Cada ser humano es como los demás seres humanos, como algunos otros seres humanos y como ningún ser humano.
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lunes, 1 de mayo de 2017

Desarrollo humano y medio ambiente

1. Un edificio construido sobre arena
Alarmados por el uso que se había hecho de la ciencia en las dos guerras mundiales del siglo XX, los investigadores comenzaron a desterrar la idea de que la ciencia y la técnica son conocimientos neutrales. Son instrumentos que no sólo pueden ser utilizados para el desarrollo social, sino que pueden ser utilizados para la destrucción de las personas, los pueblos y el medio ambiente.
Para que el desarrollo científico-técnico pueda traer como consecuencia el desarrollo social, será necesario establecer un control social de las aplicaciones científicas y, sobre todo, revisar los débiles cimientos de una civilización construida sobre un desarrollo instrumental y no sobre el progreso moral.

El control de la ciencia
Definitivamente desencadenado, Prometeo, al que la ciencia proporciona fuerzas nunca antes conocidas y la economía un infatigable impulso, esté pidiendo una ética que evite mediante frenos voluntarios que su poder lleve a los hombres al desastre. La tesis de partida de este libro es que la promesa de la técnica moderna se ha convertido en una amenaza, o que la amenaza ha quedado indisociablemente asociada a la promesa.
H. Jonas, El principio de responsabilidad
2. Las tres metáforas del desarrollo
La representación que tengamos de nuestra relación con el medio ambiente influye directamente en el desarrollo. Hasta el siglo XVII se utilizaban metáforas orgánicas, para explicar una relación de equilibrio y armonía. Desde entonces hasta el siglo XX se han utilizado metáforas mecánicas para explicar una relación de estabilidad y orden mecánico. Desde finales del siglo XX se han utilizado metáforas computacionales y cibernéticas para explicar la relación en términos de información.

3. Actitudes ante la naturaleza
Entre las diversas actitudes que se dan frente a la naturaleza, se distinguen las siguientes:
- Romántica. El equilibrio entre el desarrollo y la naturaleza es el resultado de una fascinación por la vida natural. La conservación es un estado de armonía natural entre los hombres y el medio. La sofisticación de las técnicas impide descubrir la inocencia de la tierra. La actitud romántica es el resultado de una ética biocéntrica donde la persona es una pieza más del ecosistema.
- Técnica: El equilibrio es un problema técnico; de ingeniería genética, financiera, política o industrial. La naturaleza está al servicio del desarrollo humano y la técnica es el mejor instrumento para conseguir la armonía.
- Fatalista: El equilibrio es imposible, al hombre sólo le queda reducir el caos. Ya es imparable la destrucción de los ecosistemas porque el desarrollo humano ha puesto en marcha una serie de procesos que nos han situado en una pendiente resbaladiza donde sólo es posible frenar la caída. Más que de desarrollo, sólo nos queda hablar de resistencia.
- Individualista: Es una variante individualista de la fatalista. El equilibrio y la armonía son el resultado de un esfuerzo individual y heroico. Esta actitud la alimentan quienes se fabrican paraísos artificiales porque disfrutan de un alto nivel de vida, y también quienes ven en la arte la única esperanza para el equilibrio.
- Personalista: El equilibrio ecológico no se consigue sin un nuevo modelo de desarrollo centrado en la persona. La naturaleza y el medio ambiente no están fuera de la historia y la cultura. Nuestra relación con el medio está mediada por la cultura y condicionada por la historia. La situación actual es una ocasión no sólo para buscar un modelo alternativo de desarrollo, sino para que de él puedan participar todas las personas. Más que una ética biocéntrica, se busca una ética antropocéntrica, esto es, que tenga en cuenta a todas las personas.

4. Sistema terrestre y cambio global
Las relaciones del ser humano con el medio ambiente puden explicarse como relaciones que se producen dentro de un sistema. El medio ambiente no es únicamente aquello que está frente a nosotros, como si los bosques, las aguas o el aire fueran elementos que están a nuestra libre disposición. Hasta hace poco tiempo creíamos que así era. Sin embargo, hoy sabemos que nuestra relación tiene que ser diferente. El ser humano forma parte del sistema terrestre, con el que establece una serie de interacciones. Estas interacciones dan lugar a alteraciones y generan procesos de cambio.
Se produce un cambio global cuando las alteraciones en los sistemas naturales afectan al conjunto de la Tierra. El cambio puede ser sistémico cuando una alteración, por pequeña que sea, afecta al conjunto de la Tierra, como por ejemplo la mezcla de gases que provoca el efecto invernadero. El cambio puede ser acumulativo cuando sus efectos se dejan sentir en toda la Tierra. Por ejemplo, un cambio local (deforestación, desertización, etc.) tiene efectos que se pueden evaluar en el conjunto del sistema.

 Factores humanos de las decisiones medioambientales 
El siguiente cuadro analiza la relación entre la cultura y la naturaleza. Como refleja el cuadro, las decisiones ambientales son el resultados de la intervención del hombre en los procesos de la naturaleza. Estos procesos están en permanente interacción con los elementos que componen una cultura, tanto las instituciones como los sistemas de producción. En lo referente a la distribución de las responsabilidades no sólo podemos analizar la interacción, sino que debemos evaluar las intervenciones que desde la cultura realizamos en la naturaleza.

Interacciones entre los sistemas humanos y los sistemas naturales (adaptado de J. B. Robinson)

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