Cada ser humano es como los demás seres humanos, como algunos otros seres humanos y como ningún ser humano.
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lunes, 2 de enero de 2012

El Hermitage en el Prado

Biblioteca del Hermitage, de Alekséi Vasílievich Tiranov
(1826)
Hemos pasado la Nochevieja en Cabrero, un pueblo pequeño cercano a Plasencia (Cáceres). Y desde allí nos hemos trasladado en coche hasta Móstoles, donde cogimos un cercanías a Atocha. El objetivo: ver la exposición del Hermitage en el Museo del Prado.
Teníamos la visita para las 3 de la tarde. En la planta baja de la zona de exposición, se encuentran, en primer lugar, pinturas para que nos situemos a nivel histórico en todo lo relativo a la época, fundadores y contrucción del palacio museo del Hermitage de San Petersburgo: en primer lugar, Pedro el Grande levantó el primer Palacio de Invierno entre 1754 y 1762; posteriormente, Catalina la Grande añadió el Pequeño Hermitage y el Gran (o Viejo Hermitage) para albergar las colecciones imperiales de arte (1771-87).
El uso de la palabra francesa ermitage, que significa "lugar apartado", refleja la condición de privacidad de esta colección de arte.
Los primeros cuadros que nos llaman la atención son los que nos presentan los interiores del Palacio con un realismo y un detalle asombrosos, como esta biblioteca del Hermitage, donde casi se pueden leer los títulos de los libros en los estantes.

Peine con escena de batalla, en oro,
 con medidas de 12,6 x 10,2 cms.
(finales del siglo V, principios del siglo IV a.C.)
La siguiente sala que nos llama la atención muestra los hallazgos arqueológicos de las excavaciones realizadas a partir del siglo XVIII. La sala lleva por nombre "El oro de los nómadas de Eurasia". Y especialmente bello es este peine coronado por un grupo de tres luchadores, dos de los cuales consiguen derribar el caballo del tercero. La composición está situada sobre un friso que contiene cinco figuras de leones.
Los estudios sobre este peine han formulado varias versiones acerca del sentido de la imagen representada. Una de las versiones más aceptada es la que dice que el peine reconstruye el asesinato del rey escita Colaxais por parte de sus hermanos Lipoxais y Arpoxais. Se trataría pues de un "relato" épico, realista y etnográfico.
Otros estudios relacionan la imagen del peine con el lugar donde fue encontrado: el sepulcro del túmulo de Solokha, situado en las proximidades del río Dniéper a unos 18 kilómetros de Velikaya Znamenka (Ucrania), al norte de la península de Crimea. El túmulo está datado en el siglo IV a.C., y puede ser considerado como la posible tumba del rey escita Octamasades. Él es uno de los protagonistas de la obra de Herodoto sobre el triste destino del rey Escilas, que huyó de Escitia a Tracia después de una revuelta "de palacio", aunque poco después sería ejecutado por su hermano Octamasades. El hecho de encontrar el peine en este sepulcro ofrece la versión del conflicto dinástico entre los hijos del rey escita Ariapeithes. En la imagen del peine, Octamasades, que aparece en la figura ecuestre central, y Oriaco, su hermano menor representado por el soldado pedestre, luchan victoriosamente contra Escilas, cuyo armamento tiene elementos escitas (espada y escudo), griego (coraza) y tracios (yelmo). Escilas está todavía vivo, pero ya ha sido condenado, puesto que su caballo ya está muerto, lo que, siguiendo la tradición del género épico de las novelas, presagia que la muerte del héroe se producirá en breve.
Es extraordinario cómo se representan tantos detalles en los personajes, en sus ropas, en un objeto tan pequeño.


En la sala del piso de arriba, se encuentran cuadros de los siglos XIX y XX. Tras la revolución rusa de 1917, se nacionalizaron múltiples colecciones privadas de diferentes familias aristocráticas. Posteriormente y hasta la actualidad, la colección de obras del Hermitage se ha ido ampliando con diferentes fórmulas: el estado ruso seleccionaba y trasladaba obras desde otros palacios y residencias hasta el Hermitage, así como desde otros museos que a su vez se crearon con las colecciones de otros particulares; también diferentes artistas o familiares de artistas, cedieron obras al museo; más recientemente, el estado ruso ha comprado diferentes obras de vanguardia.
Personalmente, me quedo con esta Mujer con sombrero negro, de Kees Van Dongen, de 1908: el rostro redondeado, los ojos grandes y achinados, los labios carnosos, las cejas perfiladas.
De toda la visita a esta exposición, me ha quedado claro que la mejor joya del Hermitage, es el Hermitage mismo, el palacio, por lo que queda pendiente un viaje a San Petersburgo. Todo se andará.
Salimos de la exposición sobre las cinco y media de la tarde. Nos fuimos a dar un paseo por el centro de Madrid, con las luces de Navidad, y sobre las nueve nos volvemos, cansados pero con una sonrisa en la cara, a Cabrero, para descansar.

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