Cada ser humano es como los demás seres humanos, como algunos otros seres humanos y como ningún ser humano.
@blog_trca

viernes, 12 de febrero de 2021

Filosofía, ciencia y conocimiento

El problema del conocimiento es esencial a la ciencia, pero no exclusivo de ella. De algún modo, el conocimiento está implicado en todas las relaciones que establece el ser humano y el grupo con el mundo físico y social. Todas las actividades del ser humano, de algún modo, constituyen formas de adquisición o de aplicación del conocimiento.

En un principio, puede pensarse que el conocimiento del mundo se articulaba en una sola matriz compleja, que aglutinaba información e interpretaciones respecto a todos los fenómenos de la naturaleza y la sociedad. La filosofía y la ciencia griegas constituyen el mejor ejemplo de estas visiones integradas del universo. Con el transcurso del tiempo, la progresiva complicación de la organización social y de las relaciones de producción, se llegó a diferenciar los sistemas de generación del conocimiento y de su aplicación social. Así se estratifican cuatro grandes núcleos de conocimiento: la ciencia y su vinculación con la tecnología, la religión, la filosofía y la ideología. Un análisis histórico muestra claramente el movimiento centrífugo de estos cuatro núcleos de conocimiento, desarrollo que, sin embargo, no es lineal y en ocasiones muestra fusiones centrípetas, como la identificación de la filosofía idealista con la teología y religión durante el medievo, la vinculación de la ideología con las ciencias sociales o ideologías prácticas (derecho, moral, etc.), así como la conversión de la religión en una ideología práctica.

Normalmente, al trazar los inicios de la psicología como disciplina, los distintos autores se remontan a la época griega y fundamentalmente a Aristóteles y Platón. Esta coincidencia se debe, en gran medida, a que el pensamiento griego clásico es quizá el primero en mostrar la integración de aspectos filosóficos e ideológicos, con preocupaciones genuinas de carácter científico.

La división del conocimiento científico en continentes diferenciados se efectuó como parte de un proceso gradual y continuo. El primer gran continente de conocimiento científico fue la física, y asociada a la preocupación inicial por el espacio, los volúmenes y por la trayectoria de los astros, se desarrolló conjuntamente la matemática y especialmente la geometría (Tales de Mileto y Pitágoras). Con la aparición de la burguesía y los grandes imperios europeos del siglo XV, el procesamiento de los metales preciosos y no preciosos propició un desarrollo importante de la química, que se transformó en un segundo continente diferenciado de conocimiento científico con Lavoisier y la taxonomía de Mendeleev (tabla periódica de los elementos). La biología y la historia surgen como continentes adiciones en el siglo XVIII-XIX. La biología con los trabajos de Linneo, Darwin y los fisiólogos como Hall, Sechenov y otros; por su parte, con la vinculación que hacen Marx y Engels de la organización y desarrollo social con el proceso de las relaciones de producción y la lucha de clases, surge el continente historia, como receptáculo de muchas otras disciplinas llamadas sociales (economía, sociología, antropología, etc.).

Finalmente, a principios del siglo XX, la psicología se constituye como quinto continente, o quizá puente de dos subcontinentes vinculados (biología e historia), con el Manifiesto Conductista de Watson, que define por vez primera a la psicología como una ciencia natural experimental independiente.

¿Por qué la ciencia, a pesar de su división en continentes, constituye, en cierto sentido, un todo integrado, un sistema coherente de conocimiento? Nuestro argumento se centrará en el significado de lo que constituye un objeto de estudio para una ciencia particular y la relación de su nivel explicativo con el de otras ciencias.

Cuando se habla de los objetos particulares de cada ciencia, no se pretende afirmar que la ciencias poseen territorios autónomos y desvinculados entre sí, sino que se hace referencia a la molaridad de los fenómenos estudiados y a la complejidad de variables que dicha molaridad implica. Igualmente, ello establece niveles explicativos independientes, pero complementarios que permiten el conocimiento jerarquizado de la realidad.

