Cada ser humano es como los demás seres humanos, como algunos otros seres humanos y como ningún ser humano.
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domingo, 5 de enero de 2020

La maduración biológica

Hay una serie de principios que regulan la maduración biológica:

Los tejidos y órganos más primitvos en la escala evolutiva de las especies son los primeros en madurar, mientras que los más recientes (tejido nervioso) son los más tardíos.
La maduración tiene una línea de progreso céfalo-caudal y próximo-distal, es decir, primero madura lo cerca de la cabeza y luego lo más lejano, y antes lo hace lo cercano al tronco y después lo más alejado.
La maduración es un proceso esencialmente autónomo, que se origina desde el organismo, no siendo un producto del ambiente. Ahora bien, autonomía no quiere decir independencia: el proceso madurativo no puede ser ajeno al entorno, pudiendo ser favorecido o entorpecido por las influencias ambientales.
Para que pueda producirse un aprendizaje es preciso que el organismo haya alcanzado la maduración oportuna, especialmente de aquellas estructuras que se hallen incluidas en el acto de aprender. Como el sistema nervioso siempre toma parte en el aprendizaje, su maduración se torna en el hombre algo necesario e imprescindible para la adquisición de cualquier pauta de conducta.
Los rasgos que permiten señalar que una estructura o una pauta comportamental derivan de procesos madurativos, son:
  • Aparición relativamente repetitiva.
  • Aparición en el mismo momento cronológico en la mayoría de los sujetos de la especie, al margen del ambiente en que se haya desarrollado.

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