Cada ser humano es como los demás seres humanos, como algunos otros seres humanos y como ningún ser humano.
@blog_trca

miércoles, 10 de julio de 2013

El proceso de vivir

La persistencia de la memoria, de Salvador Dalí (1931)
Museo de Arte Moderno (MOMA) de Nueva York
El rasgo fundamental que caracteriza la vida humana es el tiempo. La existencia humana es temporal. Explicar el vivir humano es en buena medida explicar qué hacemos con el tiempo. Este tratar con el tiempo se convierte en algo "dramático" y decisivo porque no tenemos todo el tiempo del mundo, sino un tiempo determinado, el tiempo de nuestra vida.

1. Carácter biográfico y personal de la vida humana
La primera característica de la vida humana es que no es solo vida biológica. Se entrelaza con lo biológico y depende de ello, pero no se reduce a lo biológico. Por eso, ya los griegos distinguían entre vida biológica (zoe) y vida humana (bios). De ahí que etimológicamente la biología tendría que ser el estudio de la vida única y exclusivamente humana, aunque hoy en día se aplica al estudio de la vida natural. La vida humana (bios) se caracteriza por ser biográfica, por ser asumida personalmente y porque puede ser vivida "desde dentro", desde una intimidad. No es puramente vida biológica, sometida solamente a procesos metabólicos de nacimiento, desarrollo y muerte.
La segunda característica es su dimensión necesariamente individual, pues la vida, a pesar de nuestra forma de hablar, no es algo genérico, es la vida de cada uno, con sus posibilidades e imposibilidades. Plantearse el tema de la vida humana es analizar la propia vida, nuestra realidad radical.

2. Los "fenómenos fundamentales"
La filosofía contemporánea ha intentado descubrir y analizar los "fenómenos fundamentales" de la vida humana. Estos "fenómenos fundamentales" no se presentan de igual forma en todas las culturas, pues cada una de ellas les impone una serie de modificaciones y toman unas determinadas maneras de vivirlos. Tampoco se presentan de igual forma en todos los individuos, pues cada vida humana es la realización particular y singular de esos fenómenos.
Corresponde a las corrientes fenomenológicas y hermenéuticas el intento más serio de descripción de estos fenómenos fundamentales. Esto es lo que han hecho filósofos como Dilthey, utilizando la psicología y la biografía como métodos; Ortega, mediante el método de la razón vital; Heidegger, desplegando una analítica existencial de la vida humana; Fink, utilizando el método fenomenológico; Ricoeur, gracias al análisis del lenguaje narrativo; o J. Marías, desarrollando una antropología metafísica de la vida humana.
De entre estos "fenómenos fundamentales", sin ánimo de dar cuenta de las teorías y análisis que hacen estos filósofos, podemos destacar algunos de ellos:
  • La relación del ser humano con la naturaleza, fenómeno que puede ser denominado "trabajo" o "actividad".
  • La relación del ser humano con los otros; se concreta en la familia, en las relaciones de amistad y colaboración con los otros y llega hasta el establecimiento de relaciones políticas y de poder.
  • La relación del ser humano con sus propios límites; destacan, por ejemplo, la vivencia de la muerte o el sentido y formas de experimentar la enfermedad.
  • La relación del ser humano con lo posible; se incluyen fenómenos tales como el juego, el ocio o la creatividad. Son fenómenos en los que el ser humano desborda el presente de la necesidad y la mera supervivencia.
3. La vida humana: producto de un animal fantástico
¿Cómo desarrolla cada ser humano estos fenómenos fundamentales?
La vida humana es quehacer, es acción. No nos queda más remedio que estar haciendo algo para vivir, incluso dejar de vivir es ya una acción fruto de una decisión. Nuestras acciones son muy importantes porque de ellas depende lo que somos y, lo que puede ser más importante, el grado de felicidad que alcanzamos. El problema, en cualquier caso, es que no hay ninguna receta que podamos aplicar, de ahí el carácter dramático y problemático del vivir.
Hacer nuestra vida va a seguir aproximadamente una serie de pasos:
- En primer lugar, desarrollamos una serie de "acciones concretas": jugar al fútbol, estudiar filosofía, ir al cine, etc.
- Las acciones concretas solo tienen sentido dentro de unas "prácticas", es decir, dentro de un conjunto de acciones. Por ejemplo, jugar al fútbol se inserta en una práctica que es "hacer deporte" para mantenerme bien físicamente.
- Las prácticas se insertan a su vez en unos "planes de vida", es decir, en un conjunto de prácticas. En el ejemplo anterior, la práctica de "hacer deporte" tiene sentido dentro de "un plan en mi vida" que es "cuidar de mi salud".
- Por su parte, los planes de vida se insertan y coordinan con la idea que tengo de mí mismo, es decir, con la "figura" que me hago de mi propia vida y con la imagen que tengo de mí mismo.

Al igual que las muñecas rusas, la vida humana es producto de una serie de acciones que determinan nuestra identidad. Por eso somos lo que hacemos y actuamos en virtud de lo que somos.
La unidad de mi vida, expresada en la idea de "figura", es la que va a dar sentido y lugar a cada una de las acciones de mi vida y, a la vez, cada una de estas acciones podrá repercutir en esta figura. Vivir es por eso inventar un programa de vida, crear un personaje imaginario que voy a ser yo. De ahí que podamos decir que el hombre es un animal fantástico porque se inventa a sí mismo y, además, no le queda más remedio que hacerlo si quiere vivir humanamente. Vivir humanamente es hacer proyectos, proyectar y, al mismo tiempo, proyectarse.
Pero no toda figura o imagen de mí mismo va a ser posible. Para elaborarla tengo que contar con mis capacidades, con mis circunstancias y con las vidas de los demás, pues vivir también es un con-vivir, lo cual no significa que los demás tengan que limitar mis posibilidades de invención de mí mismo, puesto que también me dan los instrumentos necesarios para que pueda inventarme.

4. Herencia y generación
Para hacer nuestra vida contamos, en primer lugar, con nuestra herencia tanto biológica como cultural. Nos encontramos en todos los órdenes de la vida en la situación de herederos. Tenemos que hacer algo (inventar), pero siempre desde lo que recibimos. Este proceso de invención lo hacemos históricamente, es decir, de acuerdo con la "generación" histórica a la que pertenecemos.
El término generación hace mención a una unidad social y cultural formada por un grupo humano que comparte una misma perspectiva de la realidad que proviene de vivir en un mismo periodo histórico, nacer en fechas próximas y recibir unas influencias culturales comunes.
Así, elaboramos nuestra vida en función de nuestro tiempo generacional. El reemplazo de generaciones sostiene de una manera u otra la continuidad histórica con el ritmo de la tradición y de la innovación. Pero esta transmisión en la tradición no es tan sencilla, por lo que aparecen muchas veces los llamados "conflictos generacionales".
El concepto de generación es muy importante en una "teoría de la vida humana", pues es el indicador de mis posibilidades y, a la vez, me sitúa en el tiempo: entre unos antecesores y unos sucesores. Además, al concepto de generación se asocian otros términos y temas fundamentales en una descripción completa de la vida humana, como son "edad", "identificación cultural", "relaciones de amistad", etc.

No hay comentarios:

Publicar un comentario