Tomaremos los cinco continentes científicos y analizaremos cómo se definen sus objetos de estudio y la interrelación que se establece entre ellos. De alguna manera hay una relación entre la moralidad y la complejidad del campo estudiado. Esta relación puede ser directamente proporcional. Así, por ejemplo, la física define fenómenos moleculares, pero más simples, por exclusión, que los complejos procesos molares que define la historia. De este modo, aun cuando parezca paradójico y contradictorio, cuanto más básico y molecular es el fenómeno en estudio, es menos complejo y, por ende, menos generalizable. Esto equivale a afirmar que aun cuando abarca un gran número de eventos de la realidad, carece de la capacidad de explicar todos aquellos otros eventos que poseen características organizativas adicionales. Así, como la física es la ciencia básica por excelencia, su teoría se limita a explicar los fenómenos inorgánicos únicamente, pues aun cuanto todos los fenómenos de la realidad poseen niveles inorgánicos de organización, la física no puede reducirlos a ellos, y, por consiguiente, explicarlos. Ahí, la química, la biología, la psicología y la historia encuentran su razón de ser.

Dado que nuestro interés fundamental lo constituye la psicología, analizaremos la relación que guarda con sus dos continentes límites, la biología y la historia. La psicología tiene por objeto estudiar el comportamiento individual, es decir, la interacción que establecen los organismos individuales con su medio y con otros organismos. Como tal, la psicología es fundamentalmente una ciencia biológica (natural), pero en tanto que una parte fundamental de su ambiente lo constituyen otros organismos y en el caso del hombre se trata de un ambiente social, construido, la psicología queda inmersa en el continente historia. Es una ciencia puente por naturaleza, con una relación dual.

Ambiente social

Por un lado, la conducta es una dimensión funcional de los seres vivos y, por ende, la biología se constituye en ciencia básica de la psicología; sin embargo, los fenómenos biológicos no son idénticos a los psicológicos o conductuales y, por consiguiente, estos últimos no son reductibles a proposiciones o datos de la biología; por ejemplo, es evidente que el lenguaje no puede reducirse a los movimientos de las articulaciones vocales y que la conducta de escribir no puede explicarse en términos de los simples movimientos musculares que la componen. A una de las tendencias reduccionistas que explican la conducta en términos puramente biológicos se le llama localizacionismo y es una herencia intelectual del mecanicismo de Descartes.

Por otro lado, la conducta humana, que no es el objeto único de estudio de la psicología, tiene una significación profundamente social. El comportamiento humano depende y se conforma con base en circunstancias sociales, que el propio hombre transforma a su vez creándolas y recreándolas. En este sentido, la psicología no puede desvincularse de la historia y las ciencias sociales, pero tampoco puede ser absorbida por ellas, por ser el comportamiento individual un dato molecular que no constituye el interés definitorio de dicho continente histórico. Las leyes que rigen un fenómeno molar, general y complejo no explican necesariamente sus componentes moleculares aun cuando proporcionen un marco interpretativo para ello. Así, las características históricas particulares de una sociedad no pueden explicarnos las leyes que rigen el aprendizaje de los individuos, ni el proceso de la digestión explica la composición química y propiedades de los ácidos interventores. A su vez, la psicología no puede dar cuenta de los fenómenos histórico-sociales, por ser el comportamiento de las estructuras sociales, o mejor dicho, de las masas que constituyen las clases sociales, un fenómeno cuya complejidad rebasa en mucho a la simple conducta individual. El psicologismo, como se conoce a la interpretación psicológica de los fenómenos sociales, es una forma de reduccionismo explicativo muy empleada por el psicoanálisis y la psicología social.

Cada ciencia tiene un nivel de análisis y explicación propios, de acuerdo con la molaridad/molecularidad del fenómeno de estudio. Aun cuando los fenómenos molares comparten propiedades de los fenómenos moleculares, las leyes y principios que explicar a estos últimos no son suficientes para dar cuenta del fenómeno complejo como tal. Asimismo, los principios que rigen los fenómenos complejos no pueden sustituir a los que determinan a los fenómenos más simples o moleculares. Las áreas interdisciplinarias, como la físico-química, la bioquímica, la psicobiología y la psicología social no son más que campos que requieren la participación combinada de dos continentes científicos. Recordemos que el conocimiento científico subdivide o fragmenta la realidad con propósitos de análisis, pero que estas "fracturas" no rompen la continuidad de los fenómenos y procesos, y mucho menos la complementariedad de las ciencias que lo producen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario