Cada ser humano es como los demás seres humanos, como algunos otros seres humanos y como ningún ser humano.
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miércoles, 2 de julio de 2014

Realidad y verdad

¿Cuál es la finalidad del conocimiento?, es decir, ¿para qué el conocimiento?, ¿por qué hacer este enorme esfuerzo? Se trata de una de las cuestiones más radicales de la filosofía y del mismo ser humano: el acceso a la realidad y la pregunta por la verdad.

Si nos sentimos responsables, no podemos caminar a ciegas, necesitaremos "saber a qué atenernos" (Ortega) y cómo "hacernos cargo de la realidad" (Zubiri) para "cargar con ella" (Ellacuría), llevando cuidado de "no cargárnosla" o destruirla. La actitud de vivir como persona, tratar a otros como personas y exigir ser tratados como personas se apoya en un presupuesto fundamental: lo que las cosas y personas son por sí mismas, no por su apariencia o por su capacidad de estimularnos. Para situarnos así ante cosas y personas, ha de funcionar un comportamiento al que llamamos inteligente: aquel con que preguntamos por la realidad, independientemente de su localización espacial o de la secuencia temporal en que se nos presenta.
J. Masiá, El animal vulnerable

1. Una cuestión metafísica: ¿qué es la realidad?
Normalmente si preguntamos a alguien qué es la realidad, nos contestará con un convencimiento total que la realidad es lo que existe, lo que está ahí, las personas. Esta convicción es la que le ha permitido al ser humano adaptarse al ambiente y hacer su vida, transformando el entorno y conociéndolo. Si comenzáramos a dudar de la realidad del mundo probablemente moriríamos.
Este modo de definir la realidad está basado en la misma palabra "realidad" cuyo origen es res, la cosa. Por tanto, posee un acento material muy marcado. Sin embargo, el ser humano tiene la capacidad de reflexionar sobre la misma realidad y de convertirla en objeto de análisis. Cuando elabora un pensamiento sistemático y estructurado sobre lo real está respondiendo a uno de los grandes problemas de la metafísica.

2. El hombre, animal de realidades
En esto nos distinguimos del resto de los animales: no nos limitamos a actuar de manera efectiva en el mundo para satisfacer nuestras necesidades y sobrevivir, sino que podemos conocer la realidad, podemos entender las cosas que se nos presentan como cosas reales y nos podemos preguntar por su mismo ser real. Por eso dice Zubiri que el hombre es un "animal de realidades", es decir, que su modo de estar en el mundo, es en tanto que ser real, el propio de un ser que no sólo está inscrito en la realidad sino que la comprende como tal.
El ser humano es, pues, una realidad radical. No sólo actúa en respuesta a un estímulo, sino que comprende la realidad del estímulo, se sitúa frente a él y, con ello, reflexiona y se conoce a sí mismo como ser real actuando en la realidad. Por tanto, es real porque está inscrito en la realidad, y porque conoce la realidad desde su realidad.

3. El acceso a la realidad
Al hablar del conocimiento, Platón consideró que había diferentes modos del saber que tenían relación con maneras diferentes de acceder a la realidad. Esa explicación la expresaba en un esquema denominado "alegoría de la línea dividida en segmentos".


4. Tipos de realidad
Se puede decir que hay diversos tipos de realidad, que nos conducen a preguntas metafísicas:
- La realidad pensada: la "imagen" mental que el ser humano elabora cuando piensa la realidad.
- La realidad sentida: además de pensar, el ser humano siente.
- La realidad "real": parece ser que, al margen del acceso a la realidad, ésta tiene una dimensión "real" por sí misma. Es la realidad como "lo que hay".

5. Realismo e idealismo
Esta pregunta acerca de si podemos acceder a la realidad, o a qué tipo de realidad, ha sido discutida a lo largo de la historia de la filosofía, sobre todo en dos vertientes: quienes afirman que sí tenemos un acceso más o menos directo a la realidad y quienes afirman que no es posible. También hay posturas "intermedias" que buscan una articulación entre las dos, y que consideran que la realidad no nos es totalmente extraña, pero tampoco es fácil conocerla.

- Realismo: Es la postura filosófica que considera que el ser humano puede tener acceso a lo real. La realidad es algo existente que "está ahí" y que podemos conocer. Cualquier otra afirmación sería absurda, pues tenemos experiencia de la realidad. Esta postura se denominó "realismo ingenuo" a partir de la constatación de que la percepción de la realidad es engañosa y está condicionada por factores culturales, dado que vemos aquello que somos capaces de interpretar conforme a lo que conocemos.
Sin embargo, persiste la convicción de que un apoyo real para nuestro conocimiento. Esta versión "crítica" del realismo asume la limitación de nuestro conocimiento, pero afirma el sustrato real del mismo. Por ejemplo, los colores no son "realmente" como los vemos, pero las longitudes de onda que provocan la visión del color sí son reales. Por tanto, el conocimiento es interpretación de algo real.

