Con una sólida formación, consecuencia de sus años de estudio en las universidades de Madrid, Lovaina y Roma, Xavier Zubiri es un pensador en el que confluyen varias corrientes filosóficas. Entre ellas caben destacarse el raciovitalismo de Ortega, la fenomenología de Husserl y el existencialismo de Heidegger. Pero, más allá de estas influencias, Zubiri desarrolla una filosofía que no se encuadra dentro de ninguna corriente filosófica concreta. Entre sus obras se encuentran, además de la trilogía Inteligencia sentiente, Cinco lecciones de filosofía, Naturaleza, Historia, Dios, El hombre y Dios y Sobre el hombre, obras póstumas estas dos últimas.
1. La inteligencia sentiente
Zubiri parte de la convicción de que la inteligencia no es un proceso desligado de los datos sensibles, es decir, que la inteligencia arranca de la sensibilidad, entendiendo ésta como la "mera aprehensión primordial de los dado".
El ser humano conoce siempre a partir de los datos que le llegan a través de los sentidos y responde a ellos de un modo diferente a como lo hace el animal: es capaz de registrar esos datos como realidades distintas de sí mismo. Por eso, no hay dicotomía posible entre lo que hace la inteligencia y lo que reciben los sentidos, sino que ambos se articulan en una inteligencia sentiente. El sentir es el punto de partida del conocer; el conocer dota de significado al sentir.
2. Zubiri en el debate de la filosofía moderna
La filosofía moderna había planteado un problema: ¿cómo conocemos: a través de la experiencia que nos proporcionan los sentidos, o por medio de la razón y sus principios? Empiristas y racionalistas habían destacado la importancia de uno u otro polo. La posibilidad de una integración en Kant y en Husserl se presentaba como la única alternativa, y aún se decantaban por la razón. Zubiri parte de la fenomenología de Husserl pero va más allá, logrando una verdadera articulación de los dos elementos (experiencia y razón) y rompiendo la tradicional distinción entre el sujeto y el objeto del conocimiento. Quien conoce es modificado y condicionado por lo conocido, y viceversa.
3. Aprehensión primordial, logos y razón
Con estas tres difíciles palabras, Zubiri quiere decir algo sencillo: la aprehensión primordial es el primer paso del conocimiento, la toma de contacto con el mundo, que se presenta ante el ser humano como dato de su sensibilidad. El logos es un segundo paso, en el que aparece la dimensión conceptual: aquello que ha sido aprehendido es ahora elaborado en forma de juicios. Finalmente, el tercer paso es la razón, la tarea más compleja del conocimiento, que elabora esbozos, es decir, propuestas para comprender el mundo. Los productos de la razón son las teorías.
Los sentidos como acceso a la realidad
Con su inteligencia, el hombre sabe, o cuando menos intenta saber, lo que son las cosas reales. Estas cosas están "dadas" por los sentidos. Pero los sentidos, se nos dice, no nos muestran lo que son las cosas reales. Éste es el problema que ha de resolver la inteligencia y sólo la inteligencia. Los sentidos no hacen sino suministrar los "datos" de que la inteligencia se sirve para resolver el problema de conocer lo real. Lo sentido es siempre y sólo el conjunto de "datos" para un problema intelectivo. Pero esto, con ser verdad, no es la verdad primaria. La función de lo sensible no es plantear un problema a la inteligencia, sino ser la primaria vía de acceso a la realidad.
X. Zubiri, "Notas sobre la inteligencia humana", en Siete ensayos de antropología filosófica (adaptado)
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