez para el consumo humano en los Estados Unidos en 1994, y el primero que se comercializó fue el tomate denominado "Flavr Savr" (o tomate "McGregor") en el que se había modificado su aspecto, su sabor, y sobre todo el tiempo de maduración y conservación. Fue probablemente su sabor la razón del escaso éxito de su comercialización en fresco.

En la actualidad, más del 60% de la comida que se ofrece en los comercios norteamericanos se ha producido utilizando ingredientes procedentes de cultivos OMG.

2. El etiquetado de los alimentos

Los alimentos transgénicos forman parte de la comida que se ofrece en los comercios, aunque pueden pasar desapercibidos. En abril de 2004 entró en vigor la nueva normativa europea que obliga a indicar en el envase los productos que contienen OMG o han sido elaborados a partir de ellos, incluso cuando se trate de un mínimo ingrediente. Esta información será necesaria si se trata de:

- Un alimento transgénico, como maíz modificado genéticamente.
- Un producto que contenga OMG, como una ensalada que contenga maíz transgénico o brotes de soja transgénica.
- Un alimento producido a partir de transgénicos, como aceite de maíz procedente de maíz transgénico o chocolate con lecitina de soja procedente de soja transgénica.

Se contemplan también excepciones:

- Alimentos que contengan sólo un 0'9% de transgénicos: Se considera que los OMG pueden introducirse "accidentalmente" en la cadena alimentaria, en las semillas o durante el cultivo, la recolección, etc. En el caso de alimentos transgénicos que no han sido aprobados por la UE, pero que sí tienen el visto bueno de su comité científico, el umbral es del 0'5%.
- Productos de segunda o tercera generación, es decir, alimentos de origen animal (leche, carne, huevos) procedentes de animales alimentados con comida transgénica.
- Alimentos que empleen microorganismos transgénicos para su fermentación: En este caso no se tiene que indicar, siempre y cuando el OMG no esté presente en el producto final, como por ejemplo el queso elaborado con un cuajo (enzima que coagula la leche) modificado genéticamente. Sin embargo, si el microorganismo sí está en el alimento (como las bacterias de un yogur) tendrá que especificarse.

3. Aplicaciones y riesgos de los OMG

La utilización de los seres vivos o de sus productos con fines comerciales y/o industriales recibe el nombre de biotecnología. La biotecnología moderna utiliza de manera generalizada los OMG y sus aplicaciones abarcan diferentes áreas:

Industria alimentaria: Obtención de alimentos con características especiales, como cereales sin gluten o carnes pobres en colesterol, así como mejora del rendimiento de los procesos industriales, como la fabricación de pan o cerveza, en los que intervienen microorganismos.
Industria farmacéutica: Producción de fármacos o vacunas, como animales cuya leche contiene un factor de la coagulación sanguínea (necesario para tratar a los hemofílicos) o bacterias que han incorporado genes humanos y son capaces de fabricar insulina u hormona del crecimiento humanas.
Agricultura y ganadería: Mejora de caracteres agronómicos, como la resistencia a plagas o a herbicidas de las plantas, o la mayor producción de leche o de carne.
Medio ambiente: Eliminación de residuos tóxicos con plantas capaces de resistir la presencia de sustancias tóxicas y que acumulan en su cuerpo, o producción de combustibles biológicos (biocombustibles) a partir de plantas ricas en compuestos energéticos.
Investigación médica: Obtención de órganos para trasplantes, procedentes de animales transgénicos, que no plantean problemas de rechazo, o utilización en investigación básica.


A pesar de sus indudables ventajas, la utilización de OMG tiene también riesgos, cuando menos, potenciales. Por ejemplo:

La pérdida de diversidad genética: Además de suponer una enorme pérdida de diversidad cultivada, las plantas transgénicas pueden invadir ecosistemas naturales y desplazar a las plantas autóctonas.
El "salto", de forma accidental, de los genes transferidos a otras especies silvestres o a los cultivos tradicionales: Así podría surgir maleza resistente a los herbicidas o bacterias patógenas que incorporaran los genes resistentes a los antibióticos que se utilizan como marcadores.
Efectos perjudiciales sobre la salud: Hasta el momento sólo están descritos problemas alérgicos derivados fundamentalmente de la falta de información en el etiquetado. Por otra parte, la generalización de los cultivos transgénicos a los países en vías de desarrollo podría, lejos de ser una ventaja, entorpecer su desarrollo y aumentar su dependencia en cuanto al abastecimiento de alimentos.

domingo, 22 de noviembre de 2020

Kurt Koffka: El campo psicofísico

Koffka dice que la experiencia directa misma tiene un paralelo muy próximo con la actividad neural, especialmente cerebral; la consciencia organizada de una persona es una representación verdadera de una organización correspondiente en los procesos fisiológicos subyacentes; sin embargo, procesos subyacentes deben considerarse como de naturaleza fundamentalmente molar, no molecular como en los sistemas de Wundt o Titchener. Estos procesos cerebrales no son considerados paralelos a elementos mentales o como que causan respuestas de reflejos simples, sino que representan totalidades de experiencia o gestalten más grandes, mejor integradas y que provocan totalidades de acción igualmente bien integradas.

