Ambas constituyen las dos vertientes posibles de un mismo proceso creador. El arte corresponde a una fase del conocimiento que llamaríamos intuitiva, frente a la ciencia, que corresponde a una fase intelectiva o racional.
El método científico
Su mecanismo de funcionamiento es el siguiente: el punto de partida es la realidad como un todo; de ella se seleccionan aquellos fenómenos que son considerados datos relevantes para la investigación. Tal elección se realiza de acuerdo con una teoría previa, cuya raíz última no es otra cosa que la decisión subjetiva de un científico o de una comunidad científica. Kuhn distinguió entre períodos de "ciencia normal", que son aquellos en que la comunidad de científicos adopta el paradigma científico vigente, y períodos de "revoluciones científicas", en los que se inventan nuevas teorías. El comienzo de cualquier investigación científica tiene, pues, un fuerte índice de subjetividad. A partir de los datos obtenidos, se elaboran, por inducción, hipótesis, que dan lugar a un modelo, del que se derivan unas conclusiones que deben ser verificables por la experiencia.
El proceso artístico
Al igual que en la ciencia, se parte de la realidad, de la que se toman unos fenómenos, seleccionándolos según la sensibilidad del estilo vigente o según una nueva "metáfora". El artista, una vez ha seleccionado las experiencias, las convierte en formas, intensificando detalles de la realidad. Las formas empleadas serán palabras, líneas, colores, sonidos, volúmenes, etc., que, combinadas de acuerdo a determinadas reglas, ya sean de inspiración original o extraídas de un estilo convencional, darán lugar a un modelo u obra terminada que debe ser comunicado al espectador para que se produzca una experiencia estética determinada.
La habitación de Arlés, de Van Gogh |
El arte tiene dos vidas: una en el autor y otra en el espectador; la obra debe renacer en el espectador; la emoción inspiradora del artista debe reencarnarse en el contemplador para que éste sienta la realidad transfigurada.
Así pues, la convergencia entre arte y ciencia es plena en el momento del acto creativo, pero desconocemos cómo se produce tal acto. ¿Qué estado mental podría corresponderse con la capacidad de lograr una síntesis nueva a partir de elementos preexistentes? Racionero propone la metáfora de la onirosíntesis (síntesis del sueño) como el estado ideal en que se produce la creación humana, una combinación inconsciente realizada en un estado similar al sueño. El proceso creativo es un regreso de la mente a lo indiferenciado, a las fases anteriores a la lógica y al lenguaje, donde se puede producir una intercambiabilidad de las cosas como se da en el sueño. Una vez completada esta etapa del "viaje", la mente vuelve a la conciencia llevando consigo una síntesis nueva de elementos antes inconexos. El acto de creación es una iluminación súbita, una revelación instantánea en forma de imagen o relación de conceptos. Pero ella sólo se produce si la mente ha sido preparada mediante un gran esfuerzo previo en el estudio del problema.
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