- Idealismo: El idealismo es la postura filosófica que afirma la inexistencia material de la realidad. La realidad es sólo un producto de nuestro pensamiento o una entidad ideal, pero no un sustrato material que podamos constatar.
Autores como Platón consideran que la realidad está en continuo cambio y, por tanto, no podemos decir lo que es en sí misma. Por eso es preciso que exista una realidad ideal, de la que la realidad material es una mera copia. Las ideas son objetivas, eternas e inmutables y existen independientemente de nuestro entendimiento. Por ejemplo, la idea de "gato" es objetiva y todos los gatos reales son copias de esa idea. Por eso hace Platón esa distinción entre el mundo visible, captado por los sentidos, y el mundo inteligible, sólo accesible por la inteligencia.
Algo parecido dirá Hegel: para él la única realidad es el espíritu, la razón. Por eso puede afirmar que "todo lo real es racional". El resto de las cosas, y la razón de cada ser humano, son manifestaciones de esa razón universal que se va manifestando a lo largo de la historia.

6. La síntesis entre realismo e idealismo
La filosofía actual conoce los peligros de las dos posturas anteriores: el realismo puede ser excesivamente ingenuo al pensar que podemos conocer la realidad tal cual es y, en caso de que sea crítico, plantea la dificultad del acceso a lo real: ¿cómo podemos conocer la realidad? Por su parte, el idealismo nos obliga a sostener una dualidad en la realidad: la realidad ideal y la realidad real, o bien a negar la existencia de la realidad real, lo cual es absurdo y nos condena a estar "encerrados" en las ideas, viviendo en un mundo sólo pensado.
La solución a este dilema no es fácil. Por una parte es importante afirmar un cierto realismo: que existe la realidad es un dato que podemos confirmar de muchos modos. Y es un punto de partida necesario para no construir "castillos en el aire". La realidad está ahí y nos interpela. Por otra parte, el acceso a la realidad no es directo ni evidente, por eso quizá sólo podemos acceder a la realidad interpretándola. Esto significa que no sabemos si se trata de "la" realidad en cuanto tal (si es que ésta existe), pues sólo tenemos "mi" realidad, la que yo puedo constatar o, en el mejor de los casos, "nuestra" realidad, la que hemos consensuado como común a través de la comunicación histórica de las experiencias.

7. La metafísica y sus problemas
El término metafísica deriva del griego meta ta physika (más allá de la física). Con esta expresión Andrónico de Rodas designaba en el siglo I a.C., las obras de Aristóteles situadas "más allá" de la física. Es, pues, una mera denominación de la organización de una biblioteca, aunque pronto pasó a ser el nombre de la tarea más elevada de la filosofía.
La metafísica estudia la realidad en cuanto realidad y es, según Aristóteles, el estudio del ser en cuanto ser. A ella le corresponden las preguntas más radicales sobre el mundo. Tiene la peculiaridad de ir más allá de la mera experiencia empírica, para plantearse preguntas de otra índole, la que tiene que ver con la dimensión trascendental (trascendental = nivel de lo no sensible).
A pesar de su importancia, la metafísica ha sido criticada y abandonada en algunos momentos de la historia (así ocurrió en el siglo XIX durante la época del positivismo científico), pues su tarea se consideraba ya realizada por las ciencias empíricas.
En la actualidad hay una trasformación renovadora de la metafísica que ha permitido que recobre su lugar con nuevos temas y problemas como, por ejemplo, el lenguaje, la vida, la comunicación, etc.

 Conceptos claves 
Metafísicas espiritualistas: Es aquel tipo de aproximación a las preguntas filosóficas que concede preeminencia a los aspectos espirituales o ideales de la realidad; esto es, tiene que ver con una postura idealista en la que la realidad material se considera menos importante que las ideas con las que tal realidad es pensada.
Metafísicas materialistas: Por contraposición a las anteriores, este tipo de metafísica considera que la realidad material es la que determina todo conocimiento, de modo que hay una relación muy estrecha con la física, ya sea para desplazarla o para completarla.
Defender unas u otras metafísicas supone tomar postura acerca del acceso del ser humano a la realidad, de la estructura misma de lo real, y de qué es lo real.

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