Conocemos estos procesos fisiológicos morales, de acuerdo con la teoría de la Gestalt, del mismo modo como conocemos la experiencia directa de una persona, aunque quizá no siempre podamos especificar la naturaleza precisa de los procesos de tal manera que satisfaga al fisiólogo (particularmente al fisiólogo del siglo XIX). De la consideración de la experiencia directa, junto con los determinantes inconscientes mencionados líneas atrás, construimos nuestras nociones de estos hechos fisiológicos, al igual que, de hecho, construimos el ambiente geográfico (físico, de estímulos). Encontramos organización en el mundo fisiológico, tanto como en el físico, debido a una organización fundamental de la experiencia directa. Solamente una física arruinada y una psicología gastada podrían, según la opinión de los psicólogos de la Gestalt, encontrar otra cosa.

Podemos, incluso, ir más allá. Puesto que el lenguaje es el mecanismo simbólico en los humanos para relatar su experiencia organizada, puede servir de inmediato como símbolo de la realidad fisiológica y, menos directamente, de la realidad física o geográfica:

Si, para mí, mi lenguaje es un símbolo adecuado para mi propia experiencia directa, al mismo tiempo es un símbolo objetivo para aquellos procesos fisiológicos.
Wolfgang Köhler, Gestalt Psychology (1929)

Cuando no hay lenguaje, como es el caso de los animales, otra forma de conducta servirá igualmente bien. Dice Köhler:

La conducta de un pollo puede decirme sin palabras que es capaz de reaccionar a una brillantez en relación a otra. Si en el curso de un experimento, un sujeto humano me dice que ve un objeto más brillante que otro, el valor científico de esta frase es exactamente el mismo que el de la conducta del pollo.
Wolfgang KöhlerGestalt Psychology (1929)

Cuando Koffka define a la psicología como "el estudio de la conducta en su relación causal con el campo psicofísico", utiliza una palabra que requiere nuestra atención. Es una palabra que indica el énfasis principal de la psicología de la Gestalt y es casi sinónima de la Gestalt misma. Esta palabra es campo, y Koffka fue quien probablemente más la empleó. Aparte de organización, campo es tal vez el término sistemático más frecuentemente encontrado en los trabajos de Koffka.

Koffka dice que en física, el concepto de "acción a distancia" de unos objetos sobre otros ha sido suplantado por la noción de "campos de fuerza" en el medio entre los objetos; que el físico ahora habla de campos electromagnéticos y gravitacionales, y afirma que la distribución de tensiones en el ambiente de un objeto con una constitución dada determinará lo que haga ese objeto. Del mismo modo, el conocimiento que tenga el físico de lo que el objeto hace, le dirá las propiedades del campo del objeto; por ejemplo, los movimientos de las agujas magnéticas informan sobre el campo magnético de la Tierra, mientras que los movimientos de péndulos hablan del campo gravitacional.

¿Podemos introducir el concepto de campo en la psicología, significando con ello un sistema de tensiones que determinará la conducta real? La respuesta a esta pregunta ya la sabe el lector, quien también sabe qué es lo que incluye el campo; sin embargo, quizá no conozca el carácter dinámico de las tensiones que la Gestalt atribuye al campo psicofísico.

¿Cuán a menudo hemos visto al ciclista principiante que se apoya, apenado, contra el único árbol o poste de teléfono de un sitio vacío?, ¿cuán a menudo el novicio de hockey golpea su palo o da con la pelota precisamente contra el cuerpo del arquero, que está quieto ante el arco enemigo? Más a menudo de lo que puede explicar el azar, y Koffka está completamente de acuerdo. Él diría que hay, en un ambiente conductual del tipo descrito en estos ejemplos, "cosas" y "espacios" entre ellos; y las primeras son más atractivas que los segundos. Las cosas son centros de fuerza que determinan la conducta. Hasta que el ciclista y el jugador aprendan mejor -esto es, hasta que reorganicen o reconstruyan su mundo conductual- reaccionarán más a las cosas que a los espacios.

jueves, 12 de noviembre de 2020

Fines y medios pacíficos

Una de las cosas más extrañas es que todos los genios militares del mundo hayan hablado de paz. Los conquistadores del pasado, que mataban para imponer la paz -por ejemplo, Alejandro, Julio César, Carlomagno y Napoleón-, coincidían en la búsqueda de un orden universal basado en la paz. Si leéis Mi lucha atentamente, descubriréis que Hitler alega que todas las cosas que hizo en Alemania las hizo en nombre de la paz. Y, en la actualidad, los hombres que gobiernan nuestro mundo se pasan el tiempo hablando de la paz. ¿Dónde reside, pues, el problema?
Estos gobernantes nos hablan de la paz como si se tratase de un objetivo muy lejano, de un fin que estamos buscando. Pero algún día nos daremos cuenta de que la paz no puede ser simplemente un objetivo distante, sino que es el medio con cuya utilización llegaremos a aquel objetivo. Para alcanzar un fin pacífico, debemos emplear medios pacíficos. Y con estas palabras, como análisis final, pretendo decir que el fin y los medios deben estar en estrecha correspondencia, pues el fin ya está contenido en los medios y, finalmente, unos medios destructivos nunca podrán llevarnos hacia un fin constructivo.
Martin Luther King, El clarín de la conciencia


Martin Luther King (1929-1968)

martes, 10 de noviembre de 2020

Kurt Koffka: el ambiente conductual

Kurt Koffka (1886-1941) define a la psicología como el estudio de la conducta en su relación causal con el campo psicofísico. Esta definición requiere ciertas matizaciones.

