Biblioteca del monasterio de San Lorenzo de El Escorial (Madrid) |
El conocimiento dinámico
Este dinamismo de las ideas es debido, a su vez, a las características del conocimiento:
- Por una parte, el sujeto que conoce, el ser humano, es limitado y no tiene un conocimiento absoluto y perfecto. Sus limitaciones son de varios tipos: físicas (hay cosas a las que le es imposible acceder o conocer); biológicas (la mente humana es limitada en su capacidad de conocimiento); y sociales (las comunidades determinan culturalmente los tipos de conocimientos válidos).
- Por otro lado, el objeto conocido, la realidad, es cambiante. Conserva siempre una cierta continuidad que se mantiene estable, lo que nos permite saber que siempre es la misma realidad. Pero también va cambiando y transformándose, en buena medida por la misma intervención del ser humano en ella, que la modifica.
Esto quiere decir que no es posible establecer leyes que expresen regularidades de la naturaleza, de la realidad, con una seguridad total. Sólo podemos conocer con un cierto grado de certeza, sabiendo que todo lo que consideramos válido puede ser sólo provisional.
Sin embargo, existe una clara convicción de que el conocimiento humano avanza y va siendo cada vez más completo y perfecto. Existen datos que nos permiten afirmar ese desarrollo. Sin embargo, esta confianza en nuestro conocimiento es deudora de la idea de progreso.
La idea de progreso
El progreso es el avance a lo largo del tiempo del modo tal que lo que se obtiene o aquello a lo que se llega es siempre mejor que lo que se tenía previamente o aquello de lo que se parte. Es decir, entendemos el tiempo con una dimensión de perfeccionamiento y ascenso, en sentido positivo. Esta idea nació en la Ilustración (siglo XVIII), cuando se pensó que la razón humana tenía grandes posibilidades y que sus conocimientos serían siempre mejores, más profundos, más elaborados y más perfectos.
Sin embargo, la idea de progreso ya fue cuestionada desde sus comienzos: ¿podemos afirmar que el presente es mejor que el pasado y que el futuro será mejor que el presente?
El avance del conocimiento: ¿acumulación o revolución?
En 1962, T. S. Kuhn publicó un libro titulado La estructura de las revoluciones, una obra de gran importancia porque aportó un análisis sobre cómo avanza el conocimiento que obligó a realizar un replanteamiento de todos los conceptos vigentes hasta entonces. Aunque Kuhn se refiere al conocimiento científico, su perspectiva es válida para otros tipos de conocimiento.
El conocimiento como acumulación
La concepción clásica del conocimiento consideraba que el modo de avanzar en el saber era la acumulación de datos, informaciones y resultados. Así, los nuevos conocimientos se irán sumando a los anteriores, construyendo un edificio cada vez más complejo y perfecto. Este sistema tenía que ver con esta idea de progreso en la que se entiende que el mayor número de conocimientos está relacionado con un saber mejor.
El conocimiento como revolución
Kuhn niega la idea de acumulación y defiende que el conocimiento avanza "a saltos", de manera revolucionara, es decir, rompiendo el esquema existente para pasar a uno nuevo. Según Kuhn, el avance del conocimiento se produce del modo siguiente:
Thomas S. Kuhn 1922-1996 |
- Una vez que se ha establecido un paradigma, nos encontramos en un periodo de "ciencia normal" en el que se trabaja para depurar y desarrollar el paradigma, esto es, elaborar todas las teorías derivadas de esa idea, resolver problemas, aportar nuevos resultados, etc.
- Sin embargo, llega un momento en el que aparecen demasiadas anomalías y dificultades que no parecen poder resolverse desde dentro del propio paradigma. Esto hace que algunos científicos empiecen a plantear un paradigma nuevo que se enfrenta al ya existente. A este periodo lo denomina Kuhn "crisis", porque se produce la ruptura de un paradigma y su sustitución por uno nuevo: una revolución. Una vez que este nuevo paradigma se ha establecido, volvemos a un periodo de ciencia normal.
El conocimiento avanza así no sólo aportando nuevos conocimientos dentro de un paradigma, sino, sobre todo, pasando de un paradigma a otro, con lo que se plantean nuevos modos de trabajar, pensar y entender el propio conocimiento. En estos "saltos" o rupturas es donde se dan verdaderamente las revoluciones que hacen cambiar y desarrollar el conocimiento.
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