Primero que nada, se diferencian dos clases de conducta: molar y molecular. Los simples reflejos de los estudios de Watson -lo que Koffka llama "movimientos relativamente aislados, provocados por estímulos relativamente aislados"- y los arcos reflejos de los fisiólogos del siglo XIX -aquellas vías nerviosas claramente definidas, a través de las cuales pasa una excitación de los órganos de los sentidos a los músculos o glándulas- son considerados por Koffka como ejemplos de conducta molecular. La conducta molar, por lo contrario, se considera que incluye cuestiones tales como ir en bicicleta al trabajo, asistir a un partido de fútbol o flirtear.

Esta distinción entre molar y molecular puede recordar al lector la distinción que hacía Watson entre ajuste y respuesta; no obstante, Koffka señala que la conducta molar no puede ser considerada, de modo alguno, como analizable en una cantidad de elementos moleculares. Incluso, una diferencia fundamental para Koffka entre conducta molar y conducta molecular es que la primera sucede en un ambiente, mientras que la otra ocurre dentro de un organismo y "solamente es iniciada por factores ambientales llamados estímulos".

La psicología es el estudio de la conducta molar, y ésta sucede en un ambiente: el ciclista pedalea por la avenida; la actividad del aficionado al fútbol ocurre en un estadio atestado de gente, y el flirteo se realiza en un ambiente adecuado, esencialmente social. Aún más, se pueden distinguir dos tipos de ambiente, en uno de los cuales, hablando estrictamente, tiene lugar la conducta. Hay un ambiente geográfico y otro conductual, y Koffka narra un cuento para ilustrar la diferencia entre ellos.

Un jinete solitario, de acuerdo a la leyenda alemana, llegó una noche invernal, después de cabalgar durante largas horas sobre una planicie barrida por el viento y cubierta de nieve, a la puerta de una posada, donde buscó calor y refugio. El encargado de la posada, obviamente sorprendido al verlo, le preguntó que en qué dirección venía. El viajero le contestó señalando su ruta. El encargado, más asombrado que nunca, le dijo que había cabalgado a través del lago Constanza cubierto por una delgada capa de nieve; al oír esto, el viajero, sobrecogido por el "shock" del descubrimiento, cayó muerto a los pies del encargado.

Geográficamente, dice Koffka, el viajero de esta leyenda marchó sobre un lago; conductualmente, cruzó una planicie. En el lenguaje cotidiano, el jinete "pensó" que cabalgaba sobre tierra firme, pero "realmente" estaba pasando sobre hielo delgado. Su conducta era conducta-respecto-a-una-planicie, y no conducta-respecto-a-un-lago; el lago de Constanza era su ambiente geográfico, la planicie era su ambiente conductual. El ambiente conductual, aunque determinado en parte por el geográfico, no era idéntico a él. Uno podría incluso decir que era el ambiente geográfico desde el punto de vista del viajero.

Lo que es cierto para el jinete legendario de Koffka sería cierto para todos nosotros en todas nuestras actividades. Excepto en casos muy raros, nuestra conducta está regulada directamente por un ambiente conductual, y sólo de manera indirecta por un ambiente geográfico. El ciclista puede ir por la misma avenida (geográficamente) que el automovilista que lo rebasa; el aficionado leal que aplaude a un equipo de fútbol puede compartir su asiento con un aficionado igualmente entusiasta con el equipo contrario, y los miembros de una pareja pueden flirtear en el mismo salón. En cada caso, los dos ambientes conductuales tienen mucho menos en común que los geográficos, y son mucho más significativos con respecto a las reacciones que se evocan.

El ambiente conductual de Koffka no es la situación-estímulo de Watson, sino que se aproxima más a la experiencia de Titchener. Una mirada hacia la definición que hace Koffka de la psicología -que muestra que la conducta ha de relacionarse con un campo psicofísico- aclarará también que este ambiente conductual, puesto que "causa" conducta, debe tener algo de la naturaleza del campo psicofísico.

Para Koffka, el ambiente conductual constituye una parte importante del campo psicofísico, pero este último realmente incluye mucho más. Comprende, además del ambiente conductual, el darse cuenta de otras cosas: deseos e intenciones, éxitos y desilusiones, alegrías y penas, amores y odios, y también el darse cuenta de las propias acciones. Para volver a nuestro jinete: además de su conocimiento de la "planicie" conductual y sus otros contornos externos, había, tal vez, un deseo de proseguir, enojo por haber perdido el camino, y una conciencia de la acción de sus propios músculos y coyunturas, tensos y entumecidos, cuando estaba sentado en su montura. Sólo cuando agregamos este material al ambiente conductual, tenemos la totalidad de la conciencia del sujeto o, como la denomina Köhler, su experiencia directa.

Incluso la experiencia directa no es el equivalente completo del campo psicofísico en la definición de Koffka. Esto es lo mismo que demostrar que hay otras causas de la conducta además de aquéllas de las cuales la persona está consciente. Cabe elegir tres ejemplos, para aclarar la posición de la Gestalt, tres ejemplos de conducta que no tienen determinantes conscientes:
a) Si se hace caer un haz de luz fuerte sobre los ojos de un boxeador que está inconsciente, las pupilas de sus ojos se contraerán.
b) A un solterón, al cual dejaron plantado una vez en el momento que escuchaba las campanas de su boda, le desagradan profundamente las campanas; él atribuye este disgusto a la imperfección musical de las campanas.
c) Un telegrafista experto, con el oído puesto en el receptor, copia un mensaje, mientras conversa amigablemente con un compañero de trabajo.
Éstas son muestras de tres tipos de determinantes de la conducta que Koffka considera que están fuera de la experiencia directa del individuo. El boxeador no sabía que la luz estaba provocando su reacción pupilar, ni lo habría sabido si hubiera estado consciente; la explicación que da el solterón de su desagrado por las campanas no convence a nadie de que ésa sea la razón verdadera; y la habilidad del telegrafista para realizar dos tareas a la vez no puede ser atribuida en la forma total a fluctuaciones rápidas de la atención especialmente, puesto que puede ser incapaz de repetir el contenido del mensaje que copió mientras conversaba con su amigo.

Los reflejos, determinantes inconscientes, y ciertos aspectos de la memoria y destreza, son las clases en las cuales se hallan nuestros tres ejemplos. Son tipos de conducta que exigen la inclusión de otras fuerzas que no sean las conscientes dentro del campo psicofísico. Si el lector se pregunta por qué se mencionan aquí los reflejos, tratados previamente como conducta molecular, es porque Koffka les encuentra un lugar en su sistema como determinados por el campo. El campo completo consistirá de experiencias externas (el ambiente conductual), de experiencias internas (deseos, intenciones, etc.), y de otras fuerzas que no tienen ningún lugar en la experiencia.

viernes, 6 de noviembre de 2020

La ingeniería genética y los nuevos organismos

 De la misma forma que la ingeniería civil se ocupa de las técnicas aplicadas por los ingenieros a la construcción de carreteras y puentes, la ingeniería genética agrupa el conjunto de técnicas utilizadas por los biólogos para dotar a las células vivas de nuevas propiedades, modificando su material genético. Esto significa manipular la molécula de ADN de la que están hechos los genes, es decir, cortarla, hacer copias de los fragmentos, pegarlos y transportarlos de una célula a otra.

La ingeniería genética nació a comienzos de 1970 y supuso un paso decisivo en la revolución genética. Su inicio está asociado al descubrimiento de las herramientas indispensables para construir nuevas combinaciones de fragmentos o de moléculas de ADN que no se encuentran juntas de manera natural, pero eso también se la conoce como tecnología del ADN recombinante.

1. Los organismos transgénicos

La ingeniería genética permite modificar el genoma de una planta, de un animal o de un microorganismo convirtiéndolo en un "organismo modificado genéticamente", un OMG. Los organismos eucariontes, una planta o un animal, que han sido modificados por ingeniería genética se denominan organismos transgénicos.

※ Planta transgénica: En España se cultiva desde el año 1998 una variedad de maíz transgénico (maíz Bt) resistente al ataque de los taladros, larvas de mariposas que destruyen las plantas de maíz al perforar sus tallos.

※ Animal transgénico: En 2001 se patentó el primer animal para consumo humano, un salmón que tiene la facultad de crecer entre seis y ocho veces más en el mismo tiempo que uno normal. En 2017 se aprobó su comercialización en Canadá.

※ MGM (microorganismo): Uno de los primeros resultados de la ingeniería genética fue introducir el gen de una proteína humana, la insulina, en el ADN de una bacteria y conseguir que esta bacteria fabricara insulina. En 1982 se aprobó el uso para humanos de insulina "humana", fabricada por ingeniería genética. Hasta esa fecha los diabéticos dependían para su tratamiento de insulina obtenida de cerdos o de vacas que puede ocasionar reacciones adversas.

2. ¿Cómo se obtiene un organismo transgénico?

La obtención de un organismo transgénico, ya sea planta o animal, sigue un procedimiento básico que se puede dividir en dos etapas:

  • En la primera etapa, o de transformación, hay que introducir el gen deseado en el genoma de una célula del organismo que se desea modificar. Por ejemplo, el gen bacteriano para el veneno contra el taladro en una célula de maíz.
  • En la segunda etapa, o de regeneración, hay que obtener una planta o un animal a partir de la célula cuyo genoma se ha modificado. Esta segunda etapa requiere, en la práctica, la utilización de técnicas de clonación de organismos. Además, conseguir un organismo transgénico supone un gran coste económico y la única manera de rentabilizarlo es producir el mayor número posible de copias idénticas, es decir, clonarlo.

viernes, 30 de octubre de 2020

Las protestas de la Gestalt

En 1912, Titchener, el estructuralista, había recién visto editado en Alemania su libro Textbook; Angell, en Chicago, publicaba su tercera exposición sobre funcionalismo, y Watson, en John Hopkins, se preparaba para lanzar el grito de batalla del conductismo. En ese año apareció un informe en una revista alemana de psicología de la Universidad de Frankfurt, sobre algunos estudios experimentales del movimiento aparente. El autor era Max Wertheimer (1880-1943) y los dos principales observadores de los experimentos que describió eran Wolfgang Köhler (1887-1967) y Kurt Koffka (1886-1941). El informe mismo marca el principio de un nuevo sistema psicológico -un sistema del cual Wertheimer iba a ser considerado como el fundador y Köhler y Koffka los principales exponentes-.

La psicología de la Gestalt fue un producto puramente alemán, y es mejor que adoptemos el nombre alemán para esta escuela. A veces se emplean traducciones de gestalt. Se han sugerido como equivalentes: forma, patrón, estructura y configuración, pero ninguna ha sido tan aceptable como la palabra alemana misma.

Al igual que el funcionalismo y el conductismo, la psicología de la Gestalt nació en forma de protesta. El funcionalismo protestaba del estructuralismo; el conductismo protestaba del estructuralismo y del funcionalismo; y la Gestalt discrepaba, en un grado mayor o menor, de los conceptos de estructuralismo, funcionalismo y conductismo. Pareciera como si el comentario de David Hume no fuera menos aplicable en 1939 que lo que lo fue en 1739:

Nada es más común y más natural para aquellos que pretenden descubrir algo nuevo en el mundo de la filosofía y las ciencias, que insinuar loas de sus propios sistemas, criticando a todos aquellos que existían antes que los propios.

Por cierto, la psicología la Gestalt criticó mucho al estructuralismo, y particularmente y un poco después al conductismo, y hubo dos hipótesis principales que atacó con especial vehemencia.

La primera protesta fue contra la doctrina del elementalismo en psicología -la creencia de que la mente (o la conducta) es una simple colección, mosaico o "paquete" de unidades elementales-. Ya en Locke, Hume y los Mills -padre e hijo-, en Wundt y Titchener y, hasta cierto punto, en Watson habíamos observado una doctrina de análisis en elementos. La naturaleza de los elementos analizados variaba desde las ideas de Locke hasta los reflejos de Watson; pero, prácticamente sin excepciones, los teóricos han favorecido alguna forma de análisis elemental desde los comienzos mismos de la psicología.

El ataque de la Gestalt se dirigió en un principio a aquella forma de "hipótesis de paquetes", apoyadas por Titchener y menos explícitamente por Watson. El cargo contra Titchener era que las sensaciones, imágenes y sentimientos no son la materia prima de la cual se construye la mente, sino los productos de la técnica altamente sofisticada de la introspección, que destruye el objeto de la descripción, dejando un puñado de elementos que "nadie ve nunca". Watson fue condenado de manera similar, en base a que la conducta no es una combinación de reflejos originales o condicionados, sino que estas unidades se establecen por la observación "gradual", que se preocupa sólo por hechos insignificantes, pero fáciles de registrar, dejando intactos los aspectos más importantes de la actividad.

La segunda protesta principal de la escuela de la Gestalt era contra la tesis asociacionista, una doctrina que se desarrolló paralela al elementalismo y muy relacionada con él. La asociación proporcionó el engrudo mental que mantuvo unidos los elementos, el cemento para los ladrillos psíquicos. Dado que, para el psicólogo de la Gestalt, los elementos mismos eran artificiales, las conexiones entre elementos también debían serlo. Su crítica se dirigía no sólo a la mecánica mental de James Mill, sino también a la química mental de su hijo y a todas las posteriores modificaciones de la doctrina, incluso al principio conductista del condicionamiento. La organización que caracteriza a toda experiencia o conducta no debía, de acuerdo con estos críticos, ser explicada apelando a conexiones o lazos. El problema entero era, para ellos, un problema falso, que surgía de una concepción equivocada de la naturaleza del análisis.

Hay dos tratados sistemáticos importantes desde el punto de vista de la Gestalt: Gestalt Psychology de Köhler (1929) y Principles of Gestalt Psychology de Koffka (1935); ambos contienen varios ataques a escuelas rivales y muchos ejemplos específicos de su fracaso para encontrar la realidad psicológica. La Gestalt era una escuela muy unida, y estos dos textos están prácticamente de total acuerdo en los temas fundamentales.

lunes, 26 de octubre de 2020

El voluntariado

1. Introducción

En la historia de todas las culturas ha habido personas que, sin recibir ninguna compensación económica, han dedicado su vida o parte de ella a cuidar de otros más necesitados, ya sea la razón de su necesidad una incapacidad física y/o psíquica, ya sea consecuencia de catástrofes naturales, ya sea efecto de una pobreza injusta, ya sea producto de la enfermedad.

Joaquín García Roca, en su libro Solidaridad y voluntariado, caracteriza al voluntario mediante cuatro figuras simbólicas:

  • El voluntario es guía porque, atento a las circunstancias que se presentan, señala posibles caminos, y lo hace valiéndose de los indicadores existentes y de su implicación personal en las situaciones que comparte con otros.
  • Es vigía en tanto que, abandonado su mundo, se siente inseguro y ha de permanecer alerta, para que unas veces el miedo, otras el desánimo, no lo alejen de su proyecto. El voluntario debe robustecer su imaginación utópica si no quiere verse anegado por la multitud de problemas que lo acosan.
  • También es mediador, sirve de puente entre el grueso de la sociedad y los grupos minoritarios que son marginados por ella. Además, es el cauce para trasvasar energía vital de la una a los otros.
  • Por fin, el voluntario es acompañante, porque se hace cercano a los que sufren y los acoge. Pero no se diluye en el dolor de ellos, sino que los refresca y los anima a seguir, convencido de que a todos nos aguarda un futuro mejor.
2. Principios del voluntariado

En nuestro tiempo, particularmente desde el último cuarto del siglo XX, las personas que han asumido estas tareas de cuidado de los menesterosos y de la naturaleza en peligro sin recibir retribución se han ido organizando en grupos, y han nacido así las denominadas Organizaciones No Gubernamentales (ONG). Estas organizaciones no dependen de los gobiernos y desarrollan tareas de asistencia y promoción entre los grupos más necesitados en cualquier lugar de la Tierra, intentando satisfacer sus necesidades básicas, es decir, las referidas a alimentos, vivienda, educación, asistencia sanitaria y medio ambiente.

En la revista Documentación social, Luis Lopezllera afirma que estas ONG actúan en la dimensión micro, en el nivel de las iniciativas de la gente común, donde suelen inspirarse en principios como éstos:

  • Ocuparse prioritariamente de problemas básicos de grupos, comunidades y sectores desfavorecidos.
  • Poner acento en la autoayuda, la ayuda mutua y la adecuada participación en los distintos niveles de proceso.
  • Promover trabajo voluntario, profesional y más allá de lo profesional.
  • Optar por motivaciones altruistas no proselitistas, es decir, no vinculados a grupos religiosos, y políticas no dependientes de partidos políticos.
  • Comparar la acción de los juegos de fuerzas en la vida personal, la dimensión local y la transnacional.
  • Procurar una cultura de valores propios, de responsabilidad y creatividad.
Las ONG y los medios de comunicación
Los medios de comunicación son el instrumento insustituible para el conocimiento de las realidades lejanas y, por tanto, son determinantes en la imagen del Tercer Mundo que los norte-occidentales tenemos del mismo. Sin ese conocimiento no es posible que las ONG sensibilicen a la población ni un juicio crítico que permita estrategias de colaboración y ayuda eficaces.
José Luis Sánchez Noriega, La globalización y sus excluidos


3. El voluntariado internacional

Los voluntarios que trabajan en tareas que sobrepasan los límites de su nación olvidan egoísmos e insolidaridades y se niegan a formar parte, sea de la manera que sea, de la violencia de la muerte. Por el contrario, se entregan a una defensa de la vida y de la satisfacción de necesidades básicas. En muchos casos, estas personas se hacen violencia a sí mismas, pues tienen que vencer inercias e individualismos, y deben desarrollar al máximo sus capacidades y ponerlas al servicio del bien común, que pasa necesariamente por el bien de los que tienen peores condiciones de vida. Estas personas forman lo que podemos llamar la internacional de la vida porque, desde sus características individuales de raza, cultura, religión, sexo, generación y clase social, llegan a considerar a toda la humanidad y tratan de construir una sociedad más justa y con las mismas oportunidades para todos.

4. El individuo y la colectividad

A. King y B. Schneider, en su libro La primera revolución global, abordan las difíciles relaciones de cada persona con los problemas planteados hoy a nivel mundial. Estos autores defienden la necesidad de una ética de la solidaridad y del uso del tiempo que, según ellos, debe conducir a una ética de la acción, en la que las personas deben hacer suyos los problemas de todos los hombres y mujeres de la Tierra, interesarse y movilizarse con el fin de resolverlos.

Dado que los individuos aislados nos sentimos con frecuencia desbordados por la inmensidad de los males que aquejan a nuestra sociedad, y muchas veces incluso nos sorprenden porque los desconocemos y, de momento, tomamos conciencia de ellos, sentimos la necesidad de organizarnos y asociarnos para encontrar juntos la fuerza y la eficacia de las que carecemos cuando estamos solos.

Los dos autores mencionados insisten en que no podemos olvidar que la ética de los grupos depende del comportamiento ético de los individuos que los componen, y, del mismo modo, la adhesión de las personas a un código de comportamiento ético puede ser alentada, estimulada y promovida por la postura colectiva. 

domingo, 25 de octubre de 2020

Titchener y el estructuralismo

En la medida que vamos de los elementos del sistema de Titchener a las combinaciones de estos elementos, vamos de lo simple a lo complejo. Tratamos con estructuras mentales, como percepciones, ideas y emociones; con asociación, memoria y pensamiento; incluso con aspectos tan complicados como los sentimientos y el sí mismo. No podemos aquí hacer plena justicia a todos estos tópicos, pero podemos hacer resaltar ciertos principios generales y presentar material ilustrativo que permita al lector comprender el sistema titcheriano.

Primero consideremos las percepciones y las ideas. Son cuestiones de la experiencia diaria que se ofrecen al análisis. Sólo cuando adoptamos una actitud de laboratorio, apreciamos su naturaleza compuesta. Ellas son las unidades de nuestra vida mental diaria, de la misma manera que las sensaciones, imágenes y sentimientos son las unidades del análisis psicológico. Las percepciones pueden ser analizadas, con introspección cuidadosa, en: a) una cantidad de sensaciones que están suplementadas por b) varias imágenes, y c) "moldeadas por la acción de fuerzas nerviosas que no se muestran en la sensación ni en imágenes". Debe notarse que sólo las dos primeras de estas características son verdaderamente "experienciales"; la tercera es una inferencia: no un contenido mental verdadero, sino algo que está tras él; por ejemplo, el núcleo de nuestra experiencia de un árbol no es más que un arreglo de sensaciones de color. Con este núcleo de sensación vienen algunas imágenes suplementarias: es el árbol que da sombra a los macizos de flores de nuestro vecino en el verano; el árbol que causó el pleito; el árbol que tenía un nido de petirrojos. Incluso, automáticamente se considera que el árbol es una cosa real que ocupa un espacio real; y esta concepción puede no estar fundada en ningún contenido mental, ya sea sensación o imagen, sino deberse solamente a un tipo de hábito cerebral que no tiene representante en el conjunto de los elementos.

Así como la percepción es un asunto compuesto en el cual la sensación figura prominentemente, una idea típica es una estructura mental que posee un núcleo de imágenes: "La nieve del invierno pasado puede venir a nosotros... como un cuadro visual, una mancha desigual de color blanco, con vetas de gris café en los picos y en los valles, perforada y rota por un deshielo parcial". Éste es el núcleo imaginativo, el contenido básico de imágenes de la idea; pero hay más. La idea puede incluir material de sensaciones que aumente su complejidad. Finalmente, al igual que en la percepción, puede haber un "hábito cerebral" tras nuestra idea como un factor determinante o modelador.

Los sentimientos (agrado o desagrado), combinados en un nivel elemental con ciertas sensaciones, primariamente cinestésicas y orgánicas, producen "sentimientos de los sentidos o sensoriales". Hay seis clases de estos sentimientos sensoriales: lo excitante y lo calmante, lo tensante y lo relajante, y lo agradable y lo desagradable, cada uno de los cuales depende de la naturaleza peculiar de la combinación de sensación-sentimiento. Cada uno puede combinarse, a su vez, con otros procesos sensoriales e imaginativos bajo ciertas condiciones, para producir emociones tales como alegría y miedo, enojo y pena, esperanza y alivio.

Otro tema de interés de la escuela titcheneriana se refiere a una pregunta que se planteó y contestó, en 1709, en el libro New Theory of Vision del obispo Berkeley. Citaremos aquí al buen obispo, a fin de introducirnos en el problema:

Sentado en mi estudio, oigo que un coche va por la calle; miro a través de la ventana y lo veo; salgo y subo a él. Así, el lenguaje común nos inclinaría a pensar que oí, vi y toqué la misma cosa, es decir, el coche; sin embargo, es cierto que las ideas introducidas por cada sentido son muy diferentes y separadas las unas de las otras; pero, como consecuentemente se ha observado que van juntas, se habla de ellas como de una misma cosa.

Berkeley ofrece esto solamente como un ejemplo de la manera en que la "mente" genera la "materia" (más específicamente "cosas" u "objetos") mediante la combinación o asociación de ciertas ideas. Este razonamiento sería una anticipación de la teoría contextual del significado de Titchener.

Una característica obvia de nuestras percepciones e ideas, de acuerdo con Titchener, es que tienen significado. La nieve del invierno último, el árbol en el patio, el ruido del coche del obispo Berkeley, son sucesos con significado; no obstante, psicológicamente -esto es, introspectivamente-, ¿qué es el significado? La respuesta a esta pregunta puede haber sido ya dada al estudiar las percepciones y las ideas, pero no estará de más elaborarla.

Cuando analizamos introspectivamente la mente, encontramos no significados, sino procesos mentales: sensaciones, imágenes, sentimientos, y sus combinaciones. Encontramos que el árbol de nuestro ejemplo era un tanto de sensaciones más un agregado de imágenes; la nieve del invierno último resultó ser un tanto de imágenes; la nieve del invierno último resultó ser un tanto de imágenes, más otras imágenes y sensaciones. Es en este factor de agregación de procesos mentales donde hallamos la respuesta a nuestra pregunta.

"El significado -dice Titchener- es siempre un contexto; un proceso mental es el significado de otro proceso mental, si es el contexto de ese otro proceso."  El contexto mismo no es sino el "ribete de procesos relacionados que rodea al grupo central de sensaciones o imágenes". En la percepción y en la idea hay "núcleo más contexto", y el último "implica" el significado del primero, o sea, es lo que encontramos al escudriñar la experiencia en nuestra búsqueda de la contrapartida del significado lógico cotidiano.

Titchener ofrece múltiples ilustraciones para demostrar la sabiduría de esta distinción núcleo-contexto. El contexto puede, en algunos casos, separarse del núcleo -como cuando repetimos en voz alta alguna palabra hasta que el contexto desaparece y la palabra se torna sin sentido- o puede ser agregado al núcleo -como cuando aprendemos el significado de algún dibujo raro o de una palabra extranjera-; el núcleo y el contexto pueden desunirse en el tiempo -como cuando sabemos lo que queremos decir, pero necesitamos tiempo para encontrar las palabras que lo expresen-; el mismo núcleo puede tener varios contextos -como se ve en nuestra preocupación por captar el verdadero significado de un comentario hecho sin pensar-; el mismo contexto puede corresponder a diferentes núcleos -como en el caso del automóvil del obispo Berkeley-, etc. A Titchener no le faltaron ejemplos para apoyar su posición; sin embargo, su incapacidad para demostrar que el significado es siempre contexto, se ve en su admisión de que puede ser llevado por un "hábito cerebral" en ausencia de una representación consciente -como cuando el lector diestro capta el significado de una página impresa, o una composición musical se toca en la clave apropiada, sin la presencia de un marco de imágenes para suplementar el núcleo de la percepción.

El contexto se agrega al núcleo asociativamente. Titchener no hizo una declaración franca a este efecto, pero es obvio que no podemos entender tal composición de otra manera. Podemos, entonces, revisar brevemente el estudio que hace Titchener de la asociación como un principio psicológico, y de ahí ver qué sucedió a la vieja doctrina británica en manos de un experimentalista.

Cada vez que ocurre un proceso sensorial o imaginativo en la conciencia, es probable que aparezca en él (por supuesto, en términos de imaginación) todos aquellos procesos sensoriales e imaginativos que ocurrieron conjuntamente con él en cualquier situación consciente anterior.

Esta declaración, que es la ley de asociación fundamental de Titchener, está tomada del Texto de 1910, donde va precedida de una crítica de los anteriores asociacionistas y seguida por un conjunto elaborado de cláusulas ampliadoras y calificadoras que no es necesario que consideremos aquí. Se pretendió que fuera una fórmula descriptiva para los hechos observados de la doctrina anterior; la fórmula explicativa de Titchener se refiere a los hechos neurales que van paralelos a los procesos sensoriales e imaginativos mencionados con anterioridad.

La ley de la asociación llegó a ser muy importante en el sistema de Titchener, particularmente, respecto a la memoria y la imaginación; sin embargo, el mismo Titchener se dio cuenta de que no era del todo suficiente para la comprensión de las conexiones mentales. Esto se advierte en la forma como está redactada la ley. Nótese que Titchener dice: "Es probable que aparezcan", cuando habla de los procesos sensoriales e imaginativos asociados. Recuérdese, también, su uso de un "hábito cerebral" como factor modelador o determinante en la construcción de percepciones e ideas. Esto viene a ser un reconocimiento de que los procesos mentales, y también los actos, surgen no sólo como resultado de la fuerza de los lazos asociativos, sino también debido a ciertas fuerzas directivas -"hábitos cerebrales", "tendencias instintivas", "disposiciones nerviosas", etc.- que incluso pueden actuar contra la influencia de asociaciones repetidas a menudo. Así, juntamente con las tendencias asociativas, tenemos tendencias determinantes (lo que nos hace recordar a Hobbes, con sus "secuencias de pensamiento" que estaban guiadas por un deseo o propósito). Los procesos imaginativos y sensoriales que, en base a asociaciones pasadas frecuentes, debieran unirse en la mente, pueden debido a la presión de una tendencia determinante, mantenerse separados. Cabe dar un ejemplo simple: la palabra "negro" podría, por virtud de la asociación, recordar "blanco" a la mente del lector, y "amargo" recordar "dulce"; pero, ¿qué habría pasado si se pidiera por adelantado (fijado o determinado) que encontrara rimas para "negro" y "amargo"?

Hasta aquí, hemos presentado suficientemente el esquema de trabajo de Titchener, de manera que nos sirve de referencia para que entendamos otros puntos de vista. Está la experiencia (proceso mental); se la analiza introspectivamente en elementos (sensaciones, imágenes y sentimientos), con sus atributos (cualidad, intensidad, etc.). Los elementos se funden o modelan en el espacio y en el tiempo (se asocian) para darnos estructuras mentales, como percepciones, ideas, sentimientos de los sentidos, emociones y otros. Finalmente, estos procesos -tanto los simples como los complejos- tienen hechos paralelos en el sistema nervioso y están, en cierta medida, determinados por ellos.

Este producto de Titchener, proveniente de Wundt, fue durante más de dos décadas la psicología contra la cual se comparaban otras psicologías. Como un sistema o escuela, llegó a ser conocida principalmente como psicología estructural o introspectiva. El título más reciente para esta psicología, propuesta por el mismo Titchener, es "existencial", un término escogido para enfatizar el hecho de que el mundo de los procesos mentales (existencia desnuda) es el único mundo que la ciencia puede